Resines y la aventura del cine español
El intérprete dirige junto a Ana Pérez-Lorente el documental 'Historias de nuestro cine', en el que destapa sabrosas anécdotas
22 noviembre, 2019 07:55En 1886 el Circo Price acogió la primera proyección de imágenes en movimiento que se realizaba en España, que consistía en una mujer agitando su voluminoso vestido para asombro del respetable. Pero, además, un colaborador de los hermanos Lumiere -uno de los muchos que en ese momento recorrían el planeta registrando sus maravillas con el flamante cinematógrafo- grabó ese mismo año la que podría considerarse la primera película española. En ella, se ve en una explanada a varios soldados bailando en pareja y bien agarrados. “De alguna forma es la primera película gay de la historia”, explica con guasa el director Fernando Trueba en el documental Historias de nuestro cine. “Y tiene un gag muy bonito porque hay un soldado medio enano que está por ahí enredando y viene una pareja de bigotudos bailando, más agarrados que los demás, como muy ensimismados, y le golpean con el codo en la cabeza y le sacan de cuadro. Es berlanguiano”.
Así, con ese toque premonitorio, arrancaba la formidable historia del cine español y así comienza también el documental que han dirigido Ana Pérez-Lorente y Antonio Resines. El actor ejerce de maestro de ceremonias y entrevistador de 21 personajes célebres de nuestra industria, que de manera distendida hablan de sus experiencias, del trabajo de los grandes de nuestra cinematografía y revelan disparatadas anécdotas. Por la pantalla circulan, además de secuencias de los filmes que se mencionan, actores y directores que empezaron su andadura a partir de los 70, como Fernando y David Trueba, Carmen Maura, Fernando Colomo, Ana Belén, Verónica Forqué, Maribel Verdú, Loles León, Carlos Boyero, Gracia Querejeta, El Gran Wyoming… Pero también más veteranos como Enrique Cerezo (productor, además, del documental), Fernando Méndez-Leite, Emilio y Julia Gutiérrez Caba o Jose Luis García Sánchez. Todos ellos, a la vista está, íntimos colaboradores y colegas de Resines.
Aunque uno se puede acercar al documental con cierto temor a presenciar una reunión de viejos amigos encantados de haberse conocido, la verdad es que es difícil perder la sonrisa durante todo el metraje, ya que todos destilan puro amor por el cine y escaso ego. De manera que, durante buena parte de la película, los protagonistas de las conversaciones son genios como Luis Buñuel, Juan Antonio Bardem, Elías Querejeta, Luis García Berlanga, Mario Camus o Fernando Fernán Gómez. En cualquier caso, no pretenden Resines y Pérez-Lorente hacer un repaso riguroso a la historia de nuestro cine. De hecho, directores tan importantes como Víctor Erice, Manuel Gutiérrez Aragón, Gonzalo Suarez, Iván Zulueta, Jose Luis Garci e incluso Almodóvar aparecen en contadas ocasiones en el relato.
Pero lo que sí hay son incontables anécdotas, muchas de ellas hilarantes. Todos los entrevistados relatan el momento en el que se enamoraron del cine, siendo Marisol la primera pasión de muchos de ellos. También sus primeros pasos en el oficio, entre los que destaca la inefable prueba de ingreso de Jesús Bonilla en la RESAD. O las inesperadas risas del público con Tigres de papel, que le dieron a entender a Fernando Colomo que había rodado una comedia de manera involuntaria. Tampoco faltan historias sobre terceros como Marco Ferreri, director de El pisito y El cochecito, que según Fernando Trueba tenía una acera de la Gran Vía para dejar a deber dinero y otra para caminar. O como el prepotente y tiránico Luis Lucia, al que Fernán Gómez tomó prestado su habitual exabrupto “¡Me cago en el padre de los hermanos Lumiere!” para el personaje del director de El viaje a ninguna parte.
Historias de nuestro cine deja, de hecho, con ganas de más y a su conclusión resuenan las palabras de David Trueba que invitan a olvidar prejucios y zambullirse en algunos clásicos. “La caza no tiene que envidiarle nada a la mejor película de Scorsese”, asegura. “Bienvenido Mr. Marshall es como una película de Lubitsch y ¿no sería Placido la película que soñaría hacer Billy Wilder?”. En definitiva, una incompleta pero divertida historia de la aventura del cine español.