Con esta exposición, la artista suiza Pascale Wiedemann (Chur, 1966) presenta una representativa selección de su versátil trabajo. Vídeos, fotografías e instalaciones vienen siendo los elementos habituales a los que recurre para abordar cuestiones relativas a nuestro entorno más inmediato. De una parte, una simple estructura de madera de grandes dimensiones, empaquetada con plástico e iluminada por una luz blanca de neón, lleva al espectador a girar a su alrededor. Cosidos en el plástico con lana, los convencionales diseños de unos muebles ponen en suspenso un espacio inquietante, que no es otro que nuestro reducto de intimidad. De otra parte, y al hilo de esta interesante instalación, una serie de fotografías ponen en tela de juicio los rostros de nuestros seres más próximos, mientras las imágenes de un vídeo retuercen de manera grotesca las caretas que los ocultan. De este modo echando mano de ingenio y sentido del humor, Pascale Wiedemann acierta en retratar corrosivamente nuestra realidad.