Image: Selfie, instantánea de la España idiota

Image: Selfie, instantánea de la España idiota

Cine

Selfie, instantánea de la España idiota

23 junio, 2017 02:00

Santiago Alverú es Bosco en Selfie

Víctor García León ofrece en Selfie, premiada en el Festival de Málaga, un divertido experimento formal sobre la situación actual de España a través de la caída en desgracia del hijo de un ministro encarcelado por un caso de corrupción.

A Bosco, hijo consentido e inútil de un ministro del PP, la vida acaba de darle un revolcón importante. Cuando su padre es detenido por corrupto, su plácida existencia de niño pijo se empieza a desmoronar: el lujoso chalet familiar de La Moraleja es embargado y se queda en la calle, su novia le abandona sin explicaciones, su hermana se marcha a Nueva York y su madre no quiere asumir ninguna responsabilidad de manutención con él. Cual Lazarillo de Tormes moderno, a Bosco no le queda más remedio que recurrir a la picaresca, el arribismo y el engaño para sobrevivir en un país que, en pleno 2016, afronta las elecciones más atípicas de su historia, con el bipartidismo enterrado bajo el empuje de nuevas fuerzas políticas.

Esta premisa da alas a Víctor García León (Madrid, 1976) para montar en Selfie un divertido esperpento sobre la situación actual de España. "Lo que le pasa a Bosco, que se cae de culo contra el suelo desde un sitio muy confortable, nos ha pasado un poco a todos", explica el director. "Yo, por ejemplo, vivía en un mundo en el que rodar era relativamente sencillo y en el que incluso te pagaban algo por hacerlo y de repente el panorama cambió de forma drástica".

García León, hijo del cineasta José Luis García Sánchez y de la cantante Rosa León, afirma que por lo menos ha habido "cinco proyectos de largometraje y alguna serie" que no ha logrado levantar desde que en 2006 estrenó su anterior película, Vete de mí, que le valió el Goya a Juan Diego como mejor actor. Cansado de recibir negativas allá donde iba, el cineasta madrileño se decidió a rodar sin pedir dinero a nadie y sin ninguna ayuda, recurriendo básicamente a amigos que aceptaban trabajar sin cobrar. "Cuando no tienes dinero solo te queda engañar a tus amistades", comenta con sorna García León, que debutó en el cine con Más pena que gloria en 2001.

Un falso documental

Bosco, interpretado por el debutante Santiago Alverú, tendrá que recurrir a tácticas similares para sobrevivir. Repudiado en los círculos de clase alta en los que se movía su familia antes de que su padre entrara en prisión, el protagonista conocerá en un escrache en la puerta de su casa a Macarena (Macarena Sanz), una chica ciega que le ayudará a empezar una nueva vida en la antítesis de su hábitat natural: el barrio de Lavapiés. Allí aparece Ramón (Javier Carramiñana), un simpatizante de Podemos con quien compartirá piso y con el que se disputará el amor de Macarena. "La idea era hacer una alegoría sobre España con un idiota de izquierdas y un idiota de derechas peleando por una chica ciega que no sabe lo que quiere ni a donde va ni nada de nada", afirma el director.

Rodada como un falso documental, ya que Bosco está protagonizando un reportaje televisivo cuando le asalta la desgracia, hace gala de un humor extremo que no tiene miedo de incomodar al espectador. "La película no tiene ni actores conocidos, ni explosiones, ni persecuciones en coche, pero sí mala leche. Algo tenemos que dar…", explica García León, que pudo rodar durante sendos mítines del PP y Podemos. "Me gustaría quejarme a efectos promocionales, pero he de decir que nos pusieron todo tipo de facilidades".

@JavierYusteTosi