Eduardo Casanova. Foto: Rizoma Festival

Eduardo Casanova. Foto: Rizoma Festival

Cine

Eduardo Casanova estrena la película sobre el hombre que se quemó a lo bonzo: "Me obsesioné con su historia"

Publicada

Tras la particular mirada personal e irreverente de sus anteriores películas, Pieles y La Piedad, el nuevo filme de Eduardo Casanova (Madrid, 1991) se centra en el caso verídico del hombre que en 2010 se roció de gasolina para después prenderse a lo bonzo en mitad de la calle y a plena luz del día ante la atónita mirada de los que pasaban por allí.

Dos vecinos consiguieron auxiliarle y rápidamente fue trasladado al Hospital Universitario La Paz de Madrid. Moisés se debatió entre la vida y la muerte por las graves quemaduras sufridas, mientras las autoridades intentaban entender por qué lo había hecho.

Escrito, dirigido, filmado y producido por el director madrileño, Al margen supone su primera experiencia documental rodada en secreto durante más de cinco años y que acaba revelando un retrato escalofriante sobre la locura y el inevitable reguero de dolor que puede dejar a su paso la enfermedad mental. El filme inaugurará la nueva edición del Rizoma, Festival Internacional de Cine y Cultura Entrelazada, y llegará a Filmin a finales de este año. Sobre ella y algunas cosas más hablamos con su autor.

Pregunta. ¿Cómo surgió este proyecto tan diferente?

Respuesta. Hace 10 años iba sentado en el metro y de repente entró Moisés en el vagón para pedir dinero, me llamó mucho la atención verle con todo el rostro quemado y sobre todo la reacción que provocaba en el resto de la gente, ese rechazo a un físico así y a la vez el intento de comprenderlo. Entonces le pedí el teléfono por si le podía ayudar. Yo todavía era muy joven y al final no me atreví a llamarle en ese momento, pero en mi primera película, Pieles, me inspiró para crear un personaje basado en su aspecto que al final interpretó Jon Kortajarena bajo un maquillaje totalmente prostético.

»Tiempo después, cuando hice mi libro fotográfico Márgenes, sobre los cuerpos físicos disidentes, decidí contar con Moisés para fotografiarle. Vino varias veces y me di cuenta que cada día me contaba una cosa diferente sobre lo que le había pasado. Entonces le dije que no me estaba contando la verdad y como en ese momento estaba estableciendo un vínculo con él, le propuse grabarle con su permiso y escuchar su historia para documentarla. Lo primero que me contó fue que estaba sufriendo "un ataque mental organizado con armamento de microondas".

"El tema de la salud mental siempre me ha preocupado mucho porque yo también he tenido momentos de ansiedad y depresión"

P. Supongo que en ese momento se da cuenta de que hay una fuerte historia detrás sobre salud mental…

R. Creo que de alguna manera es inevitable que cuando escribes o ruedas una película, incluso haciendo un documental como este, lo que te está pasando a ti también se acaba reflejando. A mí, el tema de la salud mental siempre me ha preocupado mucho porque yo también la sufro y he tenido momentos de ansiedad, depresión, etc., y en ese momento me obsesioné con todas las cosas que decía Moisés.

P. En su momento el protagonista fue diagnosticado con esquizofrenia paranoide, pero sigue convencido de una conspiración activa contra él (y más gente) en la que están involucrados farmacéuticos, psiquiatras y políticos…

R. Yo me he esforzado mucho en poner mi punto de vista en el aspecto formal, en cómo rodarlo, pero yo no juzgo a Moisés y me gustaría que el espectador o espectadora saque sus propias conclusiones sobre lo que le sucede. Porque aparte de la salud mental, también habla del motivo por el cual te puedes quedar al margen de la sociedad.

P. Tengo entendido que el rodaje ha sido bastante largo…

R. Ha sido un proceso muy largo y muy duro a lo largo de seis años, donde iba averiguando todo tipo de cosas mientras le entrevistaba y, a la vez, editando con mi montador en orden cronológico. Hay cosas en la vida de Moisés que son terroríficas e imperdonables. Ahí tienes que cuidar lo máximo a la persona, contar lo que le pasa y no juzgarle. Pero ya tenía un vínculo con él, así que tuve que hacer un ejercicio de separación emocional.

