Réplica de 'Lanzador de flores', en el museo Banksy. Foto: M. C

Réplica de 'Lanzador de flores', en el museo Banksy. Foto: M. C

Arte

Banksy se instala en Madrid con un museo ilegítimo de 180 réplicas: "La originalidad con él no tiene sentido"

El recién inaugurado Museo Banksy en la capital se ha convertido en la mayor colección del grafitero en Europa, sin contar con sus obras originales ni su beneplácito.

Más información: Banksy vuelve a la carga: el grafitero confirma la autoría de tres nuevas obras en Londres

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Banksy ha vuelto a Madrid, esta vez para quedarse. Tras una primera exposición en Ifema en 2018 y otra en el Círculo de Bellas Artes en 2020, acaba de inaugurarse en la capital un museo sobre el artista callejero más famoso del siglo XXI. Este se suma al abierto en Barcelona en 2022 y a los de París, Lisboa, Bruselas, Lisboa, Praga, Milan, Cracovia, Dubái y Nueva York.

Sin embargo, este espacio industrial de 2.000 m2 situado en el distrito de Arganzuela, se ha convertido en la mayor colección de obras de Banksy en Europa. En total, 180 réplicas de las obras más icónicas del misterioso artista, cuya identidad nunca ha sido revelada. Como es habitual, la exposición no ha sido avalada por Banksy ni cuenta con obra original del artista. 

"Somos claros al respecto. Es imposible tener la obra original. No podemos traer la pared de la casa y traerla aquí. Con el arte tiene sentido que así sea, pero con el arte callejero tener las obras originales es técnicamente imposible", señala a El Cultural el creador del museo, Hazis Vardar.

Exposición Museo Banksy. Foto: Ricardo Rubio / Europa Press.

Exposición Museo Banksy. Foto: Ricardo Rubio / Europa Press.

Además, para Vardar, coleccionista de arte pop y seguidor del grafitero desde hace años, "el problema de la originalidad con Banksy no tiene sentido. No hay obras originales suyas a día de hoy, la mayoría han sido robadas, destruidas o retiradas por los servicios de limpieza. La técnica es muy fácil, lo que es original es el mensaje, el contenido de la obra", apunta. En 2002 e influido por el grafitero Blek le Rat (Xavier Prou), Banksy abandonó los botes de aerosol y optó por el estarcido, técnica rechazada por la subcultura de los grafiteros —"Las plantillas son para los que no saben dibujar", se suele decir—. 

Las casi 200 réplicas del museo madrileño han sido hechas en solo dos meses por artistas callejeros de todas partes de Europa, "algunos son famosos, otros quieren ser anónimos, pero todos han querido respetar el trabajo de Banksy", apunta Vardar. Nada más entrar al espacio con aspecto de nave industrial en el que se ubica el museo nos topamos con "This is not a photo opportunity" (2007), una de la serie de lienzos con paisajes clásicos vandalizados por el misterioso grafitero. Irónicamente, el museo funciona como un gran plató instagrameable de la obra del británico. 

De la identidad del artista callejero solo se sabe que nació en Bristol y que comenzó a pintar en la década de los 80, aunque desde hace años se rumorea que detrás del personaje estaría Robert Del Naja, co-fundador de la banda Massive Attack. Su obra funciona como arma arrojadiza para criticar todos los males de la sociedad moderna: capitalismo, cambio climático, guerras. 

La muestra, de gran tamaño y ambientada de tal manera que simula las calles donde se encuentran los grafitis originales, posee réplicas de sus primeras obras, como el mural hecho en Bristol The Mild Mild West (1999), donde un osito de peluche lanza un cóctel molotov sobre tres agentes antidisturbios, hasta sus hazañas más recientes, como las del pasado verano en Londres, centradas en la temática animal. 

No faltan sus obras más icónicas como los policías besándose (Kissing Coppers) (2004), Niña con globo (2003) o Soldado meando (2002). Más desconocidos son sus lienzos reinterpretando obras de pintores como Monet (Show Me The Monet) o Van Gogh (Crude Oils), así como el Walled Off Hotel, hotel que hizo en 2017 a unos pasos del Muro de Belen en Cisjordania y que se recrea en la muestra.

Museo Banksy de Madrid. Foto: M. C

Museo Banksy de Madrid. Foto: M. C

 

Helicópteros, risas de niños y ruido ambiente de la calle caldean los fríos muros de hormigón. La muestra nos traslada a las zonas de conflictos armados como Gaza y Palestina (Beach Boys, Mila y globo al vuelo, Ángeles abriendo la barrera de separación) todas ellas de 2005 recreadas en un gran mural. Así como de la guerra de Ucrania, con algunos de las pinturas más famosas, en su mayoría protagonizadas por niños. 

Casi el 80% de su obra está en Reino Unido, pero Banksy es un fenómeno global. A pesar de haber sido muy crítico con la industria del arte, el artista se ha convertido en uno de los artistas más caros del mundo, con cuadros subastados por millones de euros en el mercado secundario (no vendidos por el propio Banksy). Pest Control, la empresa que se encarga de gestionar su patrimonio, son claros en su página web: "Decir 'Banksy escribió en su libro que los derechos de autor son para perdedores' no te da vía libre para tergiversar al artista y cometer fraude. Lo hemos comprobado". 

Aun así, Hazis Vardar se muestra tranquilo ante las críticas que suscitan sus museos y reitera que no van en contra del espíritu del grafitero. "Creo que Banksy puede expresarse muy bien y si estuviera en contra de esto, diría algo. Tiene Instagram, puede hacer incluso una pintura en contra y nunca ha dicho nada. Dos meses después de abrir en París el primer museo dijo: 'Siempre permitiré que se hagan copias'.

Y añade: "He escrito un libro sobre su trabajo, que me costó dinero y tiempo, y el 100% de los beneficios se donaron a una asociación a favor de los inmigrantes. Respetamos el espíritu de Banksy, no podemos hacer otra cosa más allá de donar el 100% del dinero. No nos quedamos un centavo. Pero el problema es que la gente no entiende que alguien haga algo gratis. ¿Tienen 180 piezas de arte delante de ellos y lo único que les importa son los derechos de autor? Es una locura".