Hasta el día 4 de enero se puede ver la VII Bienal de Lyon, una de las 25 bienales que aparecen diseminadas por la escena artística global

Son pues veinticinco bienales, de diferentes niveles, bienales de primera y de segunda, que son buen ejemplo de la fácil accesibilidad del gran público al arte contemporáneo. Esta cercanía es la razón por la que este tipo de eventos están adquiriendo un carácter cada vez más espectacular, algo que ya pudimos ver en la Bienal de Venecia que aún ahora se puede ver en la ciudad italiana. En los días previos a la apertura al gran público, los días reservados para la prensa, familias enteras paseaban por los pabellones admirándose de las geniales ocurrencias que proponían ciertos artistas. Cómo es lógico, esta cercanía al gran público repercute en el tipo de obras que uno se encuentra por las bienales. Piezas ruidosas, llamativas, cercanas a presupuestos de índole comercial que provocan el entusiasmo del visitante. últimamente, es más difícil encontrar obras con discursos reflexivos, montajes que inciten a la contemplación, al silencio. Parece ser que Dan Cameron, director artístico de la Bienal de Estambul, que abre sus puertas estos días, tiene la intención de establecer recorridos cercanos al concepto de lo poético con obras que también incluyan ciertos componentes de carácter social, en busca de un nivel de compromiso que se aleje de lo evanescente, lo frágil y lo sumamente falso.

La Bienal de Lyon, en su séptima edición, tiene como director artístico a Thierry Raspail , director del Museo de Arte Contemporáneo de Lyon y está comisariada por un equipo de cinco personas. Anne Pontégnie, comisaria independiente y crítica de arte; Robert Nickas, también comisario independiente, y el consejo director de Le Consortium, uno de los grandes centros franceses, formado por Xavier Douroux, Franck Gautherot y Eric Troncy. El título de la Bienal es "It Happened Tomorrow" tomado del film del mismo título realizado por Jean Clair en los años cuarenta. No se trata de aventurarse con el tema de la película, un clásico francés, sino de incidir en la perspectiva del tiempo, en el solapamiento de realidades que este produce y, de manera indirecta, apuntar a la cuestión de la temporalidad como tema central en la creación artística contemporánea.

Los organizadores han intentado mezclar artistas de diferentes generaciones, seleccionando obras recientes de artistas consagrados con obras de jóvenes emergentes. Se genera de esta forma un paisaje variado de interés con entrecruzamientos generacionales que se antojan sugerentes. Ha habido invitaciones a artistas como Christopher Wool, Jorge Pardo o Franz West; exposiciones monográficas de artistas como Larry Clark o Robert Grosvenor; presentaciones de obras míticas ya vistas en multitud de exposiciones como "Cosmodrome" de Gonzalez- Forester, "Upside Down Mushroom Room" de Carsten Holler o "Lightshow #2 de Pierre Huyghe". Por último, también se podrán ver aportaciones novedosas de artistas como Xavier Veilhan, Rodney Graham o Katharina Fritsch.