El repliegue de los Oscar
Hollywood celebra el domingo su fiesta anual con un giro al clasicismo
25 febrero, 2011 01:00El discurso del Rey, nominada a 12 Oscar.
La red social, The Fighter, Valor de ley, El discurso del Rey, Cisne negro... Las candidaturas a los Oscar ponen de relieve, un año más, el repliegue de la Academia de Hollywood hacia el clasicismo en una gala en la que Javier Bardem opta a premio.
Duelo en taquilla
Este domingo Hollywood enseñará músculo con un espectáculo de glamour que viene marcado por el duelo entre las dos películas favoritas, La red social, ocho candidaturas, y El discurso del rey, del británico Tom Hooper, que tiene el mayor número de nominaciones: doce. Gane quien gane, la industria respirará tranquila. El año pasado, el éxito de En tierra hostil fue la derrota del sector de la Academia que apuesta por unos premios más populares como forma de mitigar su paulatina pérdida de influencia. Si el filme bélico de Kathryn Bigelow fue un fracaso comercial antes y después de la lluvia de premios, tanto La red social como El discurso del rey llegan a la fecha mágica tras haber arrasado en taquilla y ser celebradas por la mayoría de críticos como buenas películas. Por ello, los Oscar serán una fiesta de autobombo sin fisuras en la que brillarán filmes que se inscriben dentro del puro clasicismo americano en su mezcla entre el gran espectáculo, los buenos propósitos, la excelencia técnica y la reinvención de los géneros más arraigados sin desdeñar pulsiones vanguardistas.
La ampliación a diez de las nominadas como mejor película ofrece un reflejo casi exacto de lo mejor que el cine americano con pretensiones artísticas tiene que ofrecer. La gran película de la lista es paradigmática. Su realizador, David Fincher, lleva años con un pie en la narrativa tradicional estadounidense y otro en la vanguardia.
Cuenta, además, la historia del apogeo de Facebook, que enlaza no sólo con el sueño americano, también con la vindicación del país como fábrica de ideas. Será difícil, sin embargo, que su protagonista, Jesse Eisenberg, se lleve un merecido Oscar porque parece destinado a Colin Firth por su interpretación en El discurso del rey. Y aún más difícil será que gane a Firth Javier Bardem por su contundente trabajo en Biutiful.
El discurso del rey pertenece al género de película adulta de calidad con mensaje optimista y una lección histórica que le da una coartada cultural. Tras el éxito de The Queen, se ha puesto de moda elogiar a la monarquía británica y esta producción de los hermanos Weinstein, de hecho, parece realizada con la intención de arrasar en los Oscar siguiendo la estela de filmes de similares características como El paciente inglés o Shakespeare in Love, ambas de los mismos productores. Mucho más turbia e interesante es Cisne negro, que probablemente no dará una estatuilla a su director, Darren Aronofsky, pero sí a su actriz, Natalie Portman, que borda su interpretación de una bailarina arrojada al abismo.
¿Un Oscar cantado?
Rodada con planos cortos y un estilo naturalista a pesar de sus desvíos paranoides, Cisne negro debería tener un Oscar cantado para su operador, Matthew Libatique. Es el filme más arriesgado de la lista y viene a demostrar que dentro de Hollywood aún hay espacio para los saltos al vacío. The Fighter, de David O' Russell, reaviva la historia del deportista (un boxeador interpretado por el candidato Mark Walbegrh) que venciendo la adversidad acaba triunfando. Es una de esas historias bigger than life que el director resuelve con talento y que proporcionará, con casi toda seguridad, un Oscar a Christian Bale como secundario. James Franco, candidato a Mejor Actor, da vida a otro deportista arrojado al límite en 127 horas, de Danny Boyle. Es un ‘tour de force' de suspense con mensaje moral, pero Boyle ya ganó hace poco con Slumdog Millionaire. Y los hermanos Coen dan brillo al western con la excelente Valor de ley, donde ejercen su condición de maestros del cine americano. El "estilo Sundance", esa reinvención del neorrealismo, aparece con Winter's Bone, filme que da fe de la vitalidad del cine independiente estadounidense y de una de sus tendencias más nobles: el retrato sin adornos de sus clases desfavorecidas. Finalmente, Toy Story 3 no tiene rival como Mejor Película de Animación. Si no fuera por los prejuicios que aún existen sobre la animación sería la ganadora perfecta como Mejor Película.