Richard Prince
Guggenheim Museum. Nueva York. Hasta el 9 de enero
25 octubre, 2007 02:00Uno de los grandes artistas americanos de la segunda mitad del siglo pasado es ahora objeto de una gran retrospectiva en el Guggenheim de Nueva York.
Uno de los artistas más relevantes de los últimos 30 años, Richard Prince, expone en las salas del Museo Guggenheim de Nueva York una muestra comisariada por Nancy Spector, Chief Curator del centro y gran conocedora del arte realizado en Estados Unidos en las últimas décadas.A Prince se asocia con las imágenes de Cowboys que le situaron, a finales de los setenta, en una posición de privilegio en la escena internacional. Pero su trabajo ha tocado muchos más ámbitos, como puede apreciarse en esta exposición.
A finales de los setenta, Prince empezó a fotografiar anuncios, esto es, fotografiar fotografías y a presentarlos como obras autónomas. Este hecho supuso el gran espaldarazo en su carrera, un gesto de apropiación que obtuvo un inmenso eco. Prince suprimió el texto y mantuvo sólo las imágenes, que tomaban una nueva vida en su nuevo contexto. De esta forma, lo que Richard Prince propone es una simulación idealizada de la realidad. Buena parte de las razones por las que el artista comenzó a utilizar estas estrategias nacieron probablemente del trabajo como diseñador en una revista que entonces tenía en Nueva York, a donde había llegado en 1973. Ahí entró en contacto con los usos y herramientas del mundo de la publicidad, con la aspiración consumista, con el tratamiento de imágenes del mundo de la moda, de las grandes firmas y el lujo. Surgió así un interés por imágenes altamente estereotipadas.
A finales de los años setenta, Richard Prince se mudó desde Manhattan a un pequeño pueblo del mismo estado, Rensselaerville. Ahí, en una casa humilde, colgó sus fotografías y las colecciones que hacía. El efecto que produjo en la comisión de compras del Guggenheim fue tal que en 2005 lo compraron y montaron tal cual estaba. Pero un incendio reciente acabó con buena parte de este montaje y a día de hoy, no sabe muy bien qué hacer con el resto.
Pero la gran aportación de Prince al debate de la época fue el reto que lanzó a conceptos tan arraigados en la modernidad como la originalidad o la autoría. Las imágenes de cowboys, que empezó a realizar en 1980, confirman ese interés por el estereotipo, en este caso del hombre americano. En estas imágenes se vierte también otros conceptos como el paisaje americano y el Western, que son dos de los clichés más obvios de Norteamérica y que no hacen sino enriquecer la propia imagen.
Tienen los cowboys múltiples capas de significado. Tienen una referencia clara al cowboy más grande del momento, el presidente Reagan, y tienen asimismo mucho que ver con lecturas de género tan en boga en el momento a partir de la percepción de un sex symbol hipermasculinizado.
A mediados de los ochenta comenzó a realizar sus imágenes de gangs, en las que agrupa diferentes imágenes -siempre robadas- en una misma fotografía, inspirado por una técnica comercial. De este modo, el artista podría reflexionar sobre el status de las imágenes y cómo éstas se relacionan e interactúan. Están también presentes en esta retrospectiva los cartoons de los ochenta. Prince copió caricaturas y dibujos de revistas como The New Yorker o Playboy y más adelante añadió textos que nada tenían que ver con la imagen en sí. Se creaban, así, desconcertantes narrativas híbridas.
La exposición incluye también series de trabajo más recientes como los monocromos de mediados de los ochenta, los chistes, los Check Paintings, las capuchas, las novias o las enfermeras. Es una de las muestras más completas realizadas en torno al artista y, sin duda, una de las grandes citas de la temporada.