Image: Carlos Martínez

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Ciencia

Carlos Martínez

“El próximo paso es ganar la batalla a la vejez”

19 diciembre, 2001 01:00

Carlos Martínez. Foto: Mercedes Rodríguez

¿Es la vejez una "enfermedad" en vías de desaparición? ¿Conseguirá la ciencia beber del Santo Grial y extender la eterna juventud en las generaciones futuras? ¿Por qué la investigación en España va al "tran-tran"? ¿Qué mecanismos necesita la Universidad para servir de una forma eficaz al desarrollo de la investigación? ¿Dónde están los mecenas que necesitan nuestros laboratorios? Carlos Martínez, director del departamento de Inmunología y Oncología del Centro Nacional de Biotecnología/CSIC y protagonista de algunos de los principales hitos científicos de nuestra actualidad -como una revolucionaria terapia contra el asma-, se pronuncia sobre las cuestiones esenciales que preocupan al mundo científico y, por extensión, a la sociedad, en unos momentos en los que el Ministerio de Ciencia y Tecnología ha destinado 9.000 millones de pesetas para el desarrollo de la genómica y la proteómica. "En España, los científicos actuamos como francotiradores", señala.

-¿Hacia dónde cree que camina la clonación en general y el uso de embriones en particular?
-Los embriones significan el potencial de la vida, la partícula elemental en torno a la cual cristaliza y se organiza la futura existencia. En la historia de la biología han sido extensivamente utilizados en la experimentación animal, entre otras cosas para la clonación. La clonación no empezó con Dolly: Dolly es una gema en el camino. Comenzó de una manera sistematizada utilizando la rana como modelo y a partir de los experimentos de J. Gurdon en Cambridge. Pero eran tiempos en que los medios de comunicación no prestaban atención a los logros científicos o/y la comunidad científica vivía más para el laboratorio que para los medios de comunicación o para las acciones de las compañías biotecnológicas. La clonación en mamíferos ha abierto una nueva ventana a través de la cual la biomedicina mira con optimismo al futuro. Dolly inicia una serie de clonaciones que, seguido de los resultados en vaca, ratón y mono, culmina con la comunicación reciente de la clonación en humanos. Desde el punto de vista estrictamente científico los primeros experimentos, los realizados con la rana, fueron los más relevantes. Los demás se convierten en experimentos que corroboran la universalidad del principio de clonación. Desde esta perspectiva la clonación en humanos tiene escaso interés. La polémica se ha generado por las implicaciones éticas, económicas y médicas que la clonación conlleva.

-¿Puede decirse ya que se han derribado todos los obstáculos?
-El avance científico está lleno de obstáculos, o mejor, es un gran obstáculo que uno nunca termina de superar. La clonación es ciertamente uno de esos obstáculos sólo parcialmente superado: se ha logrado en distintas especies, pero en todas ellas la eficiencia es muy baja. Es baja en ovejas, vacas, ratones y en el mono. El mensaje que se obtiene de todas las experiencias de clonación es que se trata de un proceso difícil de conseguir y del que ignoramos casi todo, consecuentemente hay que seguir investigando. Las células madre pueden obtenerse de individuos adultos, a partir de la médula ósea, el sistema nervioso, la grasa derivada de la liposucción, y del cordón umbilical. Desgraciadamente, las células madre así obtenidas no se pueden mantener en cultivo in vitro indefinidamente. Para ello hay que obtenerlas de los embriones, y una posibilidad sería el obtenerlas a partir de los embriones sobrantes de la fertilización in vitro. Sin embargo esta posibilidad plantea un serio debate ético, dada la potencialidad de vida del embrión. Este es un debate abierto con participación de juristas, sociólogos, políticos, científicos, y ha de ser sereno, sin fundamentalismos y abordarse con generosidad.

»La cuestión del debate consiste en ver si es o no razonable utilizar unos embriones que poseen un potencial de vida, para obtener células madre que pueden ser útiles para curar a millones de vidas o alternativamente desecharlos, como establece la ley. De nuevo la experiencia acumulada con las células madre derivadas de humanos es muy limitada y el mensaje debe de ser que hay seguir investigando para plasmar en una realidad todas las potencialidades que poseen.

