Cádiz y el humor
[caption id="attachment_354" width="188"] Las divinas de la muerte[/caption]
En estos días se celebra en Cádiz, en el Gran Teatro Falla, el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAG). Durante 25 días, desde el 31 de enero y hasta el próximo 28, de febrero se suceden actuaciones de comparsas, chirigotas, coros y cuartetos para elegir a las mejores formaciones del Carnaval de este año. La competición es el preámbulo de esta tremenda fiesta que los gaditanos celebran con verdadero fervor casi todo el año (comienzan con sus preparativos al final de verano) y que también da fe de sus genes artísticos, pues en el concurso participan nada menos que 156 agrupaciones, o sea, más de 10.000 artistas aficionados.
Para hacerse una idea de la pasión que despierta entre los gaditanos este concurso me explican desde el teatro municipal que las entradas para ver las semifinales se vendieron en cuatro horas. Es pues casi imposible conseguir una entrada para la final, el día 28, viernes de ceniza, en el que se da el pistoletazo de salida del Carnaval y que se prolonga durante diez días, hasta el 9 de marzo. Diez días en los que hay pregón, actuaciones, fuegos artificiales, carrusel de coros, cabalgata… y muchos disfraces. Hay que tener en cuenta que fuera del programa oficial hay también un gran número de agrupaciones que actúan durante los días de Carnaval por calles, peñas y plazas.
Para un foráneo no es fácil manejarse con el funcionamiento y la agenda de este Carnaval. Enrique Miranda, actor, director de escena y encargado de retransmitir por el canal Onda Cádiz el COAG, me explica que “el de Cádiz es un carnaval de letra, porque lo importante, lo que más valor tiene, es encontrar el “tipo”, o sea, el tema, y desarrollarlo a través de composiciones líricas siempre en clave de humor”.
Es aconsejable conocer cómo se organizan las agrupaciones y qué formas musicales siguen en sus actuaciones, pues integran coplas como el pasodoble, el cuplé, el tango o el pupurri, según su naturaleza. Así, los coros (con un máximo de 35 cantantes y 10 músicos) interpretan su repertorio a tres voces y se acompañan de guitarras, laudes y bandurrias y son los únicos que integran tangos; las comparsas (15 integrantes) cantan a dos voces y van con bombo, una caja y un máximo de tres guitarras, debiendo sacar el tono con los pitos; las chirigotas (12 máximo) cantan a una sola voz y se acompañan de un bombo, caja y dos guitarras como máximo, sacando también el tono con el pito; y los cuartetos (5 como máximo) se acompañan también de pitos carnavalescos. Las actuaciones no deben superar los 25 minutos y los grupos de adaptan a un guión que se compone de una presentación, alternancia de las coplas (cuplés, pasodobles o tangos) y pupurrí final.
Desde el punto de vista del humor y el estilo, también hay diferencias. La comparsa se centra más en la denuncia social y es, estilísticamente, la más elegante. También el coro se basa en la denuncia, frente a la chirigota, que es de trazo más grueso y en la que prima el humor. En cualquier caso, “uno de los elementos más importantes a valorar no sólo es dar con el tipo, sino que tanto letras, como música, disfraces y puesta en escena converjan en él”, explica Miranda.
Así pues el Carnaval es un vivero fascinante de compositores músico-vocales, maestros de la sátira social, de la crítica política graciosa, del chascarrillo y del chiste, pues es desde este prisma desde el que abordan los asuntos más candentes o triviales de la realidad. Se calcula que cerca de 200 autores de letras participan este año en el COAG. Pero también el Carnaval destaca por el extraordinario despliegue de disfraces que se ven. Por lo general, los artistas son gente que tiene su trabajo y que dedica los fines de semana a ensayar con el grupo. Son aficionados aunque hay algunos que han conseguido vivir de estas representaciones e, incluso, unos pocos se han proyectado en el mundo artístico o periodístico, como por ejemplo, Antonio Martín, que fue letrista de Rocío Jurado; José Reguero Roldán, “Yiyu”, hoy locutor en la Cadena SER con el programa “La cámara de los balones”, o El Canijo de Carmona, que trabaja para Canal Sur y participa este año con la chirigota Las divinas de la muerte.
Algunas agrupaciones, pasado el Carnaval, hacen giras por todo el país hasta finales del verano, llegando hasta el centenar de funciones. Una de estas es la chirigota del Selu, que se ha hecho con el primer premio de su modalidad en varias ocasiones. Su chirigota Los borrachos (primer premio en 1992) está considerada como una de las mejores en la Historia de los Carnavales. En su repertorio figura Las verdades del banquero, uno de sus éxitos más recientes, y este año vuelve con Pepe Trola.
Hacer una antología de los mejores artistas y de las mejores actuaciones sería una ardua y extensa labor. Baste mencionar a tres personajes que, según Miranda, han contribuido decisivamente en la evolución de este Carnaval: El Tío de la Tiza, músico excepcional y letrista de finales del XIX que codificó el tango en los coros e integró en ellos los instrumentos de cuerda; Cañamaque, uno de los autores más prolíficos de la primera mitad del siglo XX, que alcanzó fama por sus letras de contenido político; y Paco Alba, El Brujo, considerado como el creador de la comparsa en los años 60 y que alcanzó altas cotas de elegancia e ingenio, lo que le fue reconocido con el galardón Antifaz de Oro. Respecto a actuaciones memorables, los más viejos del lugar recuerdan Los cruzados Mágicos, insuperable relato de las vicisitudes de Don Romualdo y su familia un día de playa, primer premio en 1982, que supuso toda una renovación de la chirigota.
Habrá que esperar al día 28 para conocer a los ganadores de este año, decisión que compete a un jurado de cinco vocales y un presidente que llevan todo el mes asistiendo diariamente, desde las 21:00 horas, a las funciones que tienen lugar en el Gran Teatro Falla. Sirva de aperitivo, una de las chirigotas que ha gozado de gran acogida y cuyos protagonistas son el Consejo de Ministros de Mariano Rajoy. Se llama Esto sí que es una chirigota.