Roberto Jacoby, sonriente empatía
El deseo nace del derrumbe
25 marzo, 2011 01:00La castidad, 2006
Bajo premisas como 'tecnología de la amistad' o 'estrategia de la alegría', el artista y sociólogo Roberto Jacoby propone un recorrido por sus experimentos, montajes y estrategias de exposición, concebidas siempre entre la fiesta y la investigación social. El Museo Reina Sofía le dedica su primera antológica.
Tal es el caso de esta primera exposición en un museo de lo que el propio Reina Sofía califica de "múltiple y esquiva producción" del argentino Roberto Jacoby, sociólogo, artista y autor de canciones, cuyas realizaciones se iniciaron hacia 1966 y que continúa hoy en activo. En este tiempo sigue fiel a un sólido ideario político, civil y estético del que cabe decir que, cuanto más te aproximas a su conocimiento, mayor es la empatía que sientes con este ciudadano y creador que ha hecho de la ligereza, el humor, la paradoja, la crítica y, sobre todo, de la alegría, un modo de estar en el arte y en la vida.
La comisaria de la exposición y autora del libro que la acompaña, Ana Longoni, y un numeroso equipo de colaboradores con quienes ha participado el propio Jacoby, han recopilado un exhaustivo material de archivo que incluye la totalidad de las acciones, textos -en su mayoría inéditos-, convocatorias, recreaciones, canciones, carteles y un extensísimo etcétera de la obra del artista Jacoby. Un material que presenta algo más que una exposición al uso.
Lo que propone el Museo Reina Sofía es un paseo por el tiempo y un acercamiento a situaciones ignoradas, desconocidas u olvidadas: desde el libertario espíritu colectivo que brotó en los sesenta, el paso terrible por las dictaduras latinoamericanas de los setenta y el derrumbe artístico de los ochenta, hasta la constatación del cuerpo, el sexo y la identidad como motores de una subjetividad política y las crisis sucesivas del inicio de un nuevo siglo. Todo ello, ejemplificado en restos, huellas, documentos, fotografías y un muy reducido grupo de obras originales.
La presentación en tres espacios diferentes del museo puede confundir al visitante que no haya sido bien informado, aunque resulta especialmente pertinente para el trabajo de Jacoby, ya que en el juego que se establece entre continente y contenido brota el sentido de una obra que sólo se alcanza a entender con la lectura y la proximidad curiosa a cada una de sus propuestas.