Image: Miguel Delibes de Castro

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Ciencia

Miguel Delibes de Castro

“Hay que ser prudentes con el filtro de la evolución”

24 abril, 2002 02:00

Miguel Delibes de Castro. Foto: Mercedes Rodríguez

Bajo el título Biodiversidad y conservación el Ministerio de Ciencia y Tecnología y la Fundación BBVA han organizado un ciclo en el que expertos de diversas áreas analizarán hasta diciembre los retos del hombre ante su entorno. Uno de los participantes, el biólogo Miguel Delibes de Castro, profesor de investigación del CSIC en la Estación Biológica de Doñana y Premio Nacional de Medio Ambiente, conversa con El Cultural sobre los procesos que hacen posible la biodiversidad, el papel de la comunidad científica, la conservación y protección de especies, el uso de la biotecnología y la posición de algunos gobiernos ante iniciativas como el Protocolo de Kioto y el Convenio sobre la Diversidad Biológica.

-¿Cuál es el principal reto científico, y más inmediato, en torno a la conservación de la biosfera en la actualidad? ¿Lo considera un objetivo aislado?
-Indudablemente, es necesario aprender a dar el salto desde el conocimiento y la preocupación a la acción conservacionista. En gran medida ese reto debe ser atendido por ciencias diferentes de la biología y que deberían estar más implicadas en la conservación de la naturaleza. Pienso en la economía, las ciencias sociales, la psicología, etc. Además, por supuesto, debemos saber más sobre la biodiversidad y los procesos que la hacen posible. Por ejemplo, apenas conocemos el 10% de las especies que pueblan la Tierra.

-¿Cree que debe haber mayor implicación por parte de la comunidad científica?
-La ciencia de la conservación ha progresado una enormidad en los últimos lustros, pero sus efectos sobre la "conservación real" han sido escasos. Los científicos van por delante del resto de la sociedad en este tema, de forma que uno de los problemas es que no se les escucha demasiado o no se actúa de acuerdo con sus propuestas. En este sentido, creo que hay que implicar también a científicos de otras disciplinas.

-El lobo se mueve por la Península Ibérica; el lince, el águila y el quebrantahuesos, en peligro. ¿Cuál es la situación actual? ¿Cómo se debería atajar desde el ámbito científico la recuperación de las especies amenazadas?
-Alguna de las especies que menciona van a mejor (como el lobo y el quebrantahuesos), otras están relativamente estabilizadas (el águila imperial) y alguna va de capa caída (el lince ibérico). Sólo eso ya sugiere la magnitud del problema, pues indica que no hay una receta que valga para todas las especies. Hay que estudiar cada caso por separado y encontrar soluciones específicas para el mismo. De todos modos, los científicos deben diagnosticar las situaciones problemáticas y proponer respuestas, pero no son los encargados de aplicarlas. En este tipo de problemas debe implicarse toda la sociedad.

-¿Cómo deben gestionarse los espacios protegidos? ¿Qué tipo de acciones hay que desarrollar?
-Hay una fuerte discusión sobre las bases conceptuales en las que debe apoyarse su gestión. Desde algunos ámbitos se postula que deben estar estrictamente protegidos, mientras que desde otros se defiende un uso racional, blando, de esos espacios y de sus recursos. Quizás también en este caso cada espacio protegido requiera una respuesta específica, pero es evidente que no pueden gestionarse al margen de la gente que vive dentro y cerca de ellos. Por otro lado, creo que deberíamos ver los espacios protegidos como modelos de futuro, y no como herencias de un pasado caduco.

-Por su afinidad familiar, ¿cómo vive la problemática de las especies cinegéticas?
-Para mí, el principal problema de las especies cinegéticas es que sean mistificadas, o sustituidas, por especies o razas semidomésticas, criadas en cautividad. Por definición, sólo las especies que pueden cazarse son consideradas cinegéticas, de forma que no debería caber el riesgo de que se cazaran especies raras o escasas (como la mayor parte de los depredadores o la cigöeña negra, por ejemplo). Entre las que pueden cazarse (como las perdices o los jabalíes), explotarlas cinegéticamente suele ser más conservacionista que destrozar su hábitat para obtener rendimientos económicos de otro tipo. En este último caso un problema importante, insisto, es que se cacen perdices o jabalíes de granja y las poblaciones nativas, bien adaptadas a las condiciones locales en su medio, desaparezcan.

