Stanislavblog por Liz Perales

Tiger Lillies musicaliza Hamlet

21 octubre, 2014 11:11

[caption id="attachment_644" width="510"] Hamlet de la compañía danesa Republique[/caption]

De todas las representaciones de Hamlet que he visto, reparo ahora en que las que más grato recuerdo me han causado tienen en común ser adaptaciones libérrimas del texto original. Esta impresión, que no me ocurre con otras obras de Shakespeare, la he vuelto a confirmar al ver Hamlet por la compañía danesa Republique que dirige Martín Tulinius, en colaboración con la banda británica Tiger Lillies, un gozoso espectáculo musical que se ha presentado en el Festival Cervantino de Guanajuato el pasado fin de semana.

Borges escribió que creía en Hamlet, pero no en sus circunstancias, pues éstas estaban muy al servicio de las exigencias escénicas. Y aparentemente su historia es difícil de creer: un príncipe renacentista, estudiante universitario, con un gran porvenir, pero al que la aparición del fantasma de su padre, que era el Rey de Dinamarca, cambia su vida. Porque el fantasma de su padre le avisa de que en realidad ha sido asesinado por su tío Claudio, que le ha usurpado el trono y se ha casado con su madre, la reina Gertrudis. Y así Hamlet, cuando el fantasma le pide que vengue su muerte, vive una situación inesperada de la que no puede escapar.

Quizá sea la verosimilitud de la historia de Hamlet la razón de que los montajes que funcionan mejor en nuestros días sean los que han condensado el texto y han previsto un desarrollo de la historia según la óptica del director que la lleva a escena. Como se sabe, Hamlet es una obra en torno a un personaje complejo y la prueba de su complejidad es que se ha representado de muchísimas maneras; es tan extraordinaria la variedad de estilos, de personajes, de incidentes que reúne que eso ha permitido que cada época se vea reflejada en la historia del príncipe danés.

El espectáculo de Tiger Lillies y Republique es bastante atípico, difícilmente clasificable. Funciona como un concierto dramatizado, pero también como una obra de teatro musicada. La banda contribuye con 21 temas que anticipan o ilustran las escenas, ya que las letras de las canciones informan al público de lo que va a ocurrir, al modo de un narrador. El líder de Tiger Lillies, Martyn Jacques, al piano o al acordeón y fantásticamente maquillado como un inquietante clown, canta con su tesitura de castrati un repertorio de canciones que alternan letras irónicas, procaces, poéticas... Los tres músicos (junto a Jacques figuran Adrián Stout con su bajo y serruchos y Mike Pickering, percusión) no interactúan directamente con los intérpretes, pero el director les ha diseñado un buen número de escenas plásticamente hermosas que hacen todavía más gozoso su concierto.

Respecto al espectáculo teatral, Tulinius ha reducido el elenco a tan solo cinco actores: Nanna Kappel (Ofelia), Charlotte Engelikes (Gertrudis), Slatko Buric (Claudio) y Morten Christensen (Polonio, Laertes y otros personajes); y tiene en Marten Burian un Hamlet atlético, chistoso, carismático y también romántico. El dispositivo escénico simula una fachada que actúa como un guiñol, con sus ventanas y puertas por las que van saliendo y entrando los personajes, fachada que también se abate quedando completamente horizontal y a ras del suelo del escenario.

Hay verdaderos hallazgos escénicos. Para la presentación de la familia de Hamlet, Tulinius decide reunirlos compartiendo mantel y para ello dispone la mesa y los actores de forma que el público los ve como si los estuviera observando por encima de sus cabezas. Este plano me recordó otro gran Hamlet, Elsinor de Roberto Lepage, también una adaptación libérrima de la obra cuya notable puesta en escena incorporó planos nunca vistos en teatro. Para la representación de los cómicos frente al rey, Tulinius ha optado por convertir a los actores en títeres de sus propios personajes; y las escenas relativas al amor de Ofelia y Hamlet son el único episodio de la obra que es narrado con el romanticismo que exige el tema, y para cuyas escenas los actores muestran una gran versatilidad física para hacer ejercicios aéreos colgados de un arnés.

Tulinius carga las tintas en intentar explicar el origen de la locura de Hamlet. Por un lado, presenta el retrato de su familia como una caricatura: su madre se comporta como una viciosa y libertina que a un mes del fallecimiento de su primer marido ya se ha casado con el rey usurpador y asesino de su padre. Y respecto al fantasma, que es quien impulsa y desencadena la acción de la obra, el director lo presenta como una proyección de un rostro que va reduciéndose hasta encajar perfectamente en la cara de Hamlet... ¿Viene a decirnos con ello que toda esta historia en realidad es fruto de su mente paranoica?

No me suena que Tiger Lillies haya actuado en Madrid, pero de lo que si estoy segura es que la compañía Republique no lo ha hecho nunca. Se trata de una banda musical veterana, que también han destacado en los escenarios por su estilo dramático y provocador y el aire de cabaret de sus shows. Por su parte, Martín Tulinius es un aclamado director de escena danés, que ya posee varios premios Reumert (el máximo galardón de Artes Escénicas), fundador del teatro Republique hace un lustro. Él es artífice de un teatro de impacto visual y poético y ha manifestado su interés por escenificar especialmente obras clásicas desde esta perspectiva. Este Hamlet fue estrenado por la compañía hace dos años pero todavía lo mantiene en su repertorio.

El Festival Internacional Cervantino de Guanajuato es la cita festivalera más antigua de América Latina y se celebra del 8 al 26 de octubre. En la actualidad la dirige el escritor Jorge Volpi y para esta edición ha reunido más de un centenar de producciones escénicas y musicales. La cita atrae a miles de visitantes de todo el país a Guanajuato, una ciudad universitaria, encajonada entre cerros, mosaico de casas de vivos colores en una orografía complicada y fatigosa para el peatón, que especialmente los fines de semana se ve invadida por miles de personas que prácticamente hacen muy complicado el tránsito por las calles del centro de la ciudad. Mientras la fiesta ronda en Guanajuato, en otro estado, en el de Guerrero, han desaparecido 45 estudiantes de Magisterio que fueron detenidos por la policía de la ciudad de Iguala, en connivencia con el alcalde, hoy prófugo. Los estudiantes todavía no han aparecido.

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