Image: Kim Sooja

Image: Kim Sooja

Arte internacional

Kim Sooja

Arte en el mundo

25 marzo, 2004 01:00

Museum Kunst-Palast, Dusseldorf. Hasta el 23 de mayowww.museum-kunst-palast.de

La obra de la coreana Kim Sooja se pudo ver el pasado año en Madrid en el Círculo. Ahora introduce instalaciones en el Kunst -Palast de Dusseldorf.

Nacida en Taegu, Corea, en 1957, Kim Sooja lleva ya unos cuantos años en la élite de la creación contemporánea con una obra que versa sobre la percepción del entorno, sobre cómo se interpreta el lugar de origen de uno desde la lejanía, desde la perspectiva que aporta la distancia. Gran parte de su trabajo se inscribe en dinámicas performativas generalmente desarrolladas en lugares públicos. Muchas de estas performances tienen lugar con mucha gente alrededor. Para ello lleva a cabo un intenso proceso de concentración y relajación que le hacen aislarse del gentío para, de este modo, cuestionar el concepto de identidad situando la suya propia en el ámbito de lo público, enfrentándose al otro. Kim Sooja estudió pintura en Seul y en París y vive en Nueva York desde 1998. Su obra ha sido objeto de exposiciones de gran importancia en centros como el PS1 de N. York, la Seccession de Viena o la Hayward Gallery de Londres y ha participado en las Bienales de Venecia y Sao Paulo. Esta del Kunst-Palast es su primera gran exposición en Alemania y está coproducida junto al Museo de Arte Contemporáneo de Lyon.

Esta exposición muestra muchas de estas performances, reunidas bajo el título A needle woman. Realizadas entre 1999 y 2001 en grandes ciudades (Nueva York, Dheli, Tokio, Shanghai, Cairo, Mexico DF o Lagos), trasladan el ámbito originario y local de Sooja a la gran metrópolis. A needle woman (la mujer aguja) muestra a la artista tumbada en el suelo, o simplemente de pie, erguida, en el centro de la ciudad. Sooja permanece inmóvil mientras la gente poco a poco empieza a arremolinarse en torno a ella sorprendida por el insólito encuentro. Sooja se describe a sí misma como una aguja y al coro de gente como el manto a tejer o como el manto que la cubre al contemplarla. Es la metáfora de la introducción de lo local en el mundo globalizado. La cámara se sitúa detrás de la artista y por tanto es posible comprobar el gesto de sorpresa de los transeúntes. Y es que la idea de tejer es algo recurrente en la obra de la artista coreana desde principios de los noventa. Los tejidos son una metáfora de la tradición coreana. Las colchas, por ejemplo, tantas veces utilizadas por Sooja, son el regalo típico que se hace a los recién casados. Otra versión de esta misma pieza muestra a Sooja tumbada sobre una gran roca. Ella mimsa es el paisaje entre la tierra y el cielo, mientras las nubes pasan por encima. En contraste con la idea efímera de la ciudad con las idas y venidas de la gente, esta imagen ofrece la idea de la proporción cósmica del tiempo y el espacio. Aquí el flujo humano es inexistente y lo único que realmente ocurre es el lento recorrido de las nubes.

En el Kunst-Palast la pieza principal es precisamente A Laundry Woman, de 2000, en la que el espectador puede caminar por una sala en la que aparecen multitud de colchas coreanas colgadas. Son brillantes y coloristas y parecen tendidas para secar. Mientras el espectador concibe las mantas y colchas como algo netamente estético y agradable, con sus esplendidos bordados y sus ricos tejidos, Sooja está haciendo referencia las tradiciones y símbolos de un mundo concreto, local y desconocido para muchos.