Arte internacional

Nalini Malani

Irish Museum of Modern Art, Dublín. Hasta el 14 de octubre

6 septiembre, 2007 02:00

Mother India, 2005

www.modernart.ie

Nalini Malani es una de las figuras más relevantes del arte de la India. El INMA de Dublín le dedica ahora una importante exposición

La exposición que se puede ver estos días en Dublín está comisariada por Enrique Juncosa, que ya comisarió una exposición sobre otro artista indio, Bhupen Khakhar, en 2002 en el MNCARS de Madrid, cuando ocupaba el cargo de subdirector. Esta de Malani es la primera exposición individual que una institución europea dedica a la artista y está compuesta por pinturas, dibujos murales, videoinstalaciones y un juego de sombras. La muestra recorrerá diversas etapas en la carrera de la artista e incluye, además, trabajos realizados específicamente para esta cita.

Nalini Malani nació en Karachi (Pakistán) en 1946 y desde hace dos décadas viene sosteniendo un diálogo con la historia, un pulso que se sitúa en el contexto de los artistas no occidentales que han querido interrogar las diferentes historias a margen de la que Occidente considera la oficial. Porque durante muchos años ha llevado a cabo este diálogo desde la certeza de que en el mundo occidental no interesaban las voces marginales que venían desde Asia o áfrica. Su trabajo es muy variado. Pinta sobre lienzo, papel, muros y cristales, realiza libros de artista de una gran belleza y juega con la gráfica con mucha frecuencia. Se sumerge con facilidad en lo escenográfico, colaborando con directores de teatro, músicos y diseñadores. Y aunque la mayoría de los críticos y aficionados al arte piensan que Malani es fundamentalmente una pintora, ella resuelve de forma rotunda: "No me considero pintora. Para mi la pintura es como un teclado para el compositor. Me ayuda a soñar, para componer ideas que pueden funcionar en muy diversos ambientes".

En esta exposición dublinesa se pueden ver figuras femeninas pertenecientes a las tradiciones occidental e india, mujeres que han constituido el núcleo central de su trabajo desde los setenta. Son temas sacados de la literatura (Alicia en el país de las maravillas) o de diversos mitos griegos, como el de Medea. En estas obras las mujeres aparecen aisladas, en soledad, o totalmente descontextualizadas de sus escenarios más obvios. En ellas se condensan no sólo nociones de memoria, mito, deseo o fantasía sino también referencias diversas a políticas locales y globales y al género y la identidad.

Nalini Malani tiene una presencia importante en la Bienal de Venecia de Robert Storr. En el Pabellón Italia cuelgan sus pinturas entre las de Elizabeth Murray y las del japonés Izumi Kato. Las de Malani, Kato y también las del congoleño Chéri Samba, vienen a constituir algunas de las muy pocas presencias "periféricas" en el discurso que Storr ha concebido para el Pabellón de los Jardines: una suerte de refriega entre figuras norteamericanas y europeas que transitan, en muchos casos, en torno a los límites de la Modernidad.