Image: José Manuel Ciria

Image: José Manuel Ciria

Exposiciones

José Manuel Ciria

20 septiembre, 2000 02:00

Naturaleza muerta con periódico, 2000. Técnica mixta y aluminio, 150 x 138

Galería Salvador Díaz. Sánchez Bustillo, 7. Madrid. Hasta el 28 de octubre. De 325.000 a 8.700.000 pesetas

Las experiencias plásticas de José Manuel Ciria (Manchester, 1960) se han movido en territorios imprecisos, entre los sueños de la materia, las reminiscencias figurativas nunca abandonadas completamente y un afán de síntesis formal, pero sobre todo de vinculación metafórica; o sea, de relectura hermenéutica en una cosmogonía en la que cualquier huella tiene importancia "per se", sin olvidar el seductor poder de la apariencia.

Pese a transitar por un espacio personal en la última década, Ciria, que en esta exposición se decanta por los grandes y medios formatos, hace convivir las lonas plásticas con diferentes elementos dispuestos en el soporte como collage, haciendo un guiño a lo cotidiano con la yuxtaposición de un clavel blanco, unos ositos de peluche y una bolsa de El Corte Inglés que no desvela las posibles maravillas que contiene.

En la mayor parte de las pinturas, una barra de aluminio cercena en dos el soporte incluyendo a la geometría de los límites como acotaciones de un discurso que puede interpretarse como un "continuum" o como fragmentos integradores de una realidad conceptualmente más completa.

El eclecticismo de Ciria convierte su antigua vertiente expresionista e informal en un barrido cromático -en la pieza más compleja y de mayores dimensiones- con cuatro módulos intercambiables, que definirá la mirada de los posibles espectadores.

Hay un par de obras que quiebran el nuevo discurso del artista. Una es una mezcla de fotografía y de pintura, de tachismo y realismo, en el que la mancha de la sangre estalla en un rostro adulto mientras un pequeño oriental no se atreve a sosegar sus miedos en la destrozada figura de su compañero de composición. La otra es una pieza compuesta por tenues matices cromáticos -algunos podrían hablar de oscuridades- tan queridos por Ciria en sus etapas anteriores, y es en ese apagado rescoldo en el que siguen crepitando, a mi entender, las más profundas emociones de este sabio y todavía joven creador.