José Luis Rebordinos: "Intentamos radiografiar todo el panorama audiovisual"
José Luis Rebordinos. Foto: Karlos Corbella
José Luis Rebordinos atiende a El Cultural 24 horas antes de que arranque la 65 edición del Festival de San Sebastián, que dirige desde hace seis años.
P.- Este año la Sección Oficial tiene un carácter muy europeo, tan solo hay cinco películas de otros continentes...
R.- Esas cinco películas representan casi un 30 % de la sección... Realmente depende de cómo venga cada año, no hay una explicación específica más allá de que nos han gustado más películas europeas que las procedentes de otros continentes. El año pasado es cierto que hubo una presencia oriental más fuerte y este año hay menos películas asiáticas y las que están han ido a otras secciones… Quizá analizando décadas podríamos definir tendencias, pero de un año para otro es más complicado.
P.- Más allá de James Franco y Wim Wenders, la Sección Oficial está algo huérfana de grandes estrellas. ¿Qué cree que define este año a la gran sección del festival?
R.- La Sección Oficial tiene bastantes nombres de un perfil festivalero porque Nobuhiro Suwa ha estado en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes, Urzsula Antoniak o Barbara Albert son presencias habituales en grandes festivales como Locarno o Venecia, donde han ganado premios... Es una sección, como siempre, muy heterogénea pero, tal vez por esa falta de nombres más conocidos, con películas con mucha personalidad. Hay pocos filmes que vayan a dejar indiferente al espectador, más allá de que te gusten más o menos.
P.- Hay siete producciones españolas en la Sección Oficial, incluyendo filmes fuera de concurso y proyecciones especiales...
R.- El cine español vive un momento bastante positivo en general. A pesar de la crisis, que ha sido un problema importante, nuestra cinematografía sigue siendo bastante buena en cantidad y calidad. Si la comparo con otras cinematografías europeas no sale precisamente mal parada. Estamos convencidos de que en el festival tenemos una buena selección de películas españolas y muy variadas. A competición hay tres: La vida y nada más, de Antonio Méndez Esparza, una película realista con actores no profesionales rodada en EE.UU. y en inglés; Handia, de Jon Garaño y Aitor Arregui, drama de época con aspecto de cuento rural rodada en euskera, y El autor, de Manuel Martín Cuenca, una comedia con tintes de drama en castellano... Son totalmente diferentes unas de otras y si atiendes a Morir de Fernando Franco u otras películas que están fuera de la competición ocurre lo mismo. El cine español en el festival es muy parecido a lo que es la programación: muy heterogéneo y muy variado y creo que de calidad. Estamos convencidos de que son grandes películas.
P.- Sin embargo da la impresión de que a nuestro cine le cuesta meter cabeza en otros festivales…
R.- Creo que es una apreciación equivocada o un mito. En Venecia, Toronto y Berlín ha habido varias películas españolas, aunque sí es verdad que el cine español estuvo ausente en Cannes. De Berlín salió como un tiro Verano 1993 y estuvo también El Bar, en Toronto ha habido también unas cuantas... En Karlovy Vary ganó Muchos hijos, un mono y un castillo, de Gustavo Salmerón, y ha habido cosas también en Locarno y en casi todos los grandes festivales.
P.- Solo hay buenas palabras para Gustavo Salmerón allá donde llevé su película.
R.- Es una película muy especial, muy divertida y al mismo tiempo es una radiografía de la sociedad. A través de su familia nos cuenta una historia muy divertida, a ratos casi surrealistas. Gustavo Salmerón ha hecho un filme con una gran personalidad, que no se parece a ningún otro, y que en San Sebastián estoy convencido de que será un gran éxito.
P.- Venecia ha tenido una edición muy exitosa, con bastantes películas de Hollywood. ¿Afecta esta circunstancia de alguna manera a vuestro festival, tan cercano en fechas?
R.- Venecia es uno de los festivales más importantes del mundo. Nosotros estamos a la cola, nos gusta decir que somos el más pequeño de los grandes. Obviamente el éxito de Venecia nos influye a la hora de confeccionar la Sección Oficial. Hay películas por las que competimos y algunas prefieren ir a Venecia, como ha ocurrido con cierto cine estadounidense que entiende ese festival como una catapulta hacia los Oscar. Lo bueno es que si a nosotros nos gustan esas películas las colocamos en Perlas o en Zabaltegui. Pero cada filme tiene sus intereses, sus peculiaridades, y algunas también prefieren priorizar nuestro festival. Al final hay películas para todos y nosotros somos conscientes de nuestro tamaño, de lo que somos y de cuál es nuestro lugar. Ellos tienen una maquinaria muy importante y este año ha sido una de sus mejores ediciones, al menos que yo recuerde. Ha sido espléndida y a cualquier festival grande le costará tener una sección tan completa como la que ha tenido este año Venecia.
