Image: Hamilton. La vida secreta de las imágenes

Image: Hamilton. La vida secreta de las imágenes

Exposiciones

Hamilton. La vida secreta de las imágenes

6 marzo, 2003 01:00

Sing (1975), Carafe (1978) y Ashtray (1979)

Introspectiva. MACBA. Plaza de los Ángeles, 1. Barcelona. Hasta el 1 de junio

Richard Hamilton (Londres, 1922) ha utilizado y se ha servido de aquella etiqueta de "patriarca del pop" con la que se le identifica en los manuales. Pero también esta calificación reduce el alcance de su obra; tiende a convencionalizarla. Hamilton es mucho más que el pop. En las entrevistas, él insiste en que sus referencias son Dieter Roth, Marcel Broodthaers y Joseph Beuys, es decir remite a un arte crítico, un arte como pensamiento, un arte profundo... El artista nos propone otra lectura de su trayectoria. éste es el interés de la presente exposición diseñada por el propio creador.

Me resulta difícil resumir la complejidad y la diversidad del itinerario de Hamilton. Pero, entre otros aspectos, merece especial atención una manera de trabajar que el artista utiliza recurrentemente. Hamilton repite con ligeras modificaciones la misma imagen una y otra vez: así las series de People (1965-66), Swingeing London 67 (1968-69), I"m dreaming of a white Christmas (1967-68), etc., que son sus obras más conocidas. Estas piezas consisten originalmente en una fotografía que posteriormente el artista manipula y traslada al óleo o a cualquier otra técnica. El resultado final son una especie de variaciones musicales o traducciones sobre la fotografía original.

¿Pero, por qué este procedimiento? He apuntado en alguna ocasión que responde a una manera de apropiarse emo- cionalmente de la imagen. Dicho de otra manera, se trata de un trabajo de exploración para saber cómo es la imagen por dentro. Quien repite una y otra vez la misma fotografía es como aquel que copia palabra por palabra El Quijote para aprender cómo está escrito. Es también como la película Blowup de Antonioni: un fotógrafo que descubre un secreto en unas fotografías banales gracias al trabajo de laboratorio de ampliar una y otra vez las copias.

El procedimiento de variaciones de Hamilton es una labor de análisis; es un cuestionarse qué hay detrás de la imagen. Y así Warhol recurre a una estrategia similar porque también posee la misma preocupación. Pero existe una gran diferencia entre ambos. En Warhol es casi un procedimiento mecánico de repeticiones. El de Hamilton resulta un método casi artesanal. Tan sólo basta comparar las versiones que tanto Warhol como Hamilton realizaron sobre Marilyn Monroe. Entre otras connotaciones Marilyn expresa el misterio de la fascinación de la imagen. Para mí, la respuesta de Warhol es como una oración que se repite hasta el infinito: la única respuesta que admite el mito. El procedimiento de Hamilton (My Marilyn, 1965) es diferente: intenta escrutar y rehacer la imagen.... No basta con una copia fría, por eso repinta, selecciona... Hamilton posee una profundidad ajena a Warhol

¿Cuál es el resultado de esta investigación? ¿Qué pasa después de repetir y ampliar esas imágenes? Yo creo que en estas variaciones Hamilton descubre un secreto como en el caso del fotógrafo de Antonioni: el fantasma que existe detrás de la superficie visible y que escapa a la percepción habitual del espectador. En algunas de las ampliaciones de Hamilton aparece una suerte de doble imagen, un elemento extraño. Se trata de una imagen ambigua entre lo abstracto y lo figurativo, pero imagen al fin y al cabo. Diferentes percepciones dentro de una misma configuración, o imagen dada que explica la vida secreta de la imágenes. ésta es una de las aportaciones de Hamilton, que no agota el contenido de esta exposición.