Summer of Love es una de las itinerancias más relevantes de esta temporada. Tras su paso en la Tate Liverpool, se puede ver ahora en Frankfurt antes de recalar en la Kunsthalle de Viena.

No hay duda de que se trata de una exposición distinta. Coproducida por tres grandes instituciones europeas, pretenden¡ arrojar luz sobre el llamado “Summer of Love”, que no fue otro que el del año 1967 y que tuvo lugar fundamentalmente en San Francisco y Londres, aunque en la exposición se presentan otros focos como Liverpool o Nueva York. Esta exposición, en la segunda etapa de la itinerancia, es una buena ocasión para conocer en profundidad un movimiento contracultural que por lo general ha sido desatendido e infravalorado. Porque el arte y la cultura producidos durante la “era psicodélica” son muy interesantes pero, a la vez, ignorados. Tradicionalmente se ha entendido el arte psicodélico como un tipo de producción más cercano a las artes aplicadas y, en definitiva, al mal gusto, un arte que quedaba excluido del contexto de su tiempo por la fuerza del Pop, el Conceptual y el Minimal. El “estilo” psicodélico es el resultado de la interacción entre Arte, tecnología, la cultura de las drogas, la música y muchas otras influencias en el contexto de un espíritu emancipador siempre ansioso de libertad Más allá de una percepción puramente nostálgica, la exposición trata de desvelar el contexto en el que tienen lugar ciertas operaciones artísticas que aún hoy siguen teniendo una indiscutible actualidad a tenor de los trabajos de un gran número de artistas contemporáneos. Porque, como expresa el comisario de la muestra Cristoph Grunemberg, director de la Tate de Liverpool, “es necesario superar la nostalgia y tratar de aprehender el potencial creativo y visionario de un periodo en el aún quedan muchos aspectos por descubrir, aspectos que nos ayudarán a entender y apreciar no sólo la naturaleza revolucionaria del arte y la política de aquel tiempo sino también cómo ésta continúa modelando nuestros modos de pensar hoy”.

Esta muestra no se centra en las prácticas artísticas convencionales sino que incluye otros lenguajes sin los cuales no podríamos obtener una visión global del movimiento. Podemos ver, además de pinturas, esculturas y referencias arquitectónicas, portadas de discos, posters y carteles o magazines underground que forman parte de colecciones de muchos países pero sobre todo de San Francisco y Londres. De entre los artistas mas conocidos destacan John McCarcken, Robert Indiana, Richard Hamilton o Richard Avedon. También debemos subrayar la presencia de muchos artistas que se encuentran en territorios marginales y que hareconstruido instalaciones y ambientes como Mati Klarwein y su “New Aleph Sanctuary” realizado originalmente entre 1963 y 1971, en la que se reúnen la mayoría de su motivos principales, muchos de ellos utilizados en las portadas de los discos de Santana.

También hay un amplio apartado dedicado al video, al cine y a las instalaciones multimedia que inciden en esa particularidad tan propia de este periodo que es el concepto de la luz y la percepción de la música. Así, se muestran los trabajos realizados por Andy Warhol para la Velvet Underground, las instalaciones de películas de Mark Boyle o la interesantísima proyección de Gustav Metzger. No debemos obviar, tampoco, la fuerte presencia del documental.