Soledad Sevilla durante el montaje de su exposición en el Museo Reina Sofía

Soledad Sevilla durante el montaje de su exposición en el Museo Reina Sofía Rodrigo Mínguez

Arte

La artista Soledad Sevilla, ante su gran exposición en el Museo Reina Sofía: "La pintura es una batalla"

Nos colamos en el montaje de 'Ritmos, tramas, variables', su mayor retrospectiva hasta el momento, que inaugura este miércoles en Madrid.

24 septiembre, 2024 02:18

Encontramos a Soledad Sevilla (Valencia, 1944) descansando, sentada en un ventanal del claustro del Museo Reina Sofía. Ha salido a esperarnos en un receso del montaje de su exposición más grande hasta la fecha: una completa retrospectiva que inaugura el próximo miércoles y que recorre cronológicamente toda su trayectoria a través de más de un centenar de obras.

Nos colamos, literalmente, en las salas, donde todavía están esperando a los correos para abrir algunas cajas, la comisaria Isabel Tejada ordena recortes para una de las vitrinas y los montadores preparan los cuadros para colgar. Verlos así –apoyados en la pared, la parte que toca el suelo, protegida, la iluminación natural– es emocionante.

Antes, en el pasillo de acceso a las temporales de la planta 1, allá donde se encuentran los edificios de Sabatini y Nouvel, una instalación de hilos creada específicamente para este lugar da comienzo al recorrido.

La figura de la artista, delgada y menuda, contrasta con el tamaño de las obras –hay una de 4 x 6 metros–, y su mirada aniñada y brillante le da a su semblante un aspecto juvenil a sus 80 años. Solo unos guantes negros delatan su edad: “Tengo una artrosis cósmica y me ayudan mucho. Me levanto con dolor de manos y de espalda, pero me pongo a trabajar y se me pasa todo”, asegura.

Pregunta. Esta antológica abarca desde sus primeros pasos en el Centro de Cálculo de la Complutense de Madrid hasta sus producciones actuales. ¿Cómo la han abordado?

Respuesta. Había hecho retrospectivas y cosas importantes, pero tanto como esta, no. Aquí están muy bien representados todos los momentos significativos de mi vida. Ya conocía a la comisaria Isabel Tejada, que me había seleccionado antes en colectivas, pero esta vez ha hecho un estudio increíble y en profundidad de toda mi obra.

»Ha pasado mucho tiempo en Granada, en el almacén. Ha inventariado todo lo que hay allí, que son 300 cuadros. Aunque la mayor parte de lo que se va a ver aquí viene de colecciones y de museos.

"Un cuadro es un encuentro contigo misma, más íntimo y más introspectivo que la instalación"

P. ¿Cuáles son esos momentos clave de su carrera?

R. Las obras de líneas de los 70, de papeles largos en los que trabajaba desenrollando un pliego marrón que se iba volviendo a enrollar al otro lado de la mesa a medida que lo dibujaba: habrá uno en la exposición. Eso fueron mis comienzos y es importante. Luego vienen las series de Las meninas y de La Alhambra, fundamentales. Y llegamos hasta hoy, con los últimos Sempere.

P. Donde estaba la línea es una nueva instalación creada para el Reina Sofía en la que utiliza el hilo de algodón para intervenir en el museo. ¿Cuándo pasó de la línea sobre el lienzo a recorrer el espacio?

R. Yo creo que muy temprano. Cuando realicé la instalación de los claveles [Leche y sangre] en la galería Montenegro de Madrid, en los años 80. No conseguíamos que las guirnaldas que conformaban el gran tapiz se quedasen de frente, de modo que tiramos unos hilos de algodón de arriba abajo y en esos carriles metíamos las flores. Eso me dio la pista y me pareció interesante utilizarlo. Además, tenía mucho que ver con mi obra que siempre ha sido de líneas. Luego les añadí luz negra, hacía planos inclinados, es decir, había una serie de investigación o de proceso de trabajo detrás.

