Mohammad Rasoulof habla de su exilio desde Cannes: “Nuestra vida es muy similar a la de los gánsteres”
El cineasta, exiliado al conocer su condena por críticas al régimen iraní, ha comparecido ante la prensa del festival tras el estreno de 'La semilla del higo sagrado'.
25 mayo, 2024 14:01El primer día de esta 77ª edición se rumoreaba que Mohammad Rasoulof podía andar por la ciudad tras haber escapado de su Irán natal. Allí había sido condenado a ocho años de prisión con latigazos por cuestionar al régimen en la película La semilla del higo sagrado, después de La vida de los demás, que le valió el Oso de Oro en Berlín en 2020.
Ayer, durante la premiere mundial de La semilla…, Rasoulof finalmente aparecía sobre la alfombra roja, sosteniendo fotos de las actrices Soheila Golestani y Missagh Zareh, que no han logrado salir del país. De hecho, el jueves conocíamos el arresto de Golestani por parte de los servicios de inteligencia iraníes y la retirada de los pasaportes de todos los jefes del equipo técnico.
La película narra la desintegración de la familia de un juez al servicio del régimen, bajo la paranoia de las revueltas de Teherán tras el asesinato de Mahsa Amini a finales de 2022. Se trata de una compleja pieza de cámara filmada sin recursos, prácticamente en la clandestinidad y argumentalmente durísima en su denuncia de la violencia policial. Por todo ello, la comparecencia de Rasoulof hoy ante la prensa se ha presenciado con especial interés.
Diario de una huida
Rasoulof ha explicado que conoció su acusación durante las últimas semanas de rodaje, pero decidió arriesgarse a ser arrestado y terminar la película antes de abandonar el país: "Obviamente, había una tremenda presión sobre mis hombros. Pero pensé, 'bueno, si me arrestan mientras la estoy haciendo, pasaré al menos cinco años en prisión'. Y luego, obviamente, supe que esta película daría lugar a otros cargos en mi contra".
Por suerte, "la lentitud de la administración judicial" le permitió acabar de rodarla, aunque la noticia de la inmediata detención de sus compañeros le dejó menos margen: "Tuve que tomar una decisión en apenas unas horas. Tuve que decirme a mí mismo: '¿Quiero estar en prisión o debería abandonar el Irán geográfico y unirme al Irán cultural que existe más allá de sus fronteras?' Y opté por la segunda opción". Para decidirlo, "caminé, caminé por mi casa, me despedí de las plantas que amaba. No es una decisión fácil de tomar. Todavía no es fácil ni siquiera hablar de ello".
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En 2019 Rasoulof ya había entrado en prisión por Un hombre íntegro, Mejor Película en Un Certain Regard de Cannes. En la cárcel encontró la red que lo ayudaría a escapar a principios de mayo: "Contacté con personas que habían ayudado a otros a huir del país, personas en las que tenía absoluta confianza. Me ayudaron a salir e ir a un lugar donde estaba seguro cerca de la frontera. Luego pude caminar una larga distancia y cruzar la frontera hacia un país que no quiero nombrar", ha explicado.
"Pasé varios días en un pueblo al otro lado de la frontera, y luego me puse en contacto con el Consejo Europeo, quienes pudieron confirmar mi identidad gracias a mis huellas dactilares y me ayudaron a salir de ese país e ir a Alemania". ha relatado.
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El cineasta tiene planeado seguir trabajando en Berlín, donde empezará a residir al acabar el festival. Físicamente se lo ha visto íntegro y ha hablado con vehemencia sobre su huida, incluso con algo de humor. Explicaba que con su equipo empezaron a llamarse cariñosamente "los gánsteres del cine": "Cuando tienes que lidiar con los servicios secretos, aprendes a evitarlos. Entiendes que te rastrean usando tu teléfono móvil y aprendes a no usarlo más. Nuestra vida es muy similar a la vida de los gánsteres, sólo que nosotros somos gánsteres del cine", bromeaba, "aunque en realidad todo sería más fácil si traficáramos con cocaína".