Dos funerales y una boda
Fotograma de Los recuerdos
Los recuerdos, película dirigida por Jean Paul Rouve basada en la novela de David Foenkinos, nos cuenta la historia de una de esas familias felices que abundan en las películas francesas, con su dosis de dulzura, melancolía y sentimentalismo.
Los recuerdos está construida en torno a la relación entre un joven de 23 años con buen corazón y su abuela, una mujer con carácter aficionada a los comentarios políticamente incorrectos con un corazón aún mayor y en medio están los padres del chico, un señor (Michel Blanc) que acaba de jubilarse y anda perdido por la vida y su esposa, triste por el aparente desinterés de su marido. Y poco más. Los recuerdos es una película de personajes en la que se trata de reflejar el discurrir de la vida, con sus amargas pequeñas derrotas y sus dulces pequeños triunfos, y para que nos quede claro de vez en cuando aparece una musiquita como de anuncio de marca de quesos centenaria porque la vida pasa pero algunas cosas permanecen.
Comienza Los recuerdos con un funeral y termina con otro. En medio, la crisis del joven que sueña con ser escritor, el padre jubilado que mete a la madre en una residencia y se siente culpable y un compañero de piso del chaval con todo tipo de peregrinas tácticas para conquistar a las mujeres. Todo lo dicho podría dar la sensación de que la película es horrible. No lo es. Los recuerdos se ve con cierta simpatía y construye una galería de personajes un tanto arquetípicos y excesivamente "entrañables" pero indiscutiblemente, una vez más, simpáticos. Dulce como el turrón, vendría a ser una versión francesa de esas Barcelonas noches de verano y de invierno que gustan al público. Se olvida tan rápido como se consume.
@juansarda