Image: Arquitectura. Madrid protagonista

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Arquitectura

Arquitectura. Madrid protagonista

27 diciembre, 2007 01:00

J. M. Ballester / Museo del Prado

Con la vista puesta en la adjudicación de las Olimpiadas de 2016, Madrid ha acaparado buena parte de los grandes proyectos de este 2007. Cuando aún se escuchaba el eco de la T4, se alzó el nuevo Prado de Moneo y se preparan, no sin polémicas, las grandes obras del eje Prado-Recoletos. Y en 2008, Zaragoza se engalana para acoger la Expo Universal.

Parece que este año que termina tiene a Madrid como protagonista. En 2008 será posiblemente Zaragoza la ciudad española que acapare toda la atención y no podemos olvidar tampoco que años atrás, ciudades como Barcelona o Sevilla, fueron el centro mediático por los acontecimientos que en ellas se celebraron: las Olimpiadas y la Exposición Universal. Madrid, de momento sin Olimpiadas y sin exposición busca su sitio y lo consigue en las grandes operaciones urbanas.

Sin duda, es el Museo del Prado, con la ampliación de Rafael Moneo el acontecimiento más importante de este año y la reforma de los espacios públicos próximos será, si no lo está siendo ya, la intervención más importante a nivel urbano, sin olvidarnos del soterramiento de la M30. El proyecto Eje Prado-Recoletos ideado por los arquitectos álvaro Siza y Juan Miguel Hernández de León pretende embellecer una de las arterias más emblemáticas de Madrid, enlazando las principales instituciones culturales de la ciudad: el Prado, el Reina Sofía y el Thyssen-Bornemisza, junto con el Real Jardín Botánico, la Biblioteca Nacional y la Fundación CaixaForum.

Estas importantes operaciones de cirugía urbana vienen acompañadas por tres grandes intervenciones arquitectónicas. La primera realizada por Emilio Tuñón y Luis Moreno Mansilla junto a los cuatro nuevos rascacielos que se levantan en Madrid: el Centro Internacional de Convenciones, un edificio que lejos de quedar absorbido y ridiculizado por la imponente presencia de las torres es capaz de dar sentido a toda la intervención urbana, convirtiéndose en lo que será, sin duda, el verdadero icono de la ciudad: un gran sol detenido en el tiempo.

La segunda es el gran proyecto cultural de Madrid, situado esta vez junto a su recién recuperado río: Matadero Madrid, donde arquitectos como Arturo Franco y Fabrice Van Teslaar, Antonio Fernández Alba y José Luis Castillo-Puche, Ignacio Carnicero, Alejandro Vírseda e Ignacio Vila o Antón García-Abril renovarán las diez naves convirtiéndolo en el mayor espacio europeo dedicado íntegramente a la creación contemporánea.

Y si en el sur de la ciudad se levanta el espacio de la cultura junto al río, junto a la nueva insignia de Madrid, la Terminal T4, se comienza a construir la Ciudad de la Justicia. Tras el sonado escándalo de la adjudicación, sin demasiado rigor, del Tribunal Superior de Justicia y la Audiencia Provincial a Norman Foster, y que provocó una sonada protesta de numerosos profesionales encabezados por el Colegio de Arquitectos, se empezaron a convocar concursos públicos para la realización de los restantes. Y así se va configurando un conjunto que sigue las trazas marcadas por José Manuel López Peláez y Javier Frechilla. Junto a Foster, arquitectos como Richard Rogers, Alejandro Zaera, Picado-De Blas, Rafael de la Hoz, Fernando Pino y García de Paredes, Carnicero-Vila-Virseda y Zaha Hadid, dibujarán una amalgama de cilindros de diferentes tamaños en lo que posiblemente se configure como la mayor ciudad judicial del mundo.

En el ámbito de los premios, el británico Richard Rogers se ha llevado el premio Pritzker. El arquitecto que junto a Renzo Piano realizara en los años setenta el Pompidou deslumbrando a todos con los enormes y coloridos conductos de instalaciones vistos por las fachadas, es autor ahora, junto al Estudio Lamela, de la T4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, premio Stirling concedido por el RIBA en 2006 y que en 2007 ha recibido el International Architecture Award otorgado por el Chicago Athenaeum, distinguiendo la Terminal como uno de los mejores diseños arquitectónicos del momento actual y la verdadera puerta de entrada al nuevo Madrid.

Santiago Calatrava recibe el Premio Nacional de Arquitectura; El Teatro Valle Inclán de Madrid, de ángela García de Paredes e Ignacio García Pedrosa el Premio de Arquitectura Española 2007; la intervención en la muralla nazarí en el barrio granadino del Alto Albaicín realizada por Antonio Jiménez Torrecillas, el Premio a la Intervención en el Patrimonio Arquitectónico Español; por la Sede Judicial de Antequera, en Málaga, Ignacio Laguillo Díaz y Harald Schünegger han recibido el premio FAD de Arquitectura y por último, Emilio Tuñón y Luis Moreno Mansilla el premio FAD de Interiorismo por la Fundación Pedro Barrie de la Maza en Vigo y posiblemente el que es el segundo premio más importante que puede recibir un arquitecto en su trayectoria profesional tras el Pritzker, el Premio Mies van der Rohe que en este año 2007 ha sido para el MUSAC.