Image: Fiona Tan

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Arte internacional

Fiona Tan

Arte en el mundo

24 abril, 2003 02:00

Akte 1 film and video works. De Pont Foundation for Contemporary Art. Tilburg . Holanda. Hasta el 11 de mayowww.depont.nl

Fiona Tan nació en 1966 en Indonesia pero vive y trabaja entre ámsterdam y Berlín. Ha participado en las grandes citas recientes (Venecia, Kassel) con una obra que versa sobre la contemplación, sobre nuestra posición a la hora de mirar y ser mirados. Fiona Tan tiene una mirada limpia y nítida que fija su objetivo de manera inquisitoria. Acercándose insultantemente a sus motivos, la artista fija primeros planos sobre personas. ¿Saben que les miramos? ¿Saben acaso que están sometidos al más penetrante escrutinio?. Tan estudia planteamientos centrados en la objetividad y la subjetividad. Vive entre estas dos posturas, la inocencia y frescura de la mirada objetiva y la visión contaminada e interesada de la subjetividad.

La muestra de la Fundación De Pont, una de las instituciones más prestigiosas de los Páises Bajos, ofrece diez obras, videos y films, con los que Fiona Tan convoca al espectador a situarse en un plano de realidad. Tanto el personaje que mira, como el observado, se sitúan en contextos socioculturales que a veces chocan y otras se abrazan. Es el suyo un enfoque tremendamente preciso que propicia una clara supremacía de la imagen. Utilizando un gran número de archivos, Tan entremezcla documentos reales con imágenes tomadas por ella enfatizando esa dualidad objetividad-subjetividad antes mencionada y planteando, al mismo tiempo, un discurso crítico que sempiterna y osmodernista voluntad de despistarnos, de hacernos pararnos o asiáticos, tradiciones perdidas de profundo arraigo, introduce repentinamente un elemento cercano, claramente perceptible y fácilmente insertable en nuestros códigos de asimilación de imágenes fomentando un clima momentáneo de confusión, un estado que, si bien fugaz, nos invita a reflexionar sobre todo aquello que nos rodea.

Esto ocurre en muchas de las piezas aquí expuestas como "San Sebatián". La figura de nuestro santo se inscribe en una poética de tradiciones lejanas en las que la cámara se mueve sigilosamente, como no queriendo molestar, examinando rostros y actitudes. Es la misma estética que la obra que presentó en la Documenta de Kassel, "Coutenance" en la que camina por las calles de Berlín contemplando a los que contemplan, a los que dejan divagar a su mirada. La suya es una búsqueda de miradas perdidas, de lentas y placenteras visiones.