Cine

Juan Antonio Bayona

“Siempre he tenido muy claro que compito con Hollywood”

4 octubre, 2007 02:00

Juan Antonio Bayona

Hoy comienza la 40 edición del Festival Internacional de Sitges. Con el fantástico como bandera, la programación del aniversario será una de las mejores de su historia. El novel Juan Antonio Bayona, preseleccionado por la Academia Española para los Oscar, será el encargado de inaugurar hoy con la excelente "El orfanato" dando paso a numerosos estrenos españoles. Además, Jesús Palacios comenta los principales hallazgos de un certamen que vive su gran momento.

Serán pocos quienes asocien el terror, o el fantástico, con el cine español. Sin embargo, desde hace algo menos de una década los directores nacionales vienen mostrando un singular talento para contar historias relacionadas con fenómenos paranormales, fantasmas y demás sucesos extraños propios de un género con gran capacidad para seducir al público.

A la vista están algunos títulos emblemáticos como Los sin nombre (1999) o Darkness (2002), de Jaume Balagueró, la extraordinaria Los otros (2001) de Alejandro Amenábar o, más recientemente, la multioscarizada El laberinto del fauno (2006), de Guillermo del Toro (que ha ejercido como productor en la película que tratamos). Hitos a los que se viene a sumar, con todos los honores, El orfanato, de Juan Antonio Bayona (Barcelona, 1975) que además de inaugurar hoy el Festival Internacional de Catalunya (nombre oficial del certamen) es la gran película española de este 2007.

Un puesto que merece al aunar dos conceptos que nuestra cinematografía conjuga en contadas ocasiones: la excelencia artística y la capacidad para atraer a una audiencia masiva. Bien dirigida, bien fotografiada, bien interpretada y con un guión sobresaliente de Sergio G. Sánchez, Bayona ha hecho una película luminosa y terrorífica al mismo tiempo, un cuento de hadas para adultos cuya capacidad de fascinación permanece en la memoria del espectador al abandonar la sala.

El orfanato, filme que pasó por el taller de guionistas del Festival de Sundance donde los creadores tienen ocasión de discutir sus proyectos con pesos pesados de la industria, narra con tono vigoroso y dosis de profundidad la historia de una madre coraje que para encontrar a su hijo desaparecido no duda en enfrentarse con el más allá (aunque quizá, en realidad, todo sucede dentro de su cabeza). Bayona habló con El Cultural horas antes de conocer que había sido seleccionado como candidato español al Oscar a la Mejor Película Extranjera.

- Algunos podrías decir que El orfanato no parece española.
-Yo he hecho un montón de videoclips y siempre he tenido claro que compito con Hollywood, por lo que es inexcusable que la factura sea impecable. Otra cosa es que no hemos renunciado a la españolidad de la película, pasa en este país y está rodada en castellano.

El elemento fantástico
- ¿Cree que si sucediera en Kansas City no cambiaría nada?
- Guillermo del Toro siempre me dijo que en Estados Unidos no hubieran respetado el proyecto. Habrían exigido a una protagonista más joven que Belén Rueda (37 años) o un final menos ambiguo. De hecho, cuando estuvimos en el taller de guionistas del Festival de Sundance todos los expertos nos decían que debía quedar más clara la figura del "malo". Pero eso hubiera desvirtuado lo que queríamos contar.

- El género de fantasmas, sin embargo, lo solemos tener asociado al cine de Hollywood.
- Nos acercamos a la figura del fantasma lejos de los clichés habituales. En realidad, mi principal fuente de inspiración fueron algunas películas de Carlos Saura en las que los espectros tienen una forma humana normal y corriente, porque están más relacionados con la imaginación de los personajes. No hemos utilizado efectos digitales ni trucos de ninguna clase. Quería que el espectador siempre dudara sobre si lo que está viendo es cierto o está en la cabeza de la protagonista. Hay otros filmes que se mueven en ese terreno entre la pesadilla y la realidad: La semilla del diablo, El quimérico inquilino, de Polanski, o La profecía (Richard Donner).

- Esa imprecisión puede dejar al espectador frustrado.
- Una resolución tradicional hubiera dado lugar a un filme muy convencional. En la escena en la que Geraldine Chaplin se comunica con los fantasmas, jamás los vemos en la pantalla. Ese momento resume el espíritu de la película. Cada uno puede creer lo que quiera. Nosotros sólo ofrecemos las distintas opciones, no una sola respuesta. Ese era el reto de hacer esta proyecto y yo creo que ahí está el elemento realmente terrorífico.

- ¿Hasta qué punto ha sido fiel al espíritu y la letra del guión de Segio G. Sánchez?
- él fue muy generoso ofreciéndomelo. Llevaba tiempo moviéndolo sin encontrar financiación y, conociendo mi amistad con Guillermo del Toro, creyó que yo podría tener más suerte. El guión original era magnífico pero luego fue variando para estar más cercano a mis propias obsesiones como artista. Se acentuaron unas dimensiones y otras se vieron reducidas.

- ¿Qué cambios introdujo?
- Lo que más me interesaba era esa dicotomía que se crea entre el mundo adulto y el mundo infantil. Muy relacionada con la que se establece entre la fantasía y la racionalidad. Tenemos al personaje de Laura (Belén Rueda), una mujer que comienza una nueva vida, un matrimonio, un negocio, etc. Pero lo hace en la casa en la que creció, mientras cuida a su hijo pequeño, por lo que se mueve en un terreno intermedio. De hecho, en mis cortos trataba el mismo tema. En El hombre esponja se solucionaba mediante el drama, en Mis vacaciones con el humor y en El orfanato, el terror.

- De todos modos, la película se mueve entre una gran variedad de registros.
- éste era uno de los problemas que veían los analistas americanos de guión. Hay un tipo de cine en el que la trama está por encima de los personajes, ella es la que manda. En mi película es al revés. Puede parecer una película de terror, pero al final seguramente se acerca mucho más al melodrama. Muchos espectadores salen muy abatidos del cine. Hay un plano final, con una puerta abierta, que simboliza un poco lo que queremos decir. Incluso he conocido a gente que ha visto cosas en la pantalla que no están allí. Lo importante es la psicología de los personajes. Nada más.

- "Hay que creer para ver, no ver para creer" dice el personaje de Geraldine Chaplin.
- O al revés. Por eso todo tiene también una explicación racional.

- No renuncia a algunos clichés del terror, como los sustos.
- Por supuesto, como las comedias no renuncian a la risa. Una película de miedo sin sustos no tiene sentido. También se trataba de que la gente se asustara, claro.

El esquematismo de Erice
- La mano de Guillermo del Toro parece ir más allá de ser el productor. Hay algunos elementos estéticos (los árboles, la figura de la niña) además de giros argumentales muy propios de su universo.
- Guillermo y yo tenemos intereses parecidos. él tenía la buena experiencia de haber sido producido por Almodóvar en El espinazo del diablo sin que le perturbaran y como director quiso respetar mi libertad artística. Respecto a esa escena de la niña y el árbol, o muchas otras, hubo una inspiración muy clara en el cine de Víctor Erice. El Espíritu de la colmena tiene esos planos bellísimos y muy esquemáticos al mismo tiempo, como dibujados por un niño.

- El caso Madeleine ha dado al filme rabiosa actualidad. La gente reconocerá en seguida los carteles, las pesquisas...
- No lo había pensado. Visité a muchos padres con hijos desaparecidos. Hay muchos más casos de los que la gente se imagina y hasta hace poco estaban muy abandonados. Hace sólo diez años que en España existe una asociación de padres.