-¿Cuál cree que va a ser el siguiente paso en la investigación genómica?
-Los científicos no somos futurólogos, aunque imploramos a Prometeo diariamente. Desgraciadamente carecemos de cornucopias, y baste decir como ejemplo que las posibilidades terapéuticas de las células madre nos han sorprendido a todos en los últimos años. La investigación genómica permitirá, al menos, contribuir a definir las enfermedades molecularmente y consecuentemente hacer los diagnósticos de manera más precisa. Esto, junto con el desarrollo y utilización generalizada de los chips de DNA, permitirá hacer un mejor y mas rápido diagnóstico, que permitirá actuar sobre la enfermedad de manera muy temprana. Otro gran área en el que la genómica incidirá de manera directa sobre nuestra calidad de vida es en la identificación de la susceptibilidad o resistencia al tratamiento de las enfermedades, mediante el estudio de polimorfismos simples de nucleótidos (SNPs). Ello contribuirá a desarrollar una medicina mucho más individualizada y en la que la administración de los fármacos se hará de manera mas selectiva, abaratando costes y eliminando los efectos secundarios de los medicamentos. La identificación de aquellos genes implicados en patologías permitirá obtener una primera hornada de drogas biotecnológicas, antesala de las drogas del mañana.

-¿Qué caminos abrirá en el futuro la proteómica?
-Los genes no son las moléculas en último término responsables de la acción biológica. Las responsables son las proteínas. Sin embargo, su estudio es más complicado que el de los genes. Además éstas pueden ser modificadas de más de cien maneras diferentes y estos cambios son importantes desde el punto de vista de su función biológica. Parece por tanto razonable desarrollar las tecnologías que permitan el estudio de todas las proteínas que cada célula es capaz de sintetizar, de su estado de modificación y cómo media su función biológica. Para ello aún faltan unos cuantos años. Como pasó hace meses con la secuenciación del genoma humano, el camino se ha abierto y será mas rápido de lo que creemos.

El sueño de la Humanidad

- ¿Cuál será la revolución científica por venir?
-La lucha contra el envejecimiento, la utilización de manera sistemática de las nanotecnologías y como sueño la transmutación. No deja de ser sorprendente el escaso cambio cualitativo en los medios de transporte. Seguimos utilizando el automóvil, que no es muy distinto del carruaje romano. Ha aumentado la potencia del motor: de las caballerías hemos pasado al motor de inyección directa, poco más. Compárelo con el cambio en los medios de comunicación, diagnóstico y tratamiento de enfermedades. El sueño de la Humanidad será el desplazarse trasmutándose, difícil pero quizá no imposible. Desde el punto de vista de investigación en biomedicina, la próxima revolución que ya es una realidad, será la comprensión de las enfermedades humanas. Los sofisticados modelos animales que desarrollamos en el laboratorio son fundamentales para identificar algunos de los mediadores del proceso patológico. El estado del conocimiento actual ya nos permite estudiar directamente la enfermedad humana. Las enfermedades que inducimos en modelos animales tienen casi todas curación, sin embargo no existe tratamientos adecuados para muchas enfermedades humanas.

-¿Estamos, entonces, en condiciones de acabar con las enfermedades más importantes?
-La siguiente gran enfermedad para tratar va a ser la vejez. Las enfermedades más prevalentes en occidente están asociadas al envejecimiento: el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y las degenerativas devienen con posterioridad a la fase reproductiva y por tanto con escasa implicación para el mantenimiento de la especie. Ya se ha comenzado una intensa batalla para combatir estas enfemedades. La enfermedad a la que todos llegaremos y de la que cada vez se empieza a saber más es la vejez. En el futuro se estudiará cómo se produce y cómo combatirla. La búsqueda del "Santo Grial", máximo exponente en la cultura judeo-cristiana de la lucha por la eterna juventud, continuará siéndolo por muchos años.

-¿En qué ámbitos se intervendrá de una manera más determinante?
-A corto plazo el ámbito de intervención más próximo será en el diagnóstico de las enfermedades. El diagnóstico precoz de muchas enfermedades, como es el caso de muchos cánceres, permitirá prevenir la enfermedad. No hay mejor enfermedad que aquella que nunca se produce.

