Tintín soy yo
Hergé
11 enero, 2007 01:00Imagen extraída de la carpeta de Le lotus bleu, de 1935
Una inmensa pancarta de tela, con un cohete pintado de colores rojo y blanco, con cuadros, sobre el fondo negro del espacio, cubre la fachada del Centro Pompidou, con un tamaño mucho más grande que el de las pancartas que anuncian las otras exposiciones. Todos reconocemos ese cohete: nos lleva directamente al mundo de Tintín, el personaje de cómic creado por el dibujante belga Hergé. La pancarta es, en efecto, el anuncio de la exposición, gratuita, que el Centro Pompidou dedica a Hergé, de quien se cumple el centenario de su nacimiento el próximo 22 de mayo de 2007, y con la que se pretende "ilustrar la importancia del cómic en la historia del arte del siglo veinte".La verdad es que el tamaño de la pancarta no corresponde a la exposición que anuncia: una interesante exposición documental, pero que está muy lejos de abordar siquiera mínimamente, aunque fuera en referencia sólo a la obra de Hergé, una temática de tanto interés como las relaciones del arte contemporáneo con el cómic. Articulada en dos partes, en las que se presentan, por un lado, la vida y la obra de Hergé de forma cronológica, en unos simples paneles de una gran pobreza en su concepción, y por otro una aproximación temática, sin duda lo más consistente, con dibujos, planchas y publicaciones originales, la muestra decepciona, porque desde luego uno hubiera esperado mucho más.
Así que una vez ajustado nuestro punto de mira, ¡qué le vamos a hacer: en todas partes hay exposiciones fallidas!, nos queda la ocasión de introducirnos en los procedimientos de trabajo de Hergé, a través de un conjunto de documentos originales, y a la vez de situar su gran obra: Tintín, en el contexto público e histórico de su aparición y desarrollo. Hergé se llamaba en realidad Georges Rémi, y comenzó ya en 1924 a utilizar el nombre Hergé, formado con la pronunciación, en francés, de las iniciales de su apellido y su nombre, para firmar sus ilustraciones. Dibujante precoz, en 1921 entró a formar parte del grupo de exploradores o scouts de su colegio, en cuya revista se publicaron sus primeras ilustraciones, y poco después, en 1923, en la revista mensual del movimiento scout belga. Será en esta publicación donde, en 1926, aparezcan las "extraordinarias aventuras de Totor", un personaje juvenil que prefigura a Tintín.
En 1928, Hergé es nombrado director del suplemento semanal para jóvenes de un diario de Bruselas en el que, el 10 de enero de 1929, "nacen" Tintín y Milú. En 1930 se publica el primer álbum: Tintín en el país de los soviets, al que seguirían veintitrés más hasta 1976, año de aparición de Tintín y los "pícaros". En la exposición se llama la atención sobre el encuentro de Hergé, en los años treinta, con un joven chino que estudiaba en la Escuela de Bellas Artes de Bruselas: Chang Chong-Jen, quien le hizo comprender la importancia de documentarse a fondo para sus historias, algo que marcaría un punto de inflexión en los álbumes de Tintín, a partir del cuarto: El loto azul, publicado primero por entregas en el suplemento del diario entre agosto de 1934 y octubre de 1935, como álbum en 1936, y cuyas 124 planchas originales pueden verse en la muestra.
Las aventuras de Tintín, y de los demás personajes que le acompañan, además de Milú: Hernández y Fernández (en la versión original, Dupont y Dupond), la Castafiore, el Capitán Haddock y el Profesor Tornasol, son hoy conocidas en todo el planeta. En un homenaje particularmente significativo, Andy Warhol realizó en 1979 una serie de cuatro retratos de Hergé: en la exposición tan sólo se presenta la ampliación de una foto de ambos. En todo caso, resulta hoy evidente la calidad estética y conceptual del trabajo de Hergé, quien falleció después de una larga enfermedad el 3 de marzo de 1983, en la síntesis de narración literaria y dibujo de las historias de Tintín, y los hilos de comunicación de éstas con el arte de nuestro tiempo.
Es también significativo, por ejemplo, saber que Hergé consideraba a Botticelli como su pintor favorito, entre los antiguos, y a Joan Miró, entre los modernos. Que su color favorito era el rojo. Y que consideraba el esbozado a lápiz de sus historias como el momento decisivo, en el que ponía toda su energía, llegando incluso en ocasiones hasta a perforar el papel. Para mí, la importancia de Tintín reside en su capacidad para mantener el sueño emprendedor del joven, la mirada limpia del adolescente en nuestro mundo tecnológico, trayendo así a Peter Pan desde el País de Nunca Jamás al mundo cotidiano, en el que habitan la violencia y el crimen, pero también valores como la amistad o la justicia. A la vez, no cabe duda de que Tintín es una especie de autorretrato, o metamorfosis, del propio Hergé, y no sólo en sus rasgos físicos. Como él mismo diría, parafraseando la famosa afirmación de Flaubert sobre Madame Bovary: "Tintín (y todos los otros) soy yo".
Citas del año Hergé
- El Salón del Cómic de Angulema rinde homenaje al padre de Tintín con la exposición Hergé, del viaje imaginario al viaje interior (del 25 al 28 de enero).
- Bruselas recibe Hergé, del viaje imaginario al viaje interior (del 28 de febrero al 4 de marzo), que también se exhibe en Ginebra de 2 al 6 de mayo.
- Tintín y los autos, ya presentada en Bruselas, se podrá ver en Barcelona del 9 al 17 de junio de 2007, con ocasión del Salón del Automóvil. La muestra reúne alrededor de una veintena de los vehículos -coches y motos- retratados en los álbumes.
- El Museo Marítimo de Estocolmo presenta Tintín, Haddock y los barcos, una muestra que atrajo en su momento a 300.000 visitantes en París (del 26 de mayo al 2 de marzo de 2008).
- El centenario de Hergé será celebrado también con varias emisiones de sellos de correos en Bélgica, Suiza y Francia, con una obra de teatro en Londres y con una comedia musical en Holanda.