Image: Scott Cooper: Si no tienes oscuridad en tu vida no estás viviendo al completo

Image: Scott Cooper: "Si no tienes oscuridad en tu vida no estás viviendo al completo"

Cine

Scott Cooper: "Si no tienes oscuridad en tu vida no estás viviendo al completo"

23 octubre, 2015 02:00

Fotograma de Black Mass

Con un tono y una narrativa seca y realista, el director Scott Cooper estrena Black Mass, la asombrosa y terrorífica historia del gángster de Boston James "Whitey" Bulger.

"La verdad es más extraña que la ficción", dice el cineasta estadounidense Scott Cooper (Virginia, 1970) y desde luego pocas veces es tan cierto como en la asombrosa y terrorífica historia del gángster de Boston James "Whitey" Bulger, quien durante más de quince años, de 1975 a principios de los 90, estableció un régimen de terror en Estados Unidos amparado en su condición de confidente del FBI. Tras la publicación este verano del voluminoso libro Black Mass, en el que los periodistas Dick Lehr y Gerard O'Neill investigan la historia, llega la película del mismo título con un Johnny Depp irreconocible y magnífico como protagonista. Tras la cámara, el cineasta de Corazón rebelde, película que le dio un Oscar a Jeff Bridges en 2009, y el drama familiar con Christian Bale Out of the Furnace (2013).

La trama nos conduce a mediados de los años 70. Bulger es un delincuente de medio pelo que ve su oportunidad de medrar cuando se cruza en su camino John Connolly (Joel Edgerton) un viejo amigo del barrio, South Boston, que trabaja para el FBI y lo quiere reclutar como confidente en la lucha contra la mafia italiana. Y Whitey ve la oportunidad de deshacerse de un competidor en el mundo del hampa entregándoselo a la policía así como de tener cobertura para montar un imperio del tráfico de drogas y la extorsión. Frío y calculador, como lo define Cooper, Bulger asesinó a 19 personas. Para hacerlo todo más rocambolesco, su hermano Billy (interpretado por Benedict Cumberbatch) era presidente del Senado de Massachusetts.

"En South Boston en los 70 y los 80 muchos criminales no se distinguía si estaban a un lado u otro de la ley", nos explica el director del filme en un encuentro durante el pasado Festival de San Sebastián. "Y después muchos policías conocían a los criminales desde niños porque habían jugado en las mismas calles. Una cosa que me hubiera gustado explorar más es por qué un hermano se convierte en un criminal violento y el otro en un líder cívico que representa a su comunidad. No soy psicoanalista y no tengo una explicación pero es fascinante: misma familia, mismo entorno y destinos totalmente opuestos. Pero al final, son lo mismo".

Lo más espectacular del filme es la llamativa transformación física de Johnny Depp, casi irreconocible en la piel del despiadado criminal. "Me gusta poner a los actores a hacer trabajos que no han hecho antes. Jeff Bridges como un viejo cantante alcohólico o Christian Bale como un hermano vulnerable y protector que acaba forzado a la violencia. Johnny Depp suele interpretar personajes muy empáticos que generan conexión con el público. Quería verlo como alguien frío, calculador y violento. Lo quería ver como fan. Lo que ves en pantalla es muy diferente de lo que él es como persona. Cuando tienes un contrato con el público como el que tiene una estrella del calibre de Johnny Depp se necesita mucho coraje artístico para hacer este tipo de papel".

Respecto a su "muso", prosigue el cineasta: "Johnny es quizá una de las tres o cuatro personas más famosas del mundo. Tiene el pelo negro, los ojos negros y es muy guapo. Whitey Bulger no tiene nada que ver: era calvo y tenía unos ojos tan azules que la gente decía que podían atravesar tu alma y mucha gente no podía mantenerle la mirada. Muchos opinan que Whitey Bulger era un monstruo. La idea era que Johnny pudiera desaparecer detrás de ese maquillaje. Los otros actores decían que nunca vieron a Johnny Depp porque solo vieron a Whithey".

Black Mass tiene un tono y una narrativa seca y realista. El director quería huir de la "glamourización" del mundo del hampa que hemos visto en tantas películas. "No quería hacer triviales los asesinatos, por las víctimas y por la ciudad de Boston, donde siguen muy vivas las heridas de esta historia. No me gusta sensacionalizar la violencia. Hay películas mucho más violentas que la mía donde muere mucha más gente. Yo lo presento de una forma muy desnuda. Este tipo de violencia tiene un efecto más duradero".

Porque en Black Mass, aunque sea inevitable cierta fascinación por el personaje de Depp, el malvado es malo y no héroe: "Si te cae bien es que he fracasado. Pero yo no estaba haciendo una película de gángsters sino sobre seres humanos. Era crítico no romantizar ni darle glamour ni hacer trivial los hechos reales. Pero tampoco quería mostrarle como un personaje de una sola dimensión. Es frío y calculador pero también vemos otros aspectos. Vemos cómo domina con su carisma a John Connolly, su sentido del humor o es tierno con su hijo y la madre. Eso le hace más creíble como ser humano".

Siniestro a más no poder como personaje, Cooper confiesa que le interesan los aspectos más oscuros. "Tiendo a interesarme por gente que vive en los márgenes de la sociedad. Los desposeídos, los olvidados, la gente que vive fuera de los focos. Soy una persona optimista pero me interesa la parte más oscura del alma humana. Me influye la obra de Faulkner, Dostoievski, Tolstoy, me gusta el cello. Si no tienes oscuridad en tu vida no estás viviendo al completo. Todos tenemos bueno y malo dentro de nosotros y está bien al menos durante dos horas viajar al corazón de esa oscuridad". Oscuridad y mucha violencia también en el filme: "No puedes abrir ningún periódico sin encontrar violencia, es parte de nuestra vida. Lo único que hago es mostrarla para hacer una crónica de la condición humana, lo más humanista y realista posible".

Black Mass trata de que el espectador no vea la historia como algo que sucedió en el pasado y está superado sino que se siente parte y contemporáneo de ello. "Más que ver una película quería crear la sensación de que estás dentro. Por ejemplo, con la puesta en escena. Muchas películas le dan una gran importancia a la época y hacen que todo, la ropa o la estética, te lleve de una forma ruidosa a ese tiempo. Yo le dije a mi equipo que nosotros no estábamos rodando una película de época sino contemporánea solo que resulta que sucede en los años 70 y 80 y espero que se haya transmitido. Tampoco muevo mucho la cámara, es demasiado fácil hacer eso para crear tensión, mi intención es que la cámara no se note".

En esa confrontación entre los dos hermanos, surge la eterna pregunta formulada, y contestada, por Camus según la que entre la justicia y su madre se quedaría con su madre: "Me atrae la tragedia", dice Cooper. "Mucha gente contestaría como Camus y también se quedaría con su madre y esto es un conflicto que se plantea en la película. Mucha gente transgrede la ley, superamos el límite de velocidad o coges el coche con dos copas. Algunas personas van un paso más allá y se convierten en peligrosas. Tienes que tener tu autogobierno y si no tuviéramos eso como han discutido los filósofos seríamos una sociedad muy violenta".

@juansarda