Image: Seguir el agua en Marte

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Ciencia

Seguir el agua en Marte

13 noviembre, 2008 01:00

Rover ‘Marciano’ de la NASA

10 años de El Cultural

Marte es el cuerpo celeste que más fascinación ha despertado en los humanos, y llegar a este planeta tan parecido al nuestro era un sueño que comenzó a hacerse realidad hace medio siglo. Las primeras misiones que lograron con éxito orbitarlo y además depositar un módulo o ‘lander’ sobre su superficie fueron las Viking 1 y 2, de la NASA, en 1976. Después hubo que esperar hasta 1997 para que llegaran al planeta rojo las siguientes misiones exitosas: la sonda Mars Pathfinder y el orbitador Mars Global Surveyor, ambas de la NASA. Puede considerarse que con ellas comenzó esta década dorada de exploración de Marte. Mars Pathfinder descendió en Ares Vallis, no muy lejos de donde Viking 1 había amartizado 21 años antes. Llevaba en su interior el pequeño vehículo o rover Sojourner. La misión tuvo un éxito tecnológico -y sobre todo mediático- sin precedentes.

Por el contrario, los años siguientes fueron nefastos pues fracasaron el orbitador Nozomi -la primera misión a Marte de la JAXA, Agencia Espacial Japonesa- y dos misiones norteamericanas: el orbitador Mars Climate Orbiter y la sonda Mars Polar Lander. En 2001 la NASA volvió a alcanzar el éxito con el orbitador Mars Odyssey, que desde entonces está realizando una detallada cartografía de la distribución de elementos químicos en la superficie. Esta misión estaba ya guiada por el lema "seguir el agua" dado que hoy consideramos que sólo en este solvente se pueden producir las complejas reacciones químicas requeridas para el mantenimiento de los seres vivos, y por tanto la detección de agua es un pre-requisito para la posterior búsqueda de vida en un planeta o satélite. Precisamente uno de los hitos de la Mars Odyssey consistió en el descubrimiento de grandes cantidades de hielo de agua en el subsuelo cercano al polo sur, lo que abría la posibilidad de encontrar vida y permitía una eventual exploración humana.

El día de navidad de 2003 Europa llegó a Marte. La misión de la ESA Mars Express alcanzó con éxito la órbita marciana, aunque la alegría no fue completa porque un mes y medio después se perdió el contacto con el módulo británico Beagle 2 mientras descendía sobre la región de Isidis Planitia. Los instrumentos instalados en el orbitador Mars Express han permitido descubrimientos muy relevantes: sulfatos hidratados y filosilicatos en distintos lugares, y abundante hielo de agua y CO2 en el polo sur. Además, durante 2004 logró detectar metano en la atmósfera marciana. Se postuló que su fuente podría ser biológica, algo muy sugerente pero no confirmado hasta la fecha. En enero de 2004 alcanzaron Marte las dos sondas de NASA que formaban la misión Mars Exploration Rover: los vehículos Spirit y Opportunity. Amartizaron en lugares diametralmente opuestos de la región ecuatorial: el cráter Gusev y las llanuras de Terra Meridiani.

Sal y jarosita
Entre sus numerosos hallazgos, Spirit ha detectado las mayores concentraciones de sal conocidas en el planeta rojo, y ha caracterizado numerosas rocas cuyas alteraciones parecen provenir de su interacción pasada con agua líquida. Por su parte, Opportunity ha descubierto la presencia de jarosita, un sulfato hidratado de hierro y potasio que también se encuentra en análogos terrestres del planeta rojo como el Río Tinto, muy estudiado durante los últimos años. Ambos rovers siguen activos, aunque su operatividad está ya muy comprometida. La penúltima misión llegada a Marte es el orbitador de la NASA Mars Reconnaissance Orbiter, que está analizando la superficie y el subsuelo desde 2006. Sus espectrómetros han localizado yacimientos de silicio hidratado -ópalo-. El silicio opalino sugiere que hubo agua líquida en la superficie marciana durante mucho más tiempo de lo que se pensaba, y por tanto la vida pudo haber tenido un margen más amplio para originarse y diversificarse en Marte. El 26 de mayo de 2008 la sonda norteamericana Phoenix amartizó suavemente cerca del polo norte del planeta rojo.

Con Phoenix, casi diez años después del fracaso de la Mars Polar Lander el sueño de alcanzar las latitudes circumpolares de Marte resurgía de sus cenizas. Phoenix lleva ya 70 soles más de los previstos trabajando con su brazo robótico y sus diferentes instrumentos analíticos en el permafrost de la inhóspita región de Vastitas Borealis. Ha confirmado la existencia de agua helada a pocos centímetros de la superficie, y ha analizado la composición del suelo, alcalino y aparentemente con trazas de carbonatos. Al encontrarse en latitudes polares, Phoenix ha logrado captar dos imágenes hasta ahora inéditas: el sol de medianoche sobre el horizonte marciano, y el espectáculo de la nieve de agua cayendo desde las nubes que se forman en su tenue atmósfera. Hubo mucha agua en Marte. Parte de ella aún sigue allí. Las siguientes misiones irán en busca de vida.