Cal Kestis con un sable doble en las calles de Coruscant

Cal Kestis con un sable doble en las calles de Coruscant

Videojuegos

'Jedi: Survivor', una de las historias más poderosas de la saga Star Wars

Respawn Entertainment desecha los arquetipos maniqueos para explorar la moralidad de unos personajes obligados a tomar decisiones en situaciones extremas

22 mayo, 2023 02:22

Han pasado cinco años desde los eventos del anterior juego, Fallen Order, cuando Cal Kestis destruyó la lista de los niños sensibles a la Fuerza para protegerlos del imperio, renunciando así también a la posibilidad de reconstruir la orden Jedi. Durante este tiempo, ha estado ejerciendo de partisano contra el régimen. Tras el fracaso de una operación en Coruscant, acaba estrellando su nave en Koboh, un mundo en la frontera de la galaxia.

Mientras explora su enorme extensión, descubre reductos de los Jedi de la época de la Alta República, doscientos años antes, y a Dagan Gera preservado en un tanque de curación durante todo este tiempo. Sin embargo, el antiguo Jedi lo traiciona nada más ser liberado y se lanza a la búsqueda de una brújula especial que le permita un pasaje seguro a través de la nebulosa inestable del sistema para llegar a Tanalorr, un planeta mítico. Reconociendo su potencial como santuario fuera del alcance del imperio, Cal emprende la persecución del jedi caído para hacerse con la brújula antes que él.

Fallen Order (2019) fue un nuevo comienzo en videojuegos para la franquicia creada por George Lucas. El legendario cineasta jugó un papel fundamental en la historia del medio interactivo con su estudio LucasArts, que tuvo su época dorada durante los años noventa y principios de los dos mil. Sin embargo, tras la compra de Disney, sus puertas cerraron y la compañía restauró en 2021 el nombre original, Lucasfilm Games, para licenciar con cuidado sus universos.

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Respawn Entertainment creó en Fallen Order una aventura fantástica basada en la exploración de mundos, una progresión de habilidades que abrían nuevos caminos, combates de espadas láser y puzles inteligentes que requerían usos creativos de la Fuerza. Lo que hace Survivor es coger ese esquema y expandirlo de manera considerable gracias al poder de la nueva generación.

La secuencia en Coruscant con la que abre el juego resulta apabullante. La capital de la galaxia es una metrópolis de escala planetaria, con miles de niveles superpuestos, un tráfico aéreo constante y un mar de luces de neón. El nivel de detalle es sorprendente, pero no deja de ser una sección lineal para aclimatarnos a los controles y a las mecánicas principales.

Es en Koboh cuando el juego se abre de verdad, con panorámicas cautivadoras de un mundo en la frontera, agreste y salvaje, entre salteadores de caminos y las fuerzas de un imperio que apenas consigue mantener una tenue presencia. De las antiguas cámaras jedi subterráneas a las imponentes estructuras de basalto de los bosques, de una enorme fisura volcánica a un pantano desolado, un ascenso alpino entre la bruma y hasta un observatorio más allá de las nubes, todo el mapa está interconectado, con múltiples secretos y zonas opcionales que hacen de la exploración una delicia.

El virtuosismo en el diseño de niveles ya sería razón más que suficiente para decantarse por el juego, pero es que Respawn lo acompaña esta vez con una de las narrativas más interesantes que hayan salido de la franquicia hasta el momento. Aunque la premisa básica del argumento es bastante sencilla –una carrera para conseguir la brújula que les señalará el camino del codiciado refugio–, el tratamiento de los personajes no podría ser más complejo, con cientos de conversaciones que los van perfilando en situaciones cotidianas y un cuidado exquisito en las cinemáticas.

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Cuando la acción se desata, el impacto es real, provocando una respuesta emocional sincera. Cal Kestis es un personaje fantástico, pero Bode, un mercenario intentando preservar la seguridad de su hija, y Dagan Gera, un Jedi fuera del tiempo con un resentimiento de siglos contra la orden que lo traicionó, no se quedan a la zaga.

Situaciones extremas

El mayor acierto de Jedi: Survivor es alejarse de los lugares comunes de la saga para poder contar su propia historia, la historia de Cal Kestis, un joven al que le han arrebatado todos sus referentes morales y debe dirimir su actuación en situaciones extremas y admitir que la cosmovisión radical de los Jedi podía llegar a ser un despropósito.

Cal (Cameron Monaghan) y BD-1 en Koboh en 'Jedi: Survivor'

Cal (Cameron Monaghan) y BD-1 en Koboh en 'Jedi: Survivor'

Sin villanos evidentes, Survivor muestra la colisión frontal de personajes con diferentes visiones de lo correcto cuya cerrazón y obsesiones les impide confiar lo suficiente como para encontrar una vía de consenso, de traumas sin resolver y de la imposibilidad de mantenerse fiel a unos ideales religiosos, radicales en su absolutismo, en la crudeza de una guerra contra un coloso fascista.

Es una pena que los problemas de rendimiento hayan enturbiado el título durante el lanzamiento, pero la mayoría se subsanarán y lo que quedará es una de las historias más poderosas de una saga que, como ya hizo en Andor o Los últimos Jedi, triunfa cuando adopta un tono revisionista en su acercamiento al mito.