Image: El resplandor

Image: El resplandor

Cine

El resplandor

Stanley Kubrick en DVD

30 diciembre, 2004 01:00

El Resplandor, de Stanley Kubrick

El Cultural entrega hoy, por sólo 8,95 euros, el DVD El resplandor (1980), discutida adaptación de la novela de Stephen King y única incursión de Stanley Kubrick en el género del horror. Determinado a realizar la película más terrorífíca del mundo, Kubrick prescindió de sustos y efectismos para transportar al espectador a un estado de puro pánico.

Deprimido tras el fracaso comercial de Barry Lyndon, Stanley Kubrick encontró en el desinterés general que suscitó su obra maestra aún más motivos para alejarse del elemento humano, que consideraba débil y despreciable, y refugiarse con más convicción en su burbuja, lejos de todos excepto de su familia. El espacio de cinco años que transcurrió hasta su siguiente filme -tiempo que se revelaría corto en comparación con los siete y doce años que separaron sus próximos trabajos-, suscitó diversas especulaciones en torno a los efectos mentales que se operaban en la mente de Kubrick como consecuencia de su aislamiento (en forma de temores y paranoias de lo más variopintas), así como sobre el supuesto bloqueo creativo que padecía. Algunos, los más morbosos, vieron en ello los motivos de su interés por la demencia creciente en Jack Torrance, una vez anunciada su intención de convertir en cine la novela El resplandor.

En realidad, Kubrick ya había comentado en los años sesenta su deseo de provocar auténticas pesadillas en el espectador. Como parte de su ambición secreta por abordar y cuestionar todos los géneros cinematográficos, entraba dentro de sus planes profesionales, según comentó a un amigo, hacer "la película más terrorífica del mundo". La lectura de la exitosa novela de Stephen King y varias charlas posteriores con la experta en literatura gótica Diane Johnson -con quien terminaría firmando el guión- le convencieron de haber encontrado la fuente de inspiración adecuada para su propósito.

El terror siempre es subjetivo y escapa fácilmente a la capacidad de evocación del cine. A veces no es tanto una cuestión de formas (contrariamente a la tradición del género, El resplandor se aleja del expresionismo para abrazar el realismo) como de contenidos, a aquello que el espectador esté dispuesto a aceptar dentro de los límites de lo extraordinario. Más allá de la siniestra historia relatada por Stephen King -quien trabajó en un primer borrador del guión, finalmente desestimado por Kubrick-, lo que el autor de Lolita halló en El resplandor fue un punto de partida inmejorable para desarrollar sus convicciones sobre percepciones extrasensoriales como la telepatía, la paranoia o las alucinaciones, entre otras oscuras facultades de la mente. La oposición entre lo psicológico y lo sobrenatural, lo que ve la mente de un personaje y lo que realmente existe a pesar de su imposibilidad, era el debate que a Kubrick le interesaba plantear. El reto consistía, por tanto, en eliminar del espectador su incredulidad ante los fenómenos extraordinarios, a los que Kubrick siempre concedió verosimilitud. Este misterio entre lo subjetivo y lo objetivo queda finalmente resuelto cuando comprobamos que sólo Grady ha podido abrir el pestillo de la despensa. Para entonces, la locura de Jack Torrance/Nicholson deja de proceder sólo de su mente y tiene su origen en la sanguinaria voluntad de los viejos espíritus que habitan el Hotel Overlook.

Celebración de la locura
En el crepúsculo de los salvajes años setenta, Jack Nicholson aterrizó en el rodaje con la locura ya incorporada, alentada por un director que llevaba a sus actores a la extenuación y que desde Teléfono rojo... se había acostumbrado a seleccionar en la sala de edición la toma más excéntrica de las muchas, muchísimas filmadas. Aparte de determinar el estilo de El resplandor y de sus películas posteriores, el empleo de la recién inventada Steadicam contribuyó definitivamente a señalar la angustia febril de ciertas imágenes. El movimiento flotante con el que seguimos a Danny (Danny Lloyd) por los laberintos alfombrados del hotel, subimos las escaleras con Jack y Wendy Torrance (Selley Duvall) y, en definitiva, habitamos los amplios y fríos espacios del edificio, no es más que la atención a unos acontecimientos extraordinarios desde la mirada claustrofóbica de quien quiere estar en la misma piel, en los mismos ojos que sus desquiciados personajes. Escarmentado de un fracaso que le había deprimido, con El resplandor Kubrick ingresó la mayor cantidad de dinero que jamás había recaudado una de sus películas. Volvía a estar en paz con el público. Irónico, tardaría siete años en volver a complacerle.


Detrás de la pantalla
-El ‘making of’ de la película está realizado por Vivian Kubrick, hija del director, quien tuvo un acceso ilimitado al rodaje aunque la edición fue supervisada por su padre.
-En una escena, Kubrick pidió a Shelley Duval 127 tomas.
-Debido a la exagerada repetición de tomas en cada escena, Jack Nicholson prometió al final del rodaje que nunca volvería a trabajar con Kubrick. Cumplió su palabra.
-Todas las escenas de las habitaciones del hotel Overlook están rodadas en los estudios Elstree de Inglaterra, inlcuido el Salón Colorado en el que trabaja Jack Torrance.
-Kubrick adaptó a diversos idiomas la frase con la que Torrance llena cientos de folios.