Arte internacional

Carla Arocha

Arte en el mundo

6 abril, 2006 02:00

Sin título

Kunsthalle Berna. Suiza. Hasta el 21 de mayo. www.kunsthalle-bern.ch

Comisariada por Jesús Fuenmayor y el director de la Kunsthalle Phillipe Pirotte, es la primera exposición institucional europea de la artista venezolana.

Carla Arocha nació en Venezuela en 1961 pero vive desde hace unos años en Amberes. Marchó a estudiar a Chicago donde se licenció en el Art Institute e hizo un master de Artes Visuales en la Universidad de Illinois. Ha realizado exposiciones en centros muy importantes como el MCA de Chicago, el Rufino Tamayo de Ciudad de México o el museo de Arte Contemporáneo de Amberes. En España no ha tenido ninguna individual y no ha participado en colectivas pero en esta última edición de ARCO pudimos ver algunas obras suyas en el stand de la galería de Monique Meloche, en el marco del programa comisariado "On Youthculture". Esta exposición de la Kunsthalle de Berna está compuesta por obras realizadas desde 2000 y algunos trabajos hechos específicamente para esta ocasión. Su obra traza una distinción entre el hecho de ver y el de mirar, una reflexión sobre como construimos nuestros hábitos de contemplación. De este modo, la exposición está concebida como un trayecto hacia lo visual que afecta al espectador desde el lado psicológico. Algunas de las obras aluden a esta reflexión a través de diversos estados de lo visible: lo transparente, lo reflector y lo opaco.

La gran fuente de influencias de Arocha es sin duda la tradición abstracto-constructivista de la que se ha empapado tanto en Venezuela como en Chicago (la tradición modernista de estos dos lugares es, evidentemente, muy diferente). Es de esta forma como Arocha interpreta la modernidad en el contexto de la cultura visual de nuestro tiempo. Desde el principio, Arocha ha tratado de plantear las posibilidades de continuidad de la experiencia de la modernidad a través de la tradición del lenguaje abstracto. Pero no lo hace ciñéndose a la propia historia del arte sino que trasciende sus límites para introducirse en los campos del diseño, la moda o la ciencia. Así, Arocha avanza en otros territorios para insistir en esa búsqueda de la verdad y la ilusión de lo óptico.

Otro de las características siempre presentes en el trabajo de la artista venezolana son las constantes trampas visuales que pone al espectador y la desorientación visual en la que éste, por fuerza, se sumerge. Hay por ejemplo piezas en las que simula la presencia de un fuerte foco de luz que más tarde apreciamos inexistente. El espectador recibe fuertes golpes en su percepción inicial y la sensación trasciende lo puramente óptico. Otro de estos trabajos muestra cinco paneles (de marcada raíz pictórica) de un mismo patrón pero con sutiles variaciones. Esa variación mínima genera un efecto óptico que desestabiliza al espectador al no poder enfocar plenamente el patrón pintado. Otra de estas piezas (precisamente ésta estuvo en ARCO) es un juego de cristales que cuelgan del techo a la altura de los ojos del espectador. Son cristales opacos de formas geométricas variadas. Situadas a diferentes alturas, reflejan la parte trasera de las piezas que tienen delante y, del mismo modo, ofrecen una imagen fragmentaria, siempre cambiante, en las antípodas de la unicidad, la especificidad y la trascendencia de la pintura abstracta modernista. Porque a pesar de la variedad formal de los trabajos de Arocha, casi todo gira, en definitiva, sobre el lenguaje de la pintura.