Vuelve la 'España oculta' de la fotógrafa Cristina García Rodero: el contraplano rural de la Movida
El Círculo de Bellas Artes de Madrid expone 152 instantáneas que captan la vida y las tradiciones de los pueblos durante los años 70 y 80.
10 junio, 2024 02:28Una excelente exposición se abre ante nuestros ojos, y en ella podemos ver el punto de partida de esa gran fotógrafa: Cristina García Rodero (Puertollano, 1949), que en su itinerario creativo ha ido desarrollando una vertiente especialmente sutil de captación de la vida humana en imágenes situadas en ámbitos de experiencia reales y no en la tan habitual puesta en escena.
El título España oculta es el mismo del libro que García Rodero publicó en 1989, y del que ahora acaba de salir una nueva edición. En la muestra se presentan 152 fotografías, que constituyen la serie completa de imágenes que aparecieron en el libro. Se trata de imágenes que fueron tomadas entre los años 70 y 80 del pasado siglo en contextos rurales, y que marcaron de modo decisivo el reconocimiento de la profundidad de su mirada creativa.
Como ella misma ha indicado en la apertura de la exposición, en el desarrollo de ese proyecto se sentía “sola ante una España desconocida”, muy diferente de la que se mostraba desde el Estado a los extranjeros. “Me encontré un país de gente muy humilde, apenas habían salido de sus pueblos si no era para emigrar. La gente se esperaba la España de la Movida y yo fui contracorriente”.
Sus imágenes nos permiten ver lo que habitualmente no vemos, aunque tenga presencia. En este caso concreto, “el otro lado” de España. Desde entonces su trabajo fotográfico tiene como soporte fundamental el viaje como forma determinante y dinámica para conocer las características y diversidades de la humanidad. Una dimensión antropológica que, más allá de España, ha sido referencial en sus viajes a los más diversos ámbitos étnicos y culturales del mundo a lo largo de su trayectoria posterior.
Lo que podemos ver en sus imágenes, todas ellas en blanco y negro y con muy buen formato, son actividades diversas de los pueblos de España en los que se desarrollan trabajos, celebraciones festivas, ceremonias, rituales tradicionales. Cada imagen va acompañada del rótulo del lugar y la fecha en la que fue tomada, con lo que al verlas nosotros viajamos también por esos ámbitos rurales y en el tiempo.
Encontramos imágenes de lo feo, lo insólito, celebraciones marginales, cruce de sexos. También prácticas rituales de la religión cristiana, procesiones. Así como paseos, utilización de disfraces e inversión de comportamientos habituales. Estamos ante una reverberación de imágenes profundas, reveladoras, en las que resuenan los ecos de los rasgos étnicos y culturales originarios en contraste y diálogo con las modulaciones de la experiencia global en el tiempo en que fueron tomadas.
Me resultan especialmente relevantes las imágenes en las que aparecen personas mirando a través de ventanas, que nos llegan a transmitir un efecto espejo: ver el reflejo de lo interior en el exterior. Y particularmente decisivo es lo que este conjunto de imágenes nos permite comprender acerca del carácter eminentemente plural de las vidas, las tradiciones culturales y los ámbitos étnicos.
La humanidad no es “uniforme”, la diversidad en las formas y variantes de vida es algo determinante. En ese viaje de comprensión y conocimiento se sitúan las imágenes profundas de Cristina García Rodero.