Image: Santiago Sierra

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Arte internacional

Santiago Sierra y el trabajo remunerado, en Viena

5 diciembre, 2002 01:00

Kunsthalle Viena

Austria. Hasta el 8 de diciembre

La obra de Santiago Sierra, nacido en Madrid en 1966 pero residente ya desde hace años en México D.F., es conocida por su controvertida visión de la economía capitalista. Es una obra claramente política, condicionada por las diferencias sociales y, en ocasiones, decididamente dura. Pese a haber pasado gran parte de su vida en España sus exposiciones en nuestro país no han sido frecuentes. La última vez que pudimos ver su obra fue en el MNCARS de Madrid con motivo de la exposición No es sólo lo que ves. Pervirtiendo el Minimalismo enmarcada en el ciclo "Versiones del Sur", que tuvo lugar hace un par de años.

En sus performances, Sierra no busca la representación de un hecho sino que el hecho está presente en sí mismo, esto es, que la acción presentada tenga lugar en la galería o el museo. De esta forma, el trabajo de Sierra funciona como actividad y no como producto. Las acciones suelen ser absurdas, carentes de sentido alguno. La muestra de la Kunsthalle de Viena, organizada en el Project Space, propone los "trabajos remunerados" en los que el artista lleva ya algunos años trabajando. Se trata de contratar a cierto número de gente para que realicen la acción de teñirse el pelo, como hiciera en Venecia en la última Bienal, o simplemente, como en esta ocasión, dejarse trazar una línea en la espalda para, a través de todos los participantes, marcar un trayecto. Alude Sierra a la problemática del trabajo llegando en algunos casos a rozar niveles de humillación. Son éstas, dice Sierra, las actividades y actitudes que hacen posible el funcionamiento del capitalismo.

Utiliza el artista los estratos marginados de la población. La gente necesita comer y no sobran las oportunidades. Da la impresión de que Sierra va a poder realizar este tipo de proyectos toda su vida. Se ha llegado al punto de permitir el uso del propio cuerpo con tal de ser remunerado. Esta actitud artística choca claramente con el espectador haciéndolo sentirse incómodo al contemplar el desarrollo de la acción. Es vergonzante que este sea el pan nuestro de cada día y pase inadvertido para la mayoría de la gente. Este es el mensaje de Santiago Sierra.