P. Ha rodado todas las entrevistas con la lente deformante de un gran angular, ¿qué buscaba con ese efecto?

R. Siempre me ha dado pánico enfrentarme a hacer cine social rodado con cámara en mano, así que busqué una estética para poder afrontarlo de manera más segura y encontré esta propuesta ultra angular, que me recordaba a cuando alguien llama a la puerta, te asomas por la mirilla y ves a una persona que está al otro lado y no sabes quién es. Es una especie de agujero visual que ofrezco al espectador para que se asome a un mundo que puede ser terrorífico.

P. También aporta al documental algunos momentos de su habitual y particular estética surrealista y colorida. Moisés todo el rato habla sobre una puerta mental que nunca consigue abrir…

R. Cuando terminé el montaje me pareció que el resultado era muy crudo y bastante duro, entonces tuve la necesidad de intentar contar cómo es la cabeza de Moisés por dentro y explicarlo a través de una forma más onírica y poética. En ese momento entró Sandra Hermida, mi productora, que fue fundamental para poder sacar adelante esta parte. Ha sido un rodaje muy largo y hay cosas que ahora cambiaría, pero siento que esta película ha sido un salto diferente con respecto a lo que he hecho antes y era algo que necesitaba de verdad.

"Me parece interesante que las personas de pensamientos y físicos disidentes estén en el centro de esta historia"

P. Pero de alguna manera Al Margen también sigue conectado a su universo artístico.

R. Si, yo creo que los artistas a lo largo de nuestras carreras siempre estamos hablando de lo mismo, por lo tanto inevitablemente está conectado con mis cosas anteriores. Pero claro, a lo largo de los años lo vas haciendo desde diferentes puntos de vista. Y hay algo mas allá de mi opinión ética o moral sobre Moisés y es que me parece interesante que las personas de pensamientos y físicos disidentes estén en el centro de esta historia y eso es lo que pretendido hacer con la película.

P. Más tarde, contacta con el entorno de Moisés y se va encontrando los terribles daños colaterales producidos a la hija y la exmujer.

R. Claro, ten en cuenta que yo no sabía nada antes de rodar a estas personas. Reconozco que era excitante, porque de alguna manera venía de sentirme muy atrapado en mis películas, de las que siempre he tenido mucho control sobre el proceso. Enfrentarme a la realidad, que es algo que siempre me ha dado mucho miedo, también me ha hecho reconciliarme con la vida real y perdérselo.

»Cuando ponía la cámara delante y su hermana, su hija y su ex mujer me contaban esas cosas tan terribles que yo luego tenía que contrastarlas con Moisés, y cuando de alguna manera se produce el giro que le convierte en verdugo, fue bastante difícil para mí porque ya había empatizado con él.

P. En este sentido, ese reencuentro con su hermana resalta un gran choque de realidades y produce algunos momentos inevitablemente cómicos y muy almodovarianos…

R. Valoro mucho que digas eso, porque la comedia ha salvado muchos momentos de mi vida y creo que en los momentos más duros de esta historia surge accidentalmente algo de comedia. En esa larga escena se dicen muchas barbaridades y es simplemente porque no tienen las herramientas para poder identificar correctamente todo lo que esta pasando.

»Lo que sí he intentado en todo momento es cuidar a las personas que tenía delante tratándolas con el máximo respeto. Me encantaría que la película pudiese ayudar de manera positiva en el entorno de Moisés y que ponga la salud mental y a sus víctimas invisibles en el centro del debate y no al margen. Ha sido un proceso muy largo y que inevitablemente me revuelve; yo no tengo la capacidad de juzgar a nadie, pero te das cuenta de que el ser humano es pura contradicción y que intenta sobrevivir como puede. Hace falta mucha información, atención clínica y mucha cultura".

P. Y respecto a sus próximos proyectos, ¿qué nos puede adelantar?

R. Pues a comienzos de abril comenzamos a rodar el remake de la película Angustia, de Bigas Luna, que me hace mucha ilusión. Y ahora acabo de terminar de rodar una miniserie con un elenco maravilloso que está en fase de montaje y puedo adelantar que se llamará Silencio y que trata sobre vampiros y sida.