P.- The Square de Ruben Östlund, Palma de Oro en el último Festival de Cannes, y la última película del maestro del documental Frederick Wiseman, Ex Libris, compiten en esta edición en Zabaltegi cuando parece que hubieran encajado mejor en la sección Perlas...
R.- Zabaltegi-Tabakalera es una zona abierta que busca películas de directores que utilizan otras formas de narrar y otros temas. Frederick Wiseman encaja perfectamente aquí porque es un hombre que hace unos documentales muy especiales. Quizá sea más sorprendente lo de la Palma de Oro pero tiene un motivo que es fácil de explicar: Zabaltegi-Tabakalera es una coproducción entre el festival y el Centro de Cultura Contemporánea de San Sebastián y la proyección de las películas se realiza precisamente en las instalaciones de Tabakalera. Nos parecía que abrir la sección con The Square, que es una crítica mordaz sobre el arte moderno, tenía un punto de broma y también cierto sentido. Y los distribuidores estuvieron de acuerdo con nosotros.
P.- Este año el festival refuerza la presencia de series de televisión en el festival...
R.- En ediciones pasadas ya proyectamos El pequeño Quinquin en Zabaltegi y también pusimos la serie completa sobre EE.UU. de Oliver Stone. Sin embargo, en este edición, por primera vez, aparece una teleficción en la Sección Oficial fuera de concurso, La peste de Alberto Rodríguez, y por primera vez una serie compite en Zabaltegi: Vergüenza de Juan Cavestany y Álvaro Fernández- Armero. Lo que intentamos es realizar una radiografía de lo que está pasando en el mundo audiovisual y la televisión en este momento es muy importante. En España somos testigos de una eclosión muy importante tanto en la producción como en la proliferación de plataformas de VOD como Netflix.
P.- ¿Cuál es vuestra postura en relación a plataformas como Netflix después de todo el revuelo que se generó en Cannes al respecto?
R.- Nuestra postura es la misma que siguen Toronto o Venecia: ponemos lo mejor de lo que encontramos y lo que pasa después, cuando acaba el festival, realmente no nos compete. Como director de este certamen no soy quien para intervenir en las regulaciones administrativas de un país o para decir si una película se tiene que estrenar sí o sí. Obviamente a mí me gusta que el cine se vea en salas, pero gracias a plataformas como Netflix estamos consiguiendo que gente que no tiene acceso a las salas pueda disfrutar muchas películas. Las plataformas están permitiendo que se vea mucho cine y mucho audiovisual. Este tema no es ni blanco ni negro, estamos en un proceso de transformación y poco a poco las cosas irán encontrando su cauce.
P.- Una de las películas de Netflix, Fe de etarras, está generando controversia ya antes de su estreno...
R.- Es una película tremendamente divertida. Es una parodia sobre un comando etarra, que es algo que desgraciadamente hemos vivido de cerca aquí, y nos parecía muy bien que el público pudiera reírse en grupo de esos terroristas desastrosos y ridículos. Por otro lado Netflix debe tener un departamento de publicidad muy bueno. Hay que felicitarles porque con un anuncio en el que lo único que pone es 'yo soy español español español', con los tres 'español' tachados, han conseguido que sea la película de la que más se habla en este momento. Somos conscientes de que una película que es una comedia y una parodia sobre ETA es material sensible. Pero en Vaya semanita de ETB todo esto era continuo. El humor es algo importante, que nos sirve para poder avanzar y discutir las cosas de otra manera y a la vez es un antídoto contra el fanatismo y la intolerancia. Por eso, bienvenida sea una película que hace humor sobre un comando de ETA.
P.- De los tres premios Donostia el más heterodoxo es el concedido a Ágnes Varda, ¿no?
R.- Con los premios Donostia no es tanto que cada año intentes uno sino que los vas trabajando a lo largo del tiempo y algunos acaban por concretarse a los cuatro o cinco años. Ricardo Darín, Monica Bellucci, y Ágnes Varda nos encantan como premios Donostia. Los dos primeros los teníamos claros y después queríamos romper el tradicional tipo de premio Donostia. ¿Por qué no podemos dársela a una cineasta menos conocida, que no tenga glamour pero sea maravillosa? ¿O a un director de fotografía o a un productor que haya cambiado la historia del cine con su trabajo? Cuando vimos que Ágnes Varda podía venir a San Sebastián nos pareció una oportunidad única de premiar a una cineasta que pasará a la historia como la única mujer perteneciente a la Nouvelle Vague y que con 88 años sigue haciendo películas tan bonitas como Caras y Lunas.
@JavierYusteTosi