Lunch Break Installation. 2002-2003.

Kunstverein in Hamburg presenta la obra de Sharon Lockhart, una de las artistas estadounidenses más relevantes de su generación.

Sharon Lockhart viene a sumarse a la pléyade de artistas que reflexionan sobre la imagen fotográfica y la imagen en movimiento. Artistas como Willie Doherty, Andrea Fraser, Mark Lewis o Yael Bartana, la han precedido en este espacio alemán en una línea de investigación que tiene a día de hoy un buen número de artistas adeptos como se desprende de muchas de las colectivas que pueden verse en el concierto internacional. Lockhart, que nació en Massachussets en 1964 pero que vive y trabaja en Los ángeles, ha expuesto en grandes instituciones de todo el mundo, desde el Walker Art Center de Minneapolis hasta el Boijmans van Beuningen de Rótterdam o el MAC de Chicago. Esta exposición de Hamburgo viajará más tarde a la Secession de Viena.

La principal característica del trabajo de la artista estadounidense es la brecha entre los diferentes tipos de imagen que plantea, entre la realidad fotografiada y la realidad escenificada. Sus trabajos iniciales contenían alusiones a películas clásicas a través de fotografías que simulaban fotogramas. Audition, realizada en 1994, es una de las piezas centrales de esta exposición que consiste en una serie de imágenes fijas de chicos y chicas representan asuntos extraídos de La piel dura, el clásico de Truffaut de 1975. Son imágenes que parecen fotogramas y que generan en el espectador una cierta irritación por la contradicción entre la edad de los personajes y las escenas que representan. Y es que en la obra de Sharon Lockhart no sólo inquieta la tensión entre imagen real y construida. Hay otras brechas como la de los personajes en ese tránsito entre la juventud y edad adulta, una época conflictiva en la realidad que lo es también en las composiciones de la artista.

Este interés por los intersticios, a través de los cuales la ficción se filtra en lo real, ha llevado a la artista a tomar algunos de sus motivos de uno de los clásicos de la escultura norteamericana, Duane Hanson, y a sus hombres y mujeres que construyen simulacros de una realidad estereotipada. La imagen que reproducimos junto a estas líneas, Lunch Break Installation, es un gran ejemplo de esta deriva. Es una fotografía en la que los personajes aparecen contextualizados en una inquietante realidad en la que la ficción no sólo no se adivina sino que parece jugar un papel tan importante como el de la propia realidad.

No debemos pasar por alto el interés que muestra Lockhart por los soportes que utiliza. Siempre analizando las diferencias culturas que dimanan de los lenguajes del video y el cine, insiste en la importancia del contexto en el que se define su trabajo. En su carrera ha trabajado en teatros, cines y salas de exposición convencionales y en función del espacio en el que trabaje, puede presentar un mismo trabajo en diferentes formatos. Por ejemplo, una de sus piezas más celebradas, Pine Flat, también presente en esta exposición, ha sido mostrada de principio a fin en su duración total en teatros mientras que en salas de exposiciones se ha fragmentado y pasado en seis episodios, uno cada día. Importancia, pues, del contexto difusor de un trabajo que en la Kunstverein de Hamburgo puede verse en toda su coherencia, su lógica y su intensidad.