Patricio Cabrera
El jardinero, 2004
Vinculado a la mítica galería La Máquina Española, de la que a mediados de los años ochenta surgió un notable grupo de artistas, Patricio Cabrera (Ginés, Sevilla 1958) ha venido desarrollando una coherente y personal trayectoria pictórica. Desde una figuración desleída, su pintura fue reafirmándose por los derroteros de la abstracción a base de construcciones geométricas, hasta dar cabida, en los últimos años, a una serie de obras en las que tiene lugar todo tipo de encuentros y peripecias visuales. Extraños juegos de perspectiva, juegos de distorsión y repentinos cambios de escala han ido configurando una compleja amalgama de arbitrios visuales que no hacen sino proyectar en el espectador un muy directo acercamiento. Como ha señalado Valeriano Bozal a propósito del trabajo de Chema Cobo, con quien Cabrera comparte no pocas afinidades, "lo fantástico no es ajeno a lo cotidiano e incluso puede explicar lo cotidiano mejor que un razonamiento ‘pie a tierra’, pero lo fantástico nunca deja de ser cotidiano, puede encontrarse en todos los lugares y, ante todo, a la vuelta de la esquina". Así, en la presente exposición Patricio Cabrera deja ver ahora, como antes, un fondo de retórica ironía que lo pinta todo en lienzos y papeles, atreviéndose incluso en esculturas. Con todo lujo de detalles, sobre una red de estructuras ornamentales, se dejan ver determinados episodios figurados animados por un llamativo cromatismo. De ese modo, haciendo ostentación de estrategias pop, Cabrera abunda en una calidoscópica narración en la que, a modo de jardín de las delicias, se cultivan toda suerte de espinosas formaciones vegetales entre las que a menudo asoma un rastro humano que observa, vigila y asiste, confundiéndose con ellas.