Ilya y su mujer Emilia enfrentan en Venecia dos maneras muy distintas de contemplar el arte en un juego de claras raíces conceptuales

Organizada de forma paralela a la Bienal de Venecia, la Fondazione Querini Stampalia presenta un proyecto de Ilya y Emilia Kabakov en el que plantean una trama conceptual sobre las maneras de contemplar el arte en dos épocas bien distintas: finales del siglo XIX y la actualidad. Kabakov trata de exponer la percepción de los jóvenes creadores con respecto a la posición del artista de aquella época, una época que consideran caduca. Ilya Kabakov, conocido como el "Padre del Conceptualismo Ruso", es, si no el más, uno de los artistas rusos más reconocidos de la segunda mitad del siglo XX. Sus comienzos como artista se inscriben en el marco de la dictadura soviética, cuando trabajaba como ilustrador de libros para niños mientras realizaba obras conceptuales de forma clandestina. Desde los años ochenta, época en la que se traslada a Occidente, Kabakov realiza instalaciones de gran tamaño y proyectos públicos con los que propone todo un fluir de simbologías de carácter irónico y con un profundo sentido crítico.

La Fondazione Querini Stampalia alberga, pues, dos exposiciones distintas. Una de ellas de fines del siglo XIX y la otra de arte contemporáneo. Del mismo modo, como es lógico, también hay dos tipos distintos de espectadores. Los espectadores de la exposición del diecinueve son grandes figuras con gruesas piernas. Esto es todo lo que vemos, unas gruesas piernas que alcanzan toda la altura de la sala. La vista de la cintura hacia arriba se nos ha negado. De la misma forma, las obras que pertenecen a la época del diecinueve también se nos muestran negadas por cuanto solo podemos contemplar un pequeño resquicio. El resto del cuadro queda en el hipotético piso de arriba. Debajo de estos grandes cuadros, enmarcados según el estilo de la época, tenemos fotografías con un simple marco de madera que aluden a la representación típica contemporánea.

De otro lado, el espectador, al entrar en la sala, advertirá una serie de huecos creados en el ángulo de la pared y el suelo. Esos huecos están cubiertos por una lámina de plexiglás a través de la cual se puede divisar un paisaje con sus montañas, sus ríos o sus ciudades. Si el espectador se agacha aún más, podrá contemplar la actividad de la ciudad, sus coches, su tráfico, su cotidianeidad frenética. Mientras la pareja de gigantes puede contemplar gran parte del cuadro de época, es ajeno a lo que está ocurriendo debajo que no es otra cosa que la actividad contemporánea. Nosotros, desde abajo, intuimos parte del cuadro mientras contemplamos nuestro quehacer diario. Los Kabakov formulan así la pregunta que da título al proyecto: "Where is our place?" e inciden en el concepto de relatividad y en que todo ha de ser visto desde la óptica del sentido crítico y moral.