Tecnologías reproductivas
-¿Qué importancia tienen las biotecnologías reproductivas? ¿Qué líneas de actuación se siguen en España?
-Desde el punto de vista de la conservación de la naturaleza las nuevas tecnologías reproductivas pueden ser una herramienta útil, pero no la solución a los problemas. Por ejemplo, las tecnologías reproductivas se aplican a individuos concretos, pero los problemas de conservación son propios de poblaciones o especies. Ello quiere decir que cuando una población o especie llega a contar con tan pocos individuos que hay que manejarlos desde el punto de vista reproductivo, es porque ya está muy mal. Habría que ser capaces de atajar el problema antes de llegar a ese punto. No sé si valdría decir que la pregunta equivale a cuestionar la importancia de las UCI hospitalarias para garantizar la salud: son útiles, pero como última solución; hay que intentar no llegar a la UCI. En cuanto a las líneas que se siguen en España, es un tema que me queda algo lejos. Tengo amigos que trabajan con modernas técnicas reproductivas intentando mejorar la calidad de especies cinegéticas, de un modo parecido a como se hace con las razas de ganado. También se usan técnicas sofisticadas para manejar algunas poblaciones cautivas de especies amenazadas, por ejemplo en la Estación Experimental de Zonas áridas del CSIC en Almería. Con frecuencia se menciona la posibilidad de la clonación para salvar especies en peligro de extinción, pero hay que insistir en que no son clones lo que pretendemos conservar, sino una naturaleza íntegra y funcional.

Los "malos" genes
-¿Cuál es el futuro de los animales y alimentos transgénicos? ¿Qué pueden aportar de positivo a la nueva sociedad del siglo XXI?
-Supongo que el papel de los productos transgénicos irá aumentando a lo largo del siglo XXI, pero ello no tiene mucho que ver con el campo en el que trabajo, que es el de la conservación de la biodiversidad. Las especies no se extinguen porque tengan "malos" genes que hay que mejorar, sino porque los humanos no les dejamos lugar y recursos en donde y de los que vivir.

-¿Qué riesgos introducen los avances en biotecnología y biorremediación?
-Creo que los riesgos derivarían de los efectos negativos imprevistos que seres vivos modificados genéticamente (o incluso completamente nuevos) pudieran tener sobre las comunidades o ecosistemas. El mundo vivo tal como es hoy se ha hecho muy poco a poco, a lo largo de millones de años, por prueba y error, y funciona de una forma que nos gusta (en el sentido de que hace posible nuestra propia existencia). Debemos ser prudentes, puesto que la introducción repentina de "nuevos seres" que no han pasado el filtro de millones de años de evolución podría transformar ese funcionamiento a nuestro pesar.

-El mar fue el principio. ¿Considera de alguna forma que podría ser el final? ¿Qué papel juega la biodiversidad marina?
-La mayor diversidad está en las zonas tropicales terrestres, pero también hay ecosistemas marinos, como los arrecifes de coral, muy destacados en ese sentido. En todo caso, probablemente los fondos marinos profundos nos reserven aún muchas sorpresas interesantes desde el punto de vista de la biodiversidad. Y por supuesto, los océanos son fundamentales en la prestación de servicios ecosistémicos imprescindibles para la biosfera. Entre ellos estaría la regulación del clima y el adecuado funcionamiento de los ciclos biogeoquímicos. Sin biodiversidad, la máquina de los mares no podría funcionar.

Medidas ambientales
-Una pregunta sobre política. ¿Es fundamental que los gobiernos tomen medidas inmediatas y urgentes? ¿Cuales son en su opinión las posiciones que deben adoptar?
-Es fundamental que los Gobiernos, especialmente en los países desarrollados, se tomen en serio los problemas ambientales, adopten medidas y las lleven a la práctica. Me temo que hay un importante desacuerdo entre los dichos y los hechos. Por poner un ejemplo menor: en España están protegidos el camaleón y sus hábitats, pero ello no es obstáculo para que se destruyan para urbanizar cientos o miles de hectáreas de retamares costeros, donde viven los camaleones, y no pase nada. Quizás la justamente denostada posición del presidente norteamericano Bush respecto al Protocolo de Kioto sea más coherente que otras: "puesto que no lo pienso cumplir, no firmo el protocolo". Otros países firman, pero luego no cumplen. Lo mismo, pero aún más acentuado, pues es más difícil de medir, ocurre con el Convenio sobre la Diversidad Biológica. Hay que tomar medidas para reducir el consumo de recursos y potenciar el reciclado, y no al revés. Hay que incrementar la solidaridad internacional, pues sólo podremos conservar la naturaleza en un mundo más equitativo y justo. En definitiva, por un lado es necesario transformar en acciones concretas las medidas tomadas sobre el papel, y por otro hay que cambiar nuestra forma de relacionarnos con la naturaleza y con otros habitantes de la Tierra. En este sentido, me gustaría animar a los medios de comunicación para que trabajen también por la conservación, pues los medios tenéis un importante papel que cumplir en este asunto.