Image: La sátira social de Daumier y Vallotton

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Exposiciones

La sátira social de Daumier y Vallotton

26 julio, 2000 02:00

Honoré Daumier: litografía de la serie "Croquis del verano"

Galería La Caja Negra. Fernando VI, 17. Madrid. Hasta el 30 de agosto. De 50.000 a 60.000 pesetas

Ha sido una idea excelente emplazar, en medio de esta muestra de Daumier, una sala con 22 litografías del suizo Félix Vallotton, muy distante en estilo de Daumier, pero genuino heredero de su odio al burgués

Un día le preguntaron al dibujante y caricaturista Jean-Louis Forain dónde exponía sus obras y respondió: "en los quioscos". Daumier y Vallotton, siendo pintores imprescindibles en los museos, fueron grandes maestros del periodismo gráfico, de la prensa satírica y de su medio por antonomasia, la litografía. Las litografías de Daumier expuestas aquí, varias decenas, pertenecen a la colección extremeña de Juan Espino, que se expuso recientemente en el MEIAC de Badajoz. Abarcan tres décadas (de la de 1830 a la de 1850), desde la época del legendario Charivari, cuyas caricaturas pusieron en aprietos al régimen de Louis Philippe, que terminó por cerrarlo.

Buena parte de las series de Daumier están consagradas a la crítica de las costumbres (durante largas temporadas tuvo que evitar la política para no acabar en prisión): a los burgueses y pequeño-burgueses de estupidez ejemplar (Les Robert Macaire), al lumpen urbano (Bohemiens de Paris), o a modas tan absurdas como la obsesión de las mesas magnéticas a comienzos del Segundo Imperio (La Fluidomanie). A lo largo del tiempo, el dibujo con que Daumier plasma su fabuloso inventario fisiognómico evoluciona desde la línea neta hasta el trazo radicalmente pictórico: tembloroso, accidentado, eléctrico.

Ha sido una idea excelente emplazar, en medio de esta amplia muestra de Daumier, una sala con 22 litografías del suizo Félix Vallotton (1865-1925), muy distante en estilo de Daumier, pero genuino heredero de su odio al burgués. Las litografías de Vallotton expuestas aquí aparecieron en la revista anarquista L"assiette au beurre en los primeros años del siglo XX. "Avoir l"assiette au beurre" significa "tener la sartén por el mango" o algo así, y la revista atacaba ferozmente a los pilares e instrumentos del orden social: patronos, sacerdotes, jueces, policías.

En las estampas de Vallotton sólo existen dos clases: las víctimas (el proletario, la mujer, el niño) y los verdugos (entre los cuales pueden distinguirse las bestias humanas y quienes las mandan, los respetables propietarios y funcionarios). En cada estampa, una manifestación distinta de la misma violencia general: el gendarme tortura al detenido, el cura azota al niño, el marido apalea a su mujer, el propietario dispara sobre el intruso. Cada viñeta lleva una breve frase que resume y comenta la situación, poniendo en juego no la prédica y el sentimentalismo sino un despiadado humor negro. Un automóvil aplasta a una niña, y un gendarme advierte al otro: "Saluda primero, que es el auto de la Prefectura". Un orondo propietario con escopeta se justifica ante el guardia que levanta el atestado: "¡Está muerto, de acuerdo! Pero ¿estaba o no estaba en mis tierras?". (Este humor negro de inspiración política radical tiene hoy entre nosotros un heredero extraordinario, El Roto, en las páginas de El País).

El estilo de las estampas de Vallotton corresponde a la estructura del mundo social dividido que en ellas se denuncia: a base de contornos sintéticos y contrastes tajantes, con grandes manchas negras compactas. Ese estilo no brota de la litografía; Vallotton lo ha importado de sus grabados en madera de los años 90 (pioneros de una gran rehabilitación de la xilografía, que tanto influiría en los expresionistas alemanes). Las audacias de la mise en page recuerdan a las estampas japonesas (que Vallotton coleccionaba), a los compañeros nabis, a ciertos ilustradores art nouveau. Pero Vallotton pone todos los recursos del lenguaje gráfico moderno, a veces tan elegantes, al servicio de un significado: la asimetría y la composición en diagonal expresan una vida social desigual e inestable, los escorzos forzados y las figuras cortadas por el marco declaran la intensidad de la violencia imperante.