Arte internacional

Against time

Bonniers Konsthall, Estocolmo. Hasta el 25 de noviembre

4 octubre, 2007 02:00

Gerard Byrne: 1984 and Beyond, 2006-2007

www.bonnierskonsthall.se.

La exposición otoñal de la Bonniers Konsthall tiene todo el interés. A través de los trabajos de 20 artistas, versa sobre el tiempo, la historia y las diferentes formas de narrar.

El concepto del tiempo es un tema recurrente en los circuitos expositivos internacionales. La Bienal de Lyon de 2005, que montó el tándem Sans & Bourriaud, llevaba por título On Duration y son muchas las instituciones europeas que han explorado el tema a través de grandes colectivas. En el ámbito español, se inaugurará en los próximos días en el MARCO de Vigo una gran exposición organizada por la portuguesa Isabel Carlos que se titulará Tiempo al tiempo. Si en el final de la Modernidad se estudió en profundidad -no sólo los artistas en sus obras, también las instituciones en sus programas de exposiciones- el tema del espacio, es el tiempo, en gran medida por su carácter intangible y por su importancia como constructo de narrativas, uno de los temas estrella en la creación contemporánea.

El proyecto Against Time que propone la Bonniers Konsthall de Estocolmo está comisariado por su directora, Sara Arrhenius, y se compone de una exposición colectiva integrada por 20 artistas y de un libro, titulado Anacronismos. El eje central de la exposición es la vinculación del arte de hoy con el pasado, con la historia del arte, con las formas de narrar y con la experiencia del tiempo. Entre los artistas presentes parece haber varios vínculos como la inclinación hacia la imagen en movimiento y la recuperación de ciertos lenguajes como la performance y a través de éste hilo conductor parece claro, pues, que hay una intención clara de darle una cierta tangibilidad al tiempo. La persistente recuperación del pasado hace que éste adquiera un estado nebuloso, indeterminado, como si fluyera hacia adelante y hacia atrás. Y así, el tiempo se transforma en una gran variedad de narrativas cuya cercanía a un pasado real es menos relevante que la atracción estética que producen.

La intención principal de esta exposición es la de explorar diversas formas de contar historias y la de preguntarse cómo se crea la continuidad (a la hora de narrar), cómo se trunca y dónde se pueden encontrar alternativas a la narración. La mayoría de los artistas tratan de subvertir la condición lineal del tiempo que ha dominado el pensamiento occidental durante siglos. No se trata de derruir los cimientos que sustentan la historia sino de re-evocarla a partir de las sucesivas interpretaciones y narraciones que suscita.

De los veinte artistas que integran la muestra hay dos que resultan muy significativos a la hora de ilustrar el concepto de la exposición. Martin Karlsson trabaja en museos de Historia y crea escenarios con figurantes vestidos con las ropas de época correspondientes. Sus imágenes tienen ese aspecto de primera copia y los personajes, con sus atuendos y las actividades que practican, podrían ser el resultado de un estudio etnográfico. Pero al ver que son imágenes contemporáneas, el significado se subvierte. Del mismo modo, el irlandés Gerard Byrne presenta su pieza 1984 and Beyond, con la que representa a su país en la Bienal de Venecia, un trabajo en el que continúa con su práctica de insertar el pasado en el presente. Se trata de una reconstrucción fílmica de un artículo aparecido en un número de Playboy de 1963 sobre un grupo de autores de ciencia-ficción que hablan del futuro. Vestidos también con atuendos de la época, los autores aparecen representados en el jardín de una casa construido al abrigo del modernismo, momento desde el que se apostaba por una fe radical en el futuro. Es interesante ver cómo, al igual que sucede con el trabajo de muchos artistas actuales, las ruinas de las utopías del ayer se han convertido en subgénero artístico de primer orden.