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Image: Hitchcock, lo bello y lo siniestro
Hitchcock, lo bello y lo siniestro
¿Qué aporta la exposición de Lleida? Es difícil hacer una valoración global de estos trece artistas tan distintos entre sí; sin embargo la exposición posee unas obras clave que articulan un itinerario, una visión sobre Hitchcock. Una de estas obras es la de Girardet y Möller, que presentan conjuntamente una serie, de vídeos, Las cintas de Phoenix, realizados ex profeso para la ocasión. Estos dos creadores escogen y ensamblan fragmentos de las películas del cineasta para mostrar con carácter didáctico las obsesiones y el universo de Hitchcock. Así, el vídeo titulado ¿Porqué no me amas? plantea un concentrado espeluznante de las neuróticas relaciones madre-hijo/a que asoman en sus filmes. Otra obra importante en el contexto de la exposición es 24 horas de Psicosis, de Gordon, una proyección lentísima de 24 horas de duración de la conocida película; su intención es mostrarnos aquellos detalles -u otra dimensión que escapan en un visionado normal. También es muy sugestiva la instalación de Reed en la que sus pinturas abstractas quieren plasmar o absorber la tensión de los personajes de una película del autor: la pintura como una suerte de doble del drama que viven los personajes.
¿Adónde nos lleva todo esto? Estos artistas nos revelan que la condición del arte es algo satánico e inmoral; que lo que nos atrae, no sólo en Hitchcock sino en el arte en general, es ese mundo oscuro y subterráneo que intuimos bajo la superficie de las cosas. Tenemos muchas dificultades para explicar el efecto estético, el porqué ciertas imágenes nos fascinan. Trabajando sobre Hitchcock, estos creadores nos hacen tomar consciencia de que, como apunta Eugenio Trías en uno de sus conocidos libros, lo bello y lo siniestro están relacionados y que es precisamente lo malévolo lo que nos impulsa a las imágenes. Algo muy pérfido habita en las obras de arte, aunque este algo sea percibido vagamente, sin ser revelado nunca de todo. Hitchcock lo sabía, aunque fuera intuitivamente. Las obras mencionadas nos hacen tomar consciencia de uno de los secretos de la percepción, de nuestra relación con las imágenes.