Soledad Sevilla en un momento de la entrevista en el Museo Reina Sofía

Soledad Sevilla en un momento de la entrevista en el Museo Reina Sofía Rodrigo Mínguez

P. ¿Es muy distinto enfrentarse a un cuadro que a una instalación?

R. Desde luego es diferente. El cuadro tiene un proceso, se genera, lo tienes en el estudio... Es un encuentro contigo misma que, si no te gusta, al día siguiente cambias, es algo más íntimo, más introspectivo. Y la instalación suele llegar normalmente porque hay un espacio que me ofrecen y tengo que ver qué es lo que le va. También hay un proceso previo porque todo eso está ahí detrás. Pero cuando veo el espacio empiezo a pensar qué pide y decido, o claveles o agua, o lo que sea.

P. ¿Y cómo ha surgido esta para el espacio del Reina, en el pasillo que une a Sabatini y a Nouvel?

R. Habíamos pensado en hacer algo con hilos pero yo no quería lo de siempre, hilos inclinados o en vertical, con luz negra… Quería usarlos de manera diferente y por primera vez he hecho una pieza con hilos de algodón en horizontal a los que luego he dado una gama de colores y la iluminación.

P. Además del Premio Velázquez (2020), tiene el Nacional de Artes Plásticas (1993), la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes (2007) y muchos otros. ¿Han hecho mucho los premios por su carrera?

R. Yo creo que no. Bueno, la ayuda económica, si la tienen, siempre viene bien, claro. Pero a parte de esto, creo que no. El Velázquez, sí, ese sí que ha tenido una trascendencia y una repercusión. Para empezar esta exposición: no sé si me hubieran llamado para hacerla de igual modo, pero desde luego el premio fue clave.

"Hay que tener galería para que la obra no se quede en el estudio. He empezado a trabajar con Maisterravalbuena"

P. Su última exposición, en junio, en Marlborough, se convirtió en la última de la galería en Madrid. Un espacio importante que desaparece... ¿Qué opinión tiene del mercado? ¿Le preocupan estos movimientos?

R. Nos dio mucha pena que cerrase Marlborough. Un espacio que se cierra es una pérdida tremenda para el arte, para la sensibilidad. Por otro lado, hay que tener galería, no ya tanto en el sentido comercial, que también, sino porque la obra que estás realizando quieres que se vea, que no se quede en el estudio.

»Ahora he tenido la suerte de elegir, o de que me eligieran, y tengo nueva galería, sí: he empezado a trabajar con la galería Maisterravalbuena.

P. La exposición de Marlborough era un homenaje a Eusebio Sempere, uno de sus compañeros del Centro de Cálculo de la Universidad Complutense, ¿cómo llegó allí?

R. Hacía poco que había terminado Bellas Artes en Barcelona, llegué a Madrid y lo único que sabía es que lo que me habían transmitido en la facultad yo no lo quería. Y no era porque tuviéramos tanta información de otras cosas, sino porque intuías que eso estaba obsoleto, que era el pasado.

»Me enteré que se creaba el Seminario en el Centro de Cálculo, Generación automática de formas plásticas, y pensé allá voy, ese es mi sitio. También estaban allí Elena Asins, Manuel Barbadillo, Lugan... Un grupo de artistas que ya no estábamos en la academia.

Soledad Sevilla en una de las salas de su exposición en el Museo Reina Sofía

Soledad Sevilla en una de las salas de su exposición en el Museo Reina Sofía Rodrigo Mínguez

P. Pero pronto se desmarca del uso del ordenador como herramienta plástica, ¿por qué?

R. ¡Porque lo encontraba lentísimo! Tenía que esperar a que el programador en sus ratos libres me hiciera el programa y luego esperar a que hubiera un hueco libre para meterlo y pensé que era mucho más rápido si lo hacía yo. Quería una combinatoria con un módulo y unas leyes que dijeran al módulo que rellenara el espacio girando para un lado y para otro. Y eso podía hacerlo sin esperar.

