Image: Lobo, cruentas metáforas en Oriente Medio

Image: Lobo, cruentas metáforas en Oriente Medio

Cine

Lobo, cruentas metáforas en Oriente Medio

El británico de origen jordano Naji Abu Nowar narra el viaje iniciático de un niño que transcurre en el Este pero se acerca al western

27 mayo, 2016 02:00

Fotograma de Lobo, de Naji Abu Nowar

Con sus ricos recursos naturales y milenarias tradiciones, Oriente Medio es hoy la región más convulsa y violenta del mundo, una historia que viene de lejos y ancla sus raíces en el pasado colonial, las ancestrales guerras territoriales y de tribus así como el choque entre tradición y modernidad. La película Lobo, dirigida por el británico de origen jordano Naji Abu Nowar (Oxford, 1981) penetra en ese pasado oscuro y turbulento para viajar a la época de la Primera Guerra Mundial, cuando británicos, turcos y los pueblos locales batallaban fieramente por una región del mundo tan marcada por la abundancia de petróleo como por la  falta de agua y la dureza de los paisajes desérticos para contarnos la historia de iniciación de un niño que aprenderá a ser el lobo del título. 

Con un planteamiento a medio camino entre la película de aventuras y el western, Lobo nos cuenta la historia de un chaval de unos nueve años que emprende un viaje como guía junto a su hermano para llevar a un soldado británico hasta un misterioso destino a través de dunas y horizontes inacabables de arena. Un viaje iniciático como quiere el canon en el que el joven aprenderá a sobrevivir en un entorno durísimo donde uno puede morir como víctima de alguna de las muchas batallas que se libran o caer bajo el yugo de algunas de las bandas de atracadores y salteadores de caminos que pueblan la zona. Un espacio sin ley donde rige el dominio del más fuerte sobre el más débil, en el que sus protagonistas no van en caballo sino a camello, y que el filme refleja con una clara  inspiración de Sergio Leone, con esos personajes buscavidas supervivientes de mil batallas. 

Lobo huye como de la peste del orientalismo amable y exótico para construir una película dura y contundente en la que el niño protagonista deberá aprender no a amar a todo el mundo o el valor de la amistad y el compañerismo sino todo lo contrario, a ser el más fuerte de la manada para seguir vivo. El filme comienza pareciendo una de esas películas orientales de ritmo moroso y costumbrista para convertirse en un filme de aventuras de sabor clásico con un toque a lo Lawrence de Arabia (es imposible no acordarse del clásico de David Lean viendo esta película) y finalmente convertirse en un western cruento y desalmado con el que Abu Nowar, cual Peckinpah, nos encoge el alma. Entretenida, vivaz y enmarcada en un paisaje espectacular, Lobo quiere nadar a contracorriente con una conclusión demoledora que sirve como metáfora de un Oriente Medio que sigue condenado a la venganza y a las represalias eternas en un bucle que aún nadie sabe cómo parar.

@juansarda