Image: Tacita Dean
Tacita Dean
Arte en el mundo
5 diciembre, 2002 01:00
Tacita Dean, una de las artistas británicas más interesantes de su generación, expone por vez primera en Alemania en la Kunstverein de Düsseldorf con una obra centrada en las particularidades del soporte cinematográfico.
Primera exposición en Alemania de la joven artista británica Tacita Dean (Canterbury, 1965) de cuya obra ya tuvimos ocasión de ver una interesantísima exposición en el MACBA a principios del pasado año. Dean trabaja con muchos soportes pero es sobre todo conocida por sus películas en 16 mm. Ha sido objeto de importantes exposiciones como la que le dedicara la Tate Modern londinense y el Hirshhorn Museum and Sculpture Garden de Washington.
Es práctica habitual en todos los filmes de la británica la presencia del agua y una exasperante lentitud, un ritmo pausado que trata de proponer disfunciones en la percepción del espectador. Imágenes que se acercan al estatismo fotográfico. Dean juega en todo momento con tomas fijas o muy tenues movimientos de cámara, y aunque en apariencia sus filmes son claros y fácilmente comprensibles, siempre queda una sensación enigmática en el espectador. La presencia del mar tiene que ver, en muchas de sus obras, con el concepto de "sublime". El mar en estado bravo, con la presencia frecuente de faros que constituyen la única referencia humana ante la inmensidad del océano. Actúan como silenciosos testigos en una atmósfera sumamente dramática. Hablamos de una obra de connotaciones metafóricas múltiples.
Son explícitas las alusiones al mar en esta exposición alemana. Interiores atestados de objetos entre los que se encuentran barcos en miniatura. Habitaciones donde se almacenan cosas en las que tan solo luce una pequeña bombilla que cuelga, desnuda, del techo. Un ligero ambiente de sospecha rodea todo el escenario. Esa luz, frágil como la propia bombilla que la encierra, ha de fundirse en cualquier momento. La luz como ente iluminador, como guía, aquí es donde se identifica con el faro y como concepto de protección está siempre presente. A través de las tomas largas y la cámara fija, el espectador se enfrenta durante un largo periodo de tiempo a la escena, creando una atmósfera inquietante.
Primera exposición en Alemania de la joven artista británica Tacita Dean (Canterbury, 1965) de cuya obra ya tuvimos ocasión de ver una interesantísima exposición en el MACBA a principios del pasado año. Dean trabaja con muchos soportes pero es sobre todo conocida por sus películas en 16 mm. Ha sido objeto de importantes exposiciones como la que le dedicara la Tate Modern londinense y el Hirshhorn Museum and Sculpture Garden de Washington.
Es práctica habitual en todos los filmes de la británica la presencia del agua y una exasperante lentitud, un ritmo pausado que trata de proponer disfunciones en la percepción del espectador. Imágenes que se acercan al estatismo fotográfico. Dean juega en todo momento con tomas fijas o muy tenues movimientos de cámara, y aunque en apariencia sus filmes son claros y fácilmente comprensibles, siempre queda una sensación enigmática en el espectador. La presencia del mar tiene que ver, en muchas de sus obras, con el concepto de "sublime". El mar en estado bravo, con la presencia frecuente de faros que constituyen la única referencia humana ante la inmensidad del océano. Actúan como silenciosos testigos en una atmósfera sumamente dramática. Hablamos de una obra de connotaciones metafóricas múltiples.
Son explícitas las alusiones al mar en esta exposición alemana. Interiores atestados de objetos entre los que se encuentran barcos en miniatura. Habitaciones donde se almacenan cosas en las que tan solo luce una pequeña bombilla que cuelga, desnuda, del techo. Un ligero ambiente de sospecha rodea todo el escenario. Esa luz, frágil como la propia bombilla que la encierra, ha de fundirse en cualquier momento. La luz como ente iluminador, como guía, aquí es donde se identifica con el faro y como concepto de protección está siempre presente. A través de las tomas largas y la cámara fija, el espectador se enfrenta durante un largo periodo de tiempo a la escena, creando una atmósfera inquietante.
