Elisa K triunfa en San Sebastián
Judith Colell y Jordi Cadena corroboran el buen momento que vive el cine catalán
21 septiembre, 2010 02:00Judith Colell y Jordi Cadena, directores de Elisa K
Juan Sardá (San Sebastián)El cine produdido en Barcelona está que arde. Tras su éxito en Cannes (Palma de Oro para la producción tailandesa de Miñarro), Venecia (Guerín y Caracremada) y Karlovy Vary (ganó Miñarro, again, con La mosquitera) este Festival de San Sebastián está consagrando a una producción más interesada en explorar el lenguaje del cine que en la narrativa, más cerca de la vanguardia que de la taquilla. Rompió fuego el documental de Maragall, le siguió Guerín y este martes se esperaba con expectación a Judith Colell y el veterano del underground Jordi Cadena con Elisa K. Se trata de una película sencilla y modesta de presupuesto que cuenta una historia terrible: cómo una niña es violada por un amigo de su padre y esconde el secreto durante años hasta que un día, de repente, la ignominia se hace clara en su mente y todo se derrumba.
Colell y Cadena se han repartido la película en dos. La primera parte, rodada en blanco y negro y de forma más distante, tiene que ver con la infancia; la segunda, en color, cámara en mano nerviosa, con la juventud y ese terrible descubrimiento. Dos partes muy distintas que logran una extraña coherencia y que sirven para narrar, de forma precisa y concisa, sin solemnidades ni tremendismos pero con sensibilidad y rigor la historia más terrible que se pueda: el dolor de un niño, la profanación de una pureza que jamás será la misma. Reflexión sobre la memoria y la desgracia, sobre el maldito azar que a algunos hiere y a otros no, Elisa K es una buena película y a pesar de ciertas lagunas (es demasiado corta, por ejemplo, un defecto insólito), ha gustado en el Festival.
Algunos apuntes sobre el "ambiente" del Festival: no es bueno. Las películas están manteniendo un nivel digno pero todo el mundo se queja; para empezar, no hay fiestas. Y eso es un drama cuando las fiestas en los festivales son una parte esencial, estas cosas también (o sobre todo) sirven para que la gente se conozca, haga negocios y emprenda proyectos. Pero el mercado está no muerto, muertísimo, y muchos productores y distribuidores están haciendo las maletas antes de tiempo porque no tiene sentido gastar un dineral cuando no hay dineral que ganar. Guardans y sus polémicas la han vuelto a liar parda diciendo que el certamen necesita una reinvención. Esta vez, nadie se lo ha discutido.