Arte internacional

Richard Deacon

Arte en el mundo

17 julio, 2003 02:00

Museum Ludwig, Colonia. Hasta el 21 de septiembrewww.museum-ludwig.de

El Museo Ludwig de Colonia presenta la obra última de Richard Deacon. Una serie de cerámicas en la que ha estado trabajando desde hace tres años

RICHARD DEACON
Museum Ludwig, Colonia. Hasta el 21 de septiembre
www.museum-ludwig.de



El Museo Ludwig de Colonia presenta la obra última de Richard Deacon. Una serie de cerámicas en la que ha estado trabajando desde hace tres años

Richard Deacon es uno de los escultores más reconocidos del Reino Unido, país de gran tradición escultórica, con muchos de los nombres más laureados del siglo XX. Moore, Caro, Kapoor, Cragg o Gormley son algunas de las grandes figuras de la escultura contemporánea. Deacon ha pasado los dos últimos años en Alemania realizando esta serie de cerámicas, material que nunca había utilizado hasta hace apenas dos años. Como es sabido, Deacon otorga al proceso creativo un papel vital en cada obra. Con unos inicios influidos por las premisas reduccionistas de Donald Judd o Robert Morris, su obra comenzó a caminar hacia territorios de mayor narratividad a finales de los años setenta, cuando introdujo formas de connotaciones simbólicas. Deacon recuerda que tuvo que realizar un viaje a los Estados Unidos para "purificarse" ante la escasez de ideas de peso estético en su Inglaterra natal. Es después de este viaje, a principios de los años ochenta, cuando Deacon empieza a ser Deacon.

Esta búsqueda de una mayor significación narrativa llevó al artista a investigar con formas y estructuras de carácter orgánico realizadas con una gran variedad de materiales. El análisis de estos materiales, los diálogos que propiciaban y su capacidad metafórica, se convierten en el eje principal de su trabajo. Muchas de las obras adquieren la apariencia de miembros del cuerpo, articulaciones, órganos sexuales, etc. Sin embargo, Deacon nunca muestra significados implícitos o evidentes sino que se desenvuelve entre susurros y rumores, realidades que subyacen debajo de la superficie, debajo de esa piel que siempre esconde algo, texturas, rugosidades, la frialdad del acero o la dureza astillada de la madera. A medida que avanzan los años, las preocupaciones del artista se unen en sintonía a la del resto de creadores de la época: el diálogo con el espacio. Recordada es una de sus exposiciones londinenses de 1986 en la que desplegó sus cajas de acero galvanizado por todo el espacio de una galería que más que un espacio expositivo al uso semejaba una casa particular.

Esta exposición alemana, la primera individual institucional en el país teutón, trata de indagar en un apartado desconocido en la obra del inglés: la cerámica. Estas obras últimas despliegan el lenguaje característico de Deacon. El dinamismo, las sugerencias, y la experiencia orgánica se unen aquí a todo un mundo metafórico que gira en torno a las cualidades de la materia. Las propiedades intrínsecas del barro son siempre respetadas por el artista, algo que, evidentemente, hará que cambie su sistema de trabajo. Aquí no habrá diálogo entre materiales e intervendrán notablemente las técnicas de modelado. Muestran estas obras un gran sentido de superficie, de porosidad, un recorrido rugoso que se despliega en curvas que propician estructuras de gran dinamismo. Sugerencias que se desplazan lentamente en el espacio como rumores ondulantes, sutiles.