P. Quizá con los ordenadores de hoy…

R. Es posible.

P. ¿Y se imagina trabajando con la IA?

R. No. He vuelto al grafito y al papel. El gusto por la tela en blanco, por la mano... Entrar en el estudio y ver ese cuadro que te has dejado el día anterior, esa relación personal de la obra contigo es lo que más me satisface.

"Me impresionó darme cuenta de que Velázquez atacaba sin dibujo previo. Me emocionó. Tenía que hacer 'Las meninas'"

P. ¿Cómo es su relación con la pintura?

R. La pintura es algo fundamental. Es una batalla, una lucha por expresar... Esa relación, ese realizar, esa idea ese sentimiento a través de la pintura, eso es fantástico, es muy enriquecedor.

P. ¿Y con la línea?

R. Yo con la línea lo he hecho todo. Era realmente con lo que me sentía cómoda, con lo que representaba mejor, lo que para mí fluía más, era más fácil. También me ha gustado mucho el color. Pero la línea al final es lo más importante dentro de mi trabajo. Hay obras en las que la línea sirve para rellenar el espacio y otras veces es un relato lineal que empieza en un punto y acaba en otro.

P. ¿Sigue pensando en grandes formatos?

R. Sí. El más grande de todos está también en la exposición es uno de 4 x 6 metros, o más, ese es mi formato, sí. Aunque hay un momento en que el físico te va marcando el tamaño del cuadro y te vas adaptando.

Soledad Sevilla en las escaleras del edificio Nouvel del Museo Reina Sofía

Soledad Sevilla en las escaleras del edificio Nouvel del Museo Reina Sofía Rodrigo Mínguez

P. Todos los pintores llegan más pronto que tarde al Museo del Prado y a Velázquez, pero ¿qué le hizo a usted reinterpretar Las meninas desde la abstracción geométrica?

R. Durante mi estancia en Boston asistí a uno de los cursos de Oleg Grabar en Harvard sobre restauración y conservación de obras de arte y pasaron unas imágenes de un equipo que había estado en el Prado haciendo estudios de Las lanzas y de Las meninas. Me impresionó darme cuenta de que Velázquez atacaba sin dibujo previo. Eso me emocionó y pensé que tenía que hacer Las meninas.

P. Y unas meninas de líneas...

R. Lo que me interesa es el espacio. Incluso dentro de esa joya de cuadro, si no estuvieran los personajes, no me impresionaría tanto. Creo que por lo que gusta tanto ese cuadro es por el espacio que ha creado ahí Velázquez, además en un momento en que la perspectiva no estaba desarrollada. Era pura intuición.

P. La Alhambra ha sido otra de sus fuentes de inspiración.

R. Acabé viviendo en Granada porque empecé a pensar en la serie de la Alhambra. Iba los veranos y me acercaba por las tardes a la Alhambra, que entonces no recibía visitantes y la tenía para mí sola… maravilloso. Allí la abstracción geométrica es infinita. Hay un desarrollo de la geometría tremendo...

Soledad Sevilla en un momento de la entrevista

Soledad Sevilla en un momento de la entrevista Rodrigo Mínguez

P. Y de la historia más reciente, ¿qué le interesa?

R. Muchas cosas. Las instalaciones de Wolfgang Laib, sobre todo la de polen. Por supuesto, estuve en París viendo la exposición de Rothko.

P. Ha sido usted una pionera, por desmarcarse del arte academicista imperante en su época y por ser artista mujer: ¿Cómo ve la situación de la mujer en el arte?

R. Si no fuera por la cuota, no hubiéramos llegado hasta aquí. Pero una vez aquí, se tiene que normalizar. Sigue habiendo machismo porque la sociedad es machista. Figúrate que cuando empecé con 23 años no podía ni exponer, solo era un ama de casa que pintaba.

P. ¿Y eso le ha frenado?

R. Nunca. He estado atendiendo a un niño, luego a otro, a las clases, a la cocina y a pintura, al arte, sobre todo. Con eso no puede nadie. Yo he pintado siempre