Image: Tócala otra vez, Mrs. Goetz

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Exposiciones

Tócala otra vez, Mrs. Goetz

All the World's a Stage. Works from the Goetz Collection

27 marzo, 2015 01:00

Obra de Zilla Leutenegger

Sala de Arte Santander. Boadilla del Monte (Madrid). Hasta el 14 de junio.

La primera sensación al ver la selección de obras realizada por el comisario Karsten Löckemann junto a la coleccionista Ingvild Goetz, es de asombro, una sorpresa doble, tanto por la solidez de los artistas que integran su colección, como por las obras elegidas en esta exposición. Incluso las que menos conmueven son estupendas. La colección, iniciada a mediados de los 80, cuenta actualmente con unas 5.000 piezas y un museo propio en Múnich, obra de los arquitectos Herzog & de Meuron.

No ha debido ser fácil para ambos elegir entre tantas obras de calidad como la que esta colección ofrece. Las primeras adquisiciones fueron de Arte Povera (muy ligadas a la actividad de marchante de Goetz en los años 60 y 70); siguió con artistas norteamericanos de los 80 (Félix González-Torres, Robert Gober, Richard Prince); en los 90 con representantes de los Young British Artist como Tracey Emin, pero también Mona Hatoum, Sarah Lucas o Rachel Whiteread y ha continuado, después, prestando atención a decenas de artistas emergentes.

Más allá de la referencia teatral, el protagonista de esta exposición es el ser humano que aparece, a veces, ausente. Excepcional

La colección, que vemos en Madrid gracias a la Fundación Banco Santander, incluye pintura y escultura, así como obra gráfica de artistas tan singulares como Blinky Palermo y Fred Sandback. Aunque su punto fuerte está en las colecciones de fotografía y vídeo: la primera incluye nombres históricos (August Sander, William Eggleston, Diane Arbus) y representantes de la postmodernidad (Cindy Sherman, Thomas Demand); la segunda cuenta con más de quinientas obras en vídeo de artistas de primera fila.

El diálogo entre arte y teatro, y el concepto central de "representación", explícito en el shakesperiano título de Todo el mundo es un teatro, funciona como hilo conductor de toda la exposición. La mayor parte de los artistas han trabajado para el teatro o han colaborado en producciones escénicas concretas, algo que se nota en la muestra y que provoca encuentros especialmente felices entre las obras elegidas. Desde la entrada, queda ya abierta la interlocución entre unas y otras. La gigantesca pintura de Michael Kunze (1961), que evoca inmediatamente los grandes escenarios pictóricos de Pablo Veronés (y se puebla de criaturas que nos remiten a los mundos de Tiepolo, Altdorfer, El Bosco, Chirico, Magritte o Anselm Kiefer) está junto a las esculturas de Jonathan Meese (1970) que metamorfosean criaturas procedentes del mundo del cómic y de los videojuegos de ciencia ficción.

Más sugerente aún es la sala donde coinciden las fotografías de Ulrike Ottinger (1942) y las de Nan Goldin (1953), y de la primera, en una sala adjunta, el deslumbrante vídeo Freak Orlando, de 1981. Dicen de ella que es la obra menos accesible de Ottinger, aunque aquí funciona estupendamente. Incluye una amplia corte de extraños personajes y funciona casi como una road movie ahistórica. Las cuestiones de género, la presencia personal a la que cada sujeto aspira y las metamorfosis de sus protagonistas levantan un espectáculo tan sórdido como teatral. Tras contemplar la instalación de Hans-Peter Feldmann (1941), auténtica cueva platónica habitada por sombras, nos adentramos en el Cremaster V de Matthew Barney (1967), y en las instalaciones videográficas de Mike Kelley (1954): Lonely Vampire y Joseph Suplicattes, de 2005. Incluso la instalación permanente de los paneles de José Luis Sert dialogan con los vídeos de Rosemarie Trockel (1952). Inolvidables resultan las obras de Candice Breitz (1972), Janet Cardiff & George Bures Miller (1957, 1960), Rodney Graham (1949), o Zilla Leutenegger (1968).

Concluiré diciendo que, más allá de la referencia teatral, el verdadero protagonista de esta exposición es el ser humano, que aparece ya como actor principal, ya como figura ausente. Excepcional.