-¿Se podrá acabar algún día con los medicamentos?
-Los medicamentos en cuanto a tratamiento de la enfermedad continuarán existiendo en la medida que existan éstas. Posiblemente bajo medicamentos se incluyan cosas bien distintas, terapia génica, bioterapias o medicamentos que están constituidos por moléculas biológicas, así como las drogas clásicas.

Linaje celular

-De Prometeo a Dolly, ¿cual es el nexo en común de todo este camino?
-El elemento en común es la lucha del género humano por la superación y la conquista de lo imposible. Con Prometeo la especie humana logra la independencia de la divinidad y lo arbitrario para comenzar una carrera en solitario basada en su esfuerzo y creatividad y en la utilización de la razón como principio. Ello lleva asociado muchos condicionamientos, la adquisición de todos los pecados capitales: inseguridad, miedos y, sobre todo, la responsabilidad ante el futuro. En gran medida somos responsables de nuestro futuro.

-¿Cuáles son los desafíos para los próximos años en ingeniería celular?
-A corto plazo el lograr diferenciar de manera controlada las células madre en el tejido deseado. Identificar los genes implicados en ese proceso y manipularlos adecuadamente. A más largo plazo, sin duda alguna, la de-diferenciación celular. El día que se consiga una célula madre a partir de cualquier linaje celular se habrá dado un salto cualitativo fundamental en la regeneración celular. Imagínese que a partir de una célula de la piel se pudiera obtener una célula madre que se pudiera de nuevo diferenciar hacia el tejido necesario para ser trasplantado, sin rechazo, sin necesidad de posteriores tratamientos en el paciente.

-¿Qué preocupación existe en España por la ciencia?
-La mejora de la posición científica en España no es algo que competa únicamente al poder político. En el avance científico existen varios componentes, no siempre a la altura de las circunstancias que ofrecen otros países de nuestro entorno: Los científicos, que en España actuamos como francotiradores, individualmente no existimos como colectividad y eso implica la inexistencia de un lobby, en sentido inglés, que transmita y defienda la necesidad de la ciencia. El sector productivo, que en España no ha apostado por la innovación ni el avance científico y han hecho del "que invente ellos" su lema. La sociedad española ha vivido de espaldas a la ciencia y como ejemplo baste ilustrar el casi inexistente mecenazgo con que nuestras clases pudientes revierten a la sociedad parte de sus beneficios. La Universidad, exponente de lo que debería ser la vanguardia, en España no ha apostado de manera decidida por la investigación. Un excelente catedrático disertaba recientemente en la Residencia de Estudiantes y decía "que en la España democrática ha cambiado casi todo menos la Universidad". El poder político sin presiones por parte de la comunidad de científicos, ni de la sociedad, ni de la Universidad, ni del sector productivo, no ha apostado por el avance científico. Además, creo que hemos tenido mala suerte porque muy pocos de nuestros líderes políticos provienen del sector científico, y no han entendido lo que significa apostar por la ciencia. El resultado es una España que en ciencia va al tran-tran.

El debate ético


-¿Quién se beneficiará de las herramientas derivadas de la secuenciación del genoma humano y de la utilización de las células madre?
-Desgraciadamente, las nuevas herramientas para la medicina del siglo XXI derivadas de la secuenciación del genoma humano y de las células madre sólo será útil para el mundo occidental en el que afortunadamente nos ha tocado vivir. Las 4/5 partes de la población mundial nunca oirán hablar de esas nuevas tecnologías, ni por supuesto serán usuarios de las mismas. Esas diferencias sí que deberían generar un auténtico debate ético, el futuro de millones de vidas, que ya lo son y que tienen muy pocas posibilidades de continuar siéndolo, por el simple hecho de haber nacido en países pobres.

-¿Va a continuar la ciencia biomédica agitando los principios éticos del pasado?
-Es probable que ese avance continúe de manera imparable y que, en un futuro, la sociedad tenga que dar respuesta a las nuevas preguntas planteadas por el avance científico. Ya existen voces en la comunidad científica que abogan por la necesidad de discutir las posibilidades de poder modificar la línea germinal en la especie humana. Los filósofos, juristas, éticos y científicos, tienen delante un futuro muy activo. Si algo nos enseña la ciencia es a luchar contra el dogmatismo y los fundamentalismos. Decía Thomas Bernhardt: "Apasionante sólo es lo que va a venir, no lo que fue" y el futuro es de la ciencia.