Labourer
"El jockey de Epsom", h. 12913
Especialmente reconocido como grabador, Jean-émile Laboureur (Nantes 1877 - Pénestin 1943) desarrolló asimismo una prolija y notable labor como ilustrador de libros. En su obra, de la que esta exposición hace un cuidadoso resumen a base de pinturas, grabados, libros, viñetas y diseños publicitarios, realizados entre 1896 y 1930, es posible observar los derroteros del arte de los inicios del pasado siglo. Divulgador del característico estilo de la línea clara derivada del cubismo, así como de los angulosos esquemas compositivos del expresionismo alemán, Jean-émile Laboureur no perdió, sin embargo, de vista la obra de los maestros clásicos del grabado. A ellos debe su impecable técnica en el manejo del buril y la gubia, hábilmente aplicados en sus múltiples aguafuertes y xilografías. Desde esta óptica, su obra gráfica constituye un interesante catálogo de técnicas diversas al servicio de un dibujo rico en detalles. El paisaje urbano, la vida nocturna, los cafés y cabarets, el mundo del trabajo y la naturaleza son parte de los episodios en los que Jean-émile Laboureur interviene como un ocurrente narrador. En contacto con el grabador Auguste Lapère y Toulouse-Lautrec, como también con Apollinaire, su obra se forjó a medio camino entre París, Dresde y Berlín, convertida en un chispeante reportaje de los tiempos modernos.