Balagueró y las musas, el oficio de un cineasta
Elliot Cowan y Ana Ularu en Musa, la nueva película de Jaume Balagueró
En Musa la simbología de los grandes clásicos de la civilización occidental se convierten en pistas para descubrir una serie de crímenes en el presente.
La idea de mezclar a Dante con un thriller quizá nos lleva de manera irremediable al mundo de Dan Brown pero en esta ocasión el cineasta nos propone una cosa distinta. Este filme de terror psicológico, al contrario de la obra del psicotrónico Brown, sirve como una investigación exterior en la que la simbología de los grandes clásicos de la civilización occidental se convierten en pistas para descubrir una serie de crímenes en el presente. Pero también como indagación en la propia psique del torturado protagonista, que a medida que va resolviendo el misterio también va explorando su propia psique y resolviendo sus propios problemas.
Los grandes clásicos de la literatura, a Dante le pueden sumar Milton o Shakespeare, contienen las claves para resolver un misterio en el que el protagonista cuenta con la ayuda de una joven que, como él, también tiene sueños premonitorios con el caso. Un círculo de tiza, sociedades ocultas, caserones góticos o un profesor chiflado que guarda respuestas (Christopher Lloyd) son otros elementos de un thriller en el que Balagueró se dedica a incidir en esas tramas sobrenaturales con elementos espectrales que definieron los inicios de su carrera. Aquí las musas, más que poderes benéficos que iluminan a los artistas, son malvadas brujas que utilizan a los creadores para propagar su propio Mal. Entretenida de ver y rodada con oficio, Musa queda como una muestra del talento de Balagueró para el fantástico en una película vistosa, no gloriosa.
@juansarda