Román Gubern: "Al cine actual le sobra narcisismo"
Es un hombre del Renacimiento pero su erudición cinematográfica es lo que más le identifica. Román Gubern acaba de publicar una joya en pequeño formato: 'Un cinéfilo en el Vaticano'
27 enero, 2020 00:25¿Qué libro tiene entre manos?
Vida, la gran historia, el libro de Arsuaga sobre el origen del hombre en el que no aparecen Adán ni Eva.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
La redundancia.
¿Con qué personaje te gustaría tomar un café mañana?
Con Konrad Lorenz. En California nació mi interés por la etología gracias a mis conversaciones con Max Delbrück, premio Nobel de Biología.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
El que más me impresionó en mi infancia fue La maravillosa historia de Peter Schlemihl, de Chamisso. Y ha vuelto a acompañarme en el otoño de mi vida.
¿Cómo le gusta leer?¿Cuáles son sus hábitos de lectura?
Sigo anclado en el papel, como los antiguos, cuyo olor y tacto me gustan. Aunque he escrito sobre la cultura digital, mis hábitos siguen siendo básicamente analógicos.
Cuéntenos la experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.
Un baile gitano en la noche junto a una hoguera.
¿Figuraría entre estas experiencias la Filmoteca Vaticana?
No. Abordé la tarea con criterios profesionales.
¿Vio alguna joya que hiciera las delicias de un cinéfilo?
No, más bien la soñé.
¿Cómo definiría las relaciones del Vaticano con el cine después de su experiencia?
Relación instrumental, como suele ocurrir en todos los Estados.
¿Hay mejor “película” que la Capilla Sixtina de Miguel Ángel?
Insuperable. El papa Julio II le dijo: “Yo sólo soy un papa y tú eres un artista”.
¿Qué recuerdo marcó su paso por el Instituto Cervantes de Roma?
Trabajo burocrático revestido por una sonrisa institucional. Mi amistad con Umberto Eco y una invitación a Rafael Sánchez Ferlosio para dar una conferencia.
Llegan los Goya. ¿Cómo ve la cosecha de cine español de este año?
Me han gustado las obras de Almodóvar y Amenábar. Pero la correlación de fuerzas es difícil, aunque no hay que desesperar.
Una apuesta para los Óscar, también cerca.
El irlandés en cabeza, una grandiosa biografía tribal. Y el prodigio del plano-secuencia digital de 1917, de Sam Mendes. Y una reflexión: la televisión está engullendo al cine.
¿Qué le sobra al cine actual?
Narcisismo.
¿Qué película o películas ha visto más veces?
Tal vez Ciudadano Kane, de Orson Welles.
¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
Hay crítica inteligente, que me importa, y crítica narcisista, que me importa un pito.
¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
Es un mosaico en el que a veces me pierdo.
¿Cuál ha sido la última exposición que ha visitado?
Una de Kandinsky y otra de Vermeer: el laboratorio cromático y el milagro de la luz. Vermeer figura entre los pintores que pueden provocarte un trance.
¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
De Edward Hopper.
¿Cuál es su actitud ante la política en estos momentos?
Perplejidad crítica.
¿Le gusta España? Deme sus razones.
A ratos y según: me gusta el gazpacho, las migas, la sopa castellana, el caldo gallego y la paella. Y la escudella si está bien hecha.
¿Qué libro le recomendaría al presidente del gobierno?
Todo Borges, con la obligación de leer un rato cada día.
Dele también una recomendación para mejorar la situación cultural.
Estimular las canteras jóvenes.
¿Y para la situación de Cataluña?
El nirvana.