Image: At Your Own Risk

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Arte internacional

At Your Own Risk

Arte en el mundo

10 julio, 2003 02:00

Schirn Kunsthalle, Frankfurt. Hasta el 7 de septiembrewww.schirn-kunsthalle.de

"At Your Own Risk" es una exposición que, desde diferentes campos explora el concepto del riesgo en la contemporaneidad.

Interesante muestra ésta de la Shirn Kunsthalle de Frankfurt. Como dicen los comisarios de la exposición, los "riesgos controlados" son una de las experiencias más populares entre las sociedades occidentales, ya sea en la vertiente del ocio, con los innumerables deportes y juegos creados en estos últimos años, o bien en el ámbito del comportamiento humano, en el que la interpretación "morbosa" de lo desconocido empuja a las personas al atrevimiento y a la pérdida de escrúpulos. En las sociedades actuales se toman habitualmente riesgos y esta exposición trata un tipo de producción artística que nace en los años noventa y que convierte al espectador en usuario o, al menos, en parte muy activa de la obra en cuestión. Del mismo modo, mientras hay ciertas obras de evidente contenido lúdico, hay otras que muestran la manera de afrontar y encarar situaciones que implican cierto compromiso o riesgo. Por consiguiente se hace aquí una distinción clara entre algo que podemos controlar, evitar o ignorar; y otros peligros a los que estamos igualmente expuestos pero que quedan fuera de nuestro control, ya sean accidentes naturales o avatares del destino.

La exposición ha de dividirse en tres apartados. El primero de ellos explora el concepto de riesgo como sujeto enfrentándonos a situaciones diversas como el sexo o la droga. El segundo es una descripción metafórica o epistemológica del concepto mientras el tercero nos introduce en su vertiente más lúdica.

De los artistas participantes la gran mayoría proceden de países europeos. De los más conocidos son la brasileña Ana María Tavares, el belga Carsten Holler o la también belga Ann Veronica Janssens. Tanto Tavares como Jannsens han tenido obras en exposiciones españolas. La primera en la Bienal de Pontevedra, la segunda en una interesante colectiva de la galería Fúcares. Carsten Holler es ya un "regular" en las colectivas de todo el mundo. La brasileña Tavares propone, en su habitual temática de "no lugares", sendas plataformas para los pasillos de aeropuerto para ambos sentidos. En el espacio intermedio un gran espejo refleja a todo espectador y a uno mismo produciendo singulares efectos de inestabilidad y desequilibrio. El belga Carsten Holler es muy conocido por sus obras de carácter científico en las que nunca falta un alto componente lúdico. En estas mismas páginas dábamos cuenta hace tan solo unos meses de su exposición en el ICA de Boston en la que creó un gran tobogán en el lobby del centro. Holler juega siempre con conceptos enfrentados, cruces de percepciones que obligan al espectador a pararse y tomar noción de su situación física, de su posición en el espacio. En la exposición Holler continúa esta línea proponiendo un gran recipiente en el que flotan 20.000 placebos blancos. El espectador es invitado a tomar una de estas píldoras sin saber cual será el efecto. Su compatriota Ann Veronica Janssens sitúa al espectador en situaciones ambiguas, una sala llena de niebla separada del resto del espacio por un cristal. Se genera así una sensación inquietante y confusa donde los conceptos de tiempo y el espacio se tornan imprecisos.

Del resto de los artistas destaca la pieza de Julia Scher en la que el espectador puede ser grabado y luego ver las imágenes sobre las que no tendrá control alguno. La línea general de la exposición es la de situar al espectador en contextos que exaltan su vulnerabilidad, espacios en los que todo puede ocurrir, entornos confusos donde la duda y la ambigöedad se erigen en indiscutibles protagonistas.