Eso es el amor
Love or the Lack of it
17 julio, 2015 02:00Vista de la exposición con la obra de Félix González-Torres al fondo
Una exposición sobre el poder de la desdicha y la euforia del amor. Bálsamo de tigre para dilemas emocionales. La encontramos en la galería Travesía Cuatro, una pequeña píldora propia de museo donde hay de todo: pérdida, soledad, optimismo, abatimiento, sexo, ironía, desolación, esperanza...Merece la pena ir a verla por varias de las obras que recoge. Una de ellas es la montaña de caramelos del cubano Félix González-Torres (1957-1996), imagen mítica del arte de los 90. Deliciosos papelitos de celofán brillando en una de las esquinas de la galería. Aunque por lo general las obras aquí no se tocan desafíen las leyes del arte y llévense cuantos caramelos quieran. No se corten. Suministro inagotable, dice la cartela. El artista cuenta con ello para poder hablar de lo que muere y lo que se renueva, de lo que se esfuma y lo que permanece. Del amor en todos sus estados: un baile inevitablemente desacompasado.
Desde una de las paredes nos llama un neón. Yo soy el adiós (2009), dice. Nos atrapa como sólo lo hacen las certezas. Es una de las obras del alemán Friedrich Kunath (1974), artista y a la vez comisario de esta exposición. Te deja con una sensación de falsa nostalgia, sombría y sincera. Otra luz, pero de una bombilla, parpadea en un bote de conservas del americano Matt Johnson (1978), como si quisiera retener en la despensa una pequeña fuente de energía.
Lágrimas vemos en las fotos de la inglesa Sam Taylor-Johnson (1967). Un Paul Newman desolado en 2002. Nos quedamos con la duda de si es un juego de artificio inherente a la interpretación o no. Con ello juega también la artista. El amor como enigma. Fotos expone, también, Margarete Jakschik (1974), alumna de Thomas Ruff y heredera de la fotografía cotidiana norteamericana de Stephen Shore y William Eggleston. Un gato y un pajarillo separados por el cristal de una ventana, los dos desafiándose con la mirada. Aves protagonizan, también, las fotografías casi científicas del alemán Jochen Lempert (1958), con dos palomas cuyo coqueteo gutural parece que llegamos a oír.
El tono sube en las ilustraciones de Charles Raymond (1891-1982) para El placer del sexo (guía gourmet de las relaciones sexuales), que se mezclan con las esculturas de escayola de Thea Djordjadze (1971) de objetos íntimos y triviales. Eso es el amor. Sí señor.
@bea_espejo