Image: Nacen nuevas pantallas: otro cine es posible

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Cine

Nacen nuevas pantallas: otro cine es posible

31 mayo, 2013 02:00

Dios se ríe en las alturas (Márgenes)

El cine ha muerto, viva el cine. Las viejas estructuras, que desaparecen por falta de apoyo y por caducas, son sustituidas ya por otras plataformas que aprovechan las ventajas de internet para promocionar y exhibir el nuevo cine español. Es el caso de PLAT.tv y Márgenes.org, dos ejemplos distintos que buscan creaciones alejadas de la ortodoxia y públicos que las valoren.

Todos los conocemos: son esos libros de autoayuda que venden la falacia de que la crisis económica no es sino un horizonte lleno de posibilidades, una oportunidad para reinventarse. Y sin olvidar lo que esos libros esconden, que la crisis no es culpa de los ciudadanos, sino de bancos, gobiernos y especuladores, quizás haya algo de cierto en esa cantinela à la Paulo Coelho. Por lo menos, en lo que al cine español se refiere: el desmantelamiento de la industria está permitiendo aflorar un cine escondido, heterodoxo, y renovador que redibuja el panorama del audiovisual en España.

El caso de Mapa, de León Siminiani, película puente entre la industria y el underground, y que lleva cuatro meses girando por cines de toda España, es un buen ejemplo. Un cine que venía gestándose desde comienzos del nuevo siglo, con la explosión de las tecnologías digitales y el acceso gracias a internet a toda una tradición audiovisual posmoderna que en España había quedado escondida por la hegemonía crítica y escolar de discursos clásicos y modernistas, y que permitió a los nuevos cineastas vincularse con movimientos que nada tenían que ver con lo que se entendía por cine en España. Un cine que ha terminado de aflorar en el momento en el que el Estado daba la puntilla al sistema basado en las subvenciones, como lo demuestra la presencia en festivales internacionales de películas hechas de espaldas a la industria: Ensayo final para utopía, de Andrés Duque, Dime quién era Sanchicorrota, de Jorge Tur, Arraianos, de Eloy Enciso, Misterio, de Chema García Ibarra o Montaña en sombra, de Lois Patiño. Un movimiento fascinante al que le faltaba la pata definitiva: ¿dónde puede verse ese nuevo cine?

Internet, la primera pantalla

Para responder a esa pregunta han nacido dos plataformas online que buscan visibilizar, difundir, apoyar y sostener esa nueva realidad audiovisual: PLAT.tv y Margenes.org. Dos espacios que trabajan de forma muy distinta sobre ese mismo cine, y que ofrecen una vía de acceso a un cine que no solo ha de reinventar las imágenes y la forma de crearlas, sino también la de acercarse y disfrutar de ellas. Víctor Berlín, creador junto a Beatriz Navas, de PLAT.tv, explica: "Para nosotros era importante volver a una idea de André Bazin cuando decía que ‘todas las películas nacen libres e iguales'. Y como este cine solo se ha movido por circuitos especializados, y se encuentra las demás puertas cerradas, no ha tenido las mismas oportunidades que el cine más industrial". Pablo Caballero, responsable junto con Diego Rodríguez, de Margenes.org, secunda la idea: "A nosotros lo que nos estimulaba era reivindicar ese cine que nos gusta". Y Rodríguez matiza: "Ese cine y su público no tenían las ventanas donde encontrarse. O había un festival en tu ciudad o estabas perdido. Por otro lado, en un momento de cambio, tratamos de generar modelos de negocio nuevos, un espacio sostenible que nos permita a nosotros y a los autores vivir de lo que hacen. Por eso optamos por un modelo mixto, que combina visionados gratuitos con otros de pago, porque es dramático que los grandes talentos cinematográficos de este país no logren vivir de su trabajo". Aunque trabajen con materiales parecidos, y aunque lo hagan de formas muy distintas, todos ellos reflexionan sobre la posibilidad de que este cine se convierta en una alternativa real en términos de producción. Berlín explica así su apuesta: "Ofrecemos a los autores poner sus trabajos a libre disposición del público, y que ese gesto revierta positivamente de otras maneras. Son hipótesis, pero puede que ese libre acceso redunde en facilidades o nuevas vías para levantar otros proyectos".

Protopartículas (PLAT)

En lo que se refiere a la cuestión económica, PLAT -en la que pueden verse películas como Protopartículas, de García Ibarra- ofrece visionados gratuitos, mientras que Márgenes -con títulos como Dios se ríe en las alturas, de María Cañas- combina las muestras gratuitas con un festival y un catálogo accesibles previo pago. No es la única diferencia entre las dos iniciativas: la primera se vincula de manera directa con el pasado, estableciendo una conexión entre este nuevo cine y los grandes heterodoxos del cine español, principio que ya está plasmado en su nombre: PLAT era el laboratorio donde José Val del Omar desarrolló gran parte de su obra, y tiene una vocación de espacio donde puedan encontrarse historiadores, público y creadores; Márgenes apuesta por una vinculación directa con la actualidad, sin descuidar el trabajo histórico, pero con la idea de convertirse en una gran plataforma dedicada a ese otro cine, combinando muestras, como la de María Cañas, actualmente online, y un festival físico y en internet acotado en el tiempo.

Más allá de las fronteras

La explosión de la Red como una pantalla real, viable y sostenible, no es ni mucho menos un fenómeno exclusivamente español, y los creadores de las dos plataformas investigaron iniciativas de otros países antes de poner en marcha las suyas: desde la chilena Cineteca Virtual, impulsada por la Universidad de Chile, centrada en el documental, el experimental y el cine digital chileno, a la argentina Comunidad Zoom, que ofrece películas, tanto latinoamericanas como internacionales en un modo mixto de visionados gratuitos o de pago, a European Film Gateway, donde veinticuatro filmotecas europeas ofrecen parte de sus archivos digitalizados.

Sin embargo, las dos plataformas son innovadoras en la atención exclusiva que dedican a un cine hecho al margen de la industria, un fenómeno profundamente español por la sencilla razón de que la industria, ahora cadáver, ha expulsado durante años de sus canales de producción, distribución y exhibición a todo aquel que se saliera de la pesada y aburrida ortodoxia. Decisión que ha contribuido sustancialmente a la huida del público de las salas, donde encontraba una propuesta cada vez más uniforme, en busca de otros lugares de disfrute y descubrimiento.

Los creadores de las dos plataformas constatan que el interés por ese otro cine crece exponencialmente: "A los pocos días de abrir el portal, recibimos correos desde universidades y bibliotecas de Estados Unidos, preguntándonos por la versión en inglés de la página", explica Beatriz Navas. Y Diego Rodríguez puntualiza: "Está calando la idea de otro cine español que es también rico e interesante. Por ejemplo: la embajada de España en Colombia nos contactó para hacer una muestra de cine español en Colombia, y fueron ellos quienes nos pidieron nombres como Andrés Duque, el colectivo Los hijos, o León Siminiani". En palabras de Beatriz Navas: "Unas generaciones atrás existían salas de arte y ensayo, y la gente estaba en contacto con un cine mucho más experimental, independiente, o de autor. Así que se trata de dar una visión plural del cine español, y retomar algo que existió en la historia y se ha perdido. El público se merece